La artista plástica Leonora Carrington , será recordada en el 101 aniversario de su nacimiento con una magna exposición, en el Museo de Arte Moderno (MAM).
En la exposición, que estará disponible del 21 de abril hasta el 23 de septiembre de este año, se podrán encontrar más de 200 piezas , como pinturas murales, de caballete, esculturas, gráficas, tapetes, escenografías, máscaras, fotografías, y objetos provenientes de diferentes regiones de México, Estados Unidos y Europa, así lo informó el museo.
Considerada una de las máximas exponentes del surrealismo, Leonora Carrington tuvo contacto con la obra de destacados artistas surrealistas, tales como Max Ernst (1891-1976), quien se convirtió en su pareja sentimental.
En ese periodo, Carrington escribió cuentos y novelas, y en 1938 publicó su primer libro de relatos fantásticos titulado “La casa del miedo”, el cual fue ilustrado por Ernst.
Presa del ambiente bélico y el cautiverio, Carrington huyó a España donde sufrió de ansiedad y delirio de persecución que culminaron en una crisis nerviosa en la Embajada de Inglaterra, lo cual obligó a sus padres a internarla en un hospital psiquiátrico en Santander.
La misma artista recordó en alguna ocasión esa etapa como la peor época de su vida, ya que fue sometida a un severo tratamiento farmacológico. Dichas experiencias las plasmó en su libro “Memorias de abajo”, en el que describió a España como una prisión.
Al poco tiempo y con ayuda de su enfermera huyó a Lisboa, donde se refugió en la Embajada de México. Ahí recibió la ayuda del diplomático y poeta Renato Leduc (1897-1896), con quien se casó para poder viajar este país.
Una vez en este país se divorció de Leduc y se casó con el fotógrafo húngaro Emerico Weisz, con quien tuvo a sus dos hijos Gabriel y Pablo.
En los años siguientes se relacionó con personajes de la cultura como Salvador Dalí (1904-1989), Pablo Picasso (1881-1973), André Bretón (1896-1966), Octavio Paz (1914-1998), Remedios Varo (1908-1963) y Luis Buñuel (1900-1983), con quienes entabló una gran amistad.
Conocida por su rebelde y peculiar personalidad , los años siguientes Carrington los dedicó a su obra; ejemplo de ello fue su exhibición en la Galería Pierre Matisse de Nueva York, Estados Unidos, en 1947.
Su amor por la cultura mexicana lo plasmó en el mural “El mundo mágico de los mayas”, pintado en 1963, en el que fundió imágenes del Libro Sagrado de los Mayas con la magia y misticismo de la época precolombina.
Carrington siguió cultivando su amor por la literatura al publicar “El séptimo caballo y otros cuentos” (1988), obra en la que reunió relatos que escribió ya en México, de acuerdo con información publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
A lo largo de su trayectoria, la artista surrealista recibió diversas distinciones, entre ellas la condecoración con la Orden de la Corona Británica, por la Reina Isabel II, en el año 2000.
Durante los últimos años de su vida, Carrington vivió en la colonia Roma de la Ciudad de México. Se sabe que ya casi no pintaba y que su último cuadro permanecía celosamente guardado en un armario de su estudio.
Su obra, de figuras y estructuras complejas que tratan de mostrar y explicar su propia vida, permite apreciar a la vez la mitología celta, la cábala y los juegos surrealistas, elementos de los que se valió para retratar una realidad absolutamente original.
Destacan cuadros como “La giganta”, “Quería ser pájaro”, “Laberinto”, “El despertar”, “Y entonces vi a la hija del Minotauro” y “El juglar”, por mencionar algunos.
A su muerte, ocurrida el 25 de mayo de 2011 a causa de una neumonía, el poeta mexicano Homero Aridjis (1940) declaró a la prensa nacional: “El fin del movimiento surrealista se supone con la muerte de Carrington”.
akc