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La ideología y símbolos de la cultura indígena wixárika invadieron los muros de una zona residencial de Guadalajara , un trabajo que el colectivo Boa Mistura realiza con motivo de la Feria Internacional del Libro, que tiene a Madrid como invitada de honor.
El colorido de esta cultura milenaria da vida a las desgastadas paredes de la Unidad Habitacional Independencia con una intervención que busca mejorar el entorno social y generar sentido de pertenencia mediante el arte, dice Pablo Purone, del colectivo artístico que forma parte de la delegación madrileña en la FIL que inicia el 25 de noviembre.
"La pintura genera cambios en los espacios de forma muy inmediata, es algo muy sencillo" e incluso "mucha gente puede participar y te cambia la perspectiva, es el primer paso hacia un cambio real", afirma.
El trabajo en este espacio fundado en la década de los 70 comenzó hace tres semanas, pero meses atrás el equipo encabezado por Purone visitó por primera vez Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco, a fin de conocer algunos lugares donde realizar este trabajo.
La distribución "un poco laberíntica" de decenas de edificios y, en especial, el espacio que suponía una cancha de baloncesto abandonada justo en el centro del conjunto los llevó a decantarse por esta opción, cuenta Purone.
Con la experiencia de haber intervenido unos 40 espacios urbanos de España, Francia y otros países de Latinoamérica, los cinco miembros del colectivo sabían que podían convertir ese lugar gris e inseguro "en el epicentro de la colonia (barrio)".
Desde el inicio involucraron a los vecinos, dándoles la posibilidad de elegir por votación entre dos propuestas de diseño.
Entre los andamios para llegar a lo alto de los edificios, los niños juegan y las vecinas salen a los pasillos a convivir, mientras contemplan cómo se va transformando el sitio que les rodea.
"Eso cuando llegamos aquí no pasaba, el barrio daba la espalda a esta plaza, que era como un punto oscuro cuando, paradójicamente, era el lugar más abierto del barrio", dice Purone.
David Díaz ha sido artista urbano en esta colonia desde los 15 años. A sus 33 fue invitado a colaborar con Boa Mistura en este proyecto, una experiencia "gratificante" y de mucho aprendizaje artístico, dice.
El joven es miembro de un colectivo urbano local y asegura que el barrio necesitaba una intervención como esta para valorar el arte urbano y volver a salir de sus casas a convivir.
"Le faltaba esa chispa. Rescatar ese espacio y hacerlo de una manera tan grande es mucho mejor y puedes en realidad dejar algo, cambiar el modo de pensar de la gente de alguna y otra manera", señala el joven con los restos de pintura aún en su rostro y ropa.
Por horas, los miembros de Boa Mistura, los jóvenes del barrio y algunos voluntarios se han volcado en los muros para dar vida a " Niérika ", un proyecto que retoma los símbolos que los wixaritari conciben como las "conexiones" o "puertas" hacia diferentes tiempos.
La intención de incluir estos elementos místicos era abordar "los lazos intergeneracionales" y la identidad "tan fuerte" del pueblo mexicano, explica Purone.
"Sentimos que eso se debe mantener, que lejos de alejarse de esa identidad y mirar hacia otras culturas, países o lugares, el pueblo mexicano debe de mirar hacia su pasado tan rico y tan potente, para construir el futuro", asegura.
"Fui", "Soy" y "Seré" son los ejes que envuelven las imágenes geométricas plasmadas en más de 5 mil metros cuadrados de paredes y que tienen su punto central en la pintura que cubrirá unos 90 metros cuadrados del suelo y que será concluido este sábado con la participación de decenas de vecinos.
La plancha mostrará un "tsik+ri", más conocido como "ojo de dios", que sirve a los wixaritari para "mirar" hacia el pasado, el presente y el futuro, y un "hikuri", que representa a la planta del peyote, elemento central de la espiritualidad en la cultura wixárika.
El espacio ha ido tomando vida con los tres colores que tienen un significado especial para la triada sagrada de los indígenas wixaritari.
Uno de los edificios tiene elementos en azul para representar a el creador supremo, otro fue pintado de rojo para simbolizar al dios fuego y el último en verde que significa la abuela tierra.
Además de los murales centrales, las fachadas de los edificios que componen la unidad habitacional serán rehabilitadas y pintadas en colaboración con el ayuntamiento de Guadalajara, con la intención de mejorar el entorno de la colonia y continuar con actividades culturales.
sc