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ana.pinon@eluniversal.com.mx
El director artístico de la Compañía Nacional de Danza, Mario Galizzi, está por cumplir dos años en el cargo y, asegura, está “recontento”, pero se ha dado cuenta de que “el sistema” ha impedido, por ejemplo, que todas las funciones cuenten con orquesta, que haya una mejor difusión de la programación, que haya más fechas por temporada, que viajen al interior de la República y que puedan presentarse en espacios como el Zócalo.
En 2018, cuenta, los tres retos son el estreno mundial de La consagración de la primavera, de Stravinsky, con la versión coreográfica de Demis Volpi, que se llevó a cabo hace unos días; el estreno en México de La bella durmiente, de Chaikovski, con su propia versión, basada en la original de Petipa, a realizarse en octubre, y las funciones que tendrán en un festival de danza en Cali, Colombia, en junio.
“Estoy feliz en muchos aspectos, pero a veces me molestan otros. Yo no encuentro el lugar que la Compañía merece, lo quiero para la Compañía, en su casa, que es el Palacio de Bellas Artes. Después de esta Consagración vamos a tener dos funciones de Carmina Burana, ¿por qué sólo dos?... Estoy recontento porque sí he conseguido cosas, y estoy muy agradecido, pero quiero más. No para mí porque yo tengo una carrera hecha, quiero más para la Compañía. Esto me afecta emocionalmente porque no soporto la medianía. Si no hay espacio en Bellas Artes que me consigan otro, pero no estaría en su casa y no sería justo. He dicho que quiero que bailemos en el Zócalo, pero no soy yo el que debe ir a tocar las puertas a ver quién me arma un escenario para que presentemos un ballet”, lamenta.
Una de las cosas que no ha logrado en dos años es que la CND realice una gira por la República. “Siempre dije que la compañía era nacional y debíamos salir, traté de que lo hiciéramos el año pasado, se proyectó, pero los costos y no sé qué..., no se pudo. Fuimos a San Luis Potosí con El lago y ahora tenemos invitaciones, pero me gusta ir con obras grandes, detesto las galas porque eso no es arte.
—Hace dos años dijo que si no lo dejaban desarrollar su proyecto, se iba—, se le inquiere: “Y mantengo mi palabra, me han dejado hacer a cuenta gotas. No estoy criticando a mis directores ni nada porque evidentemente es una cosa institucionalizada, es el sistema, y a veces los sistemas son perversos, es con esto con lo que uno debe luchar”, dice.
La CND presentará Carmina Burana en las próximas semanas, así como el estreno de un cuento para niños que aún no tiene nombre, con coreografía de Demis Volpi, en julio en el Centro Nacional de las Artes; en agosto presentarán El lago de los cisnes y concluirá el año con El Cascanueces. “Yo creo que como programación no está mal, pero por qué sólo tengo cuatro o cinco funciones por título, no estoy de acuerdo con esto; la excepción es Cascanueces porque tengo 14 funciones pero en el Auditorio”, refiere.
Respecto a El lago de los cisnes que presentarán, afirma: “Por suerte creo que tendremos orquesta. Lo que pasa es que el ballet es como la Cenicienta de las artes, tenemos espacio pero no el que nos corresponde, así que si hay otra cosa que ocupe a la orquesta pues nos dicen que bailemos con música grabada. ¿El cantante canta con música grabada? Con el terremoto se suspendieron tres funciones pero la casa estaba vendida, así que les propuse que pasada la emergencia las reprogramáramos en cualquier horario, a las 10 de la mañana si era preciso para que la gente no se quedara sin verla. No se pudo. En cualquier teatro del mundo si una función no se realiza se reprograma, no se cancela”.
Sobre su versión de La bella durmiente que recientemente presentó con el Ballet Nacional del Sodre, dirigido por Julio Bocca, indica: “Pongo a los bailarines en la punta de los pies, en el perfeccionamiento estilístico porque es lo bueno que se tiene que conservar. Tengo entendido que hace mucho que no se presenta con sus cuatro actos y que la versión que se ofrecía en el Castillo de Chapultepec era recortada. Yo creo que El Lago, Bella y Cascanueces siempre tienen que estar en el programa anual”.
Galizzi lamenta la escasa difusión del trabajo de la CND: “Me dicen que se anuncia en todas las redes sociales, pero yo, por ejemplo, no tengo y mucha gente de mi generación tampoco. Así que si uno no tiene redes, no acostumbra a leer un periódico y no ve en ningún lado una pantalla, o anuncios, no se va a enterar nunca. Y si el público de México no se entera, quiero saber qué empresario de Europa me va a decir que sabe que estrenamos, por ejemplo, La consagración y que nos invitan a llevarla. Vengo de estrenar La bella durmiente en el Ballet Nacional del Sodre, con vestuario de Ágatha Ruiz de la Prada, y salió en todos los diarios europeos la noticia. ¿Qué otra cosa puedo decir?”