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La primera bailarina Viengsay Valdés asumió como subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba (BNC), un puesto que en la práctica significa el liderazgo real de la célebre compañía fundada por Alicia Alonso.
Valdés tendrá el desafío de ser el nuevo rostro que acompañará a la agrupación, una de las más importantes del mundo y un orgullo para Cuba, pues su escuela extendió su influencia en todas partes del mundo formando e impulsando a glorias de la danza en el siglo XX y comienzos del XXI.
“Estoy agradecida por la confianza que han depositado en mí. Siento que puedo ayudar mucho a los bailarines en su formación y desarrollo profesional”, dijo Valdés en declaraciones a medios de prensa locales. “Espero transmitirles seguridad e inspiración para poder compartir ese sueño común de una compañía unida y fuerte”.
Según la designación del Ministerio de Cultura, Alonso seguirá siendo la directora general del BNC, pero se espera que su lugar sea más bien simbólico pues tiene 98 años y serios problemas de salud.
De manera inusual en octubre y noviembre pasado, por ejemplo, la prima ballerina assoluta no pudo asistir al 26to Festival Internacional de Ballet, un evento auspiciado desde hace más de cinco décadas por el BNC que no es competitivo pero suele ser escenario de las luminarias mundiales.
Fundado a finales de la década de 1940 por Alonso , quien ya se había consagrado en compañías de danza de Estados Unidos, y su esposo Fernando Alonso, el BNC tomó relevancia luego del triunfo de la revolución. En sus filas se formaron centenares de glorias mundiales como José Manuel Carreño, Loipa Araújo, Aurora Bosch y Josefina Méndez, y más recientemente Carlos Acosta y los hermanos Daniel y Rolando Sarabia.
El BNC tuvo también el desafío de asimilarse a los cambios que vive el país y, en fechas recientes, comenzó a recibir o invitar a sus festivales a muchos de los bailarines emigrados que por años no habían podido pisar los escenarios de la isla en virtud de las leyes locales por haber desertado en medio de giras, o por la animadversión que causaron sus salidas entre los funcionarios.
Según indicaron a finales del año pasado durante el 26to festival funcionarios del ballet que no estaban autorizados a hablar sobre la situación interna de la institución, la propia Alonso, a quienes muchos criticaron por su intransigencia y favoritismos, accedió a que esos bailarines regresaran a la isla como herederos de su propia tradición dancística.
“Con Alicia tengo las mejores relaciones, marcadas sobre todo por el respeto y la admiración. Siempre me dio grandes consejos profesionales en mi carrera y fue un ídolo a seguir”, dijo ahora Valdés a los medios locales.
Valdés, de 42 años, nació en Cuba en el seno de una familia de diplomáticos y a los siete años comenzó a estudiar ballet. A los 17 se incorporó al BNC y se convirtió en una estrella en ascenso. La crítica especializada la considera una de las mejores bailarinas del mundo.
akc