Más Información
VIDEO: Alito Moreno felicita a Yamandú Orsi por triunfo en Uruguay; se reúne con el expresidente Pepe Mujica
Nuevo frente frío azota la CDMX y el Valle de México; se esperan temperaturas heladas de -5 grados en algunos estados
Pensión Bienestar amplía cobertura en Michoacán; 48 mil mujeres de 63 y 64 años se suman a apoyo económico
ana.pinon@eluniversal.com.mx
Gina Martí perdió a su padre en el mar hace cuatro años. Jamás encontraron su cuerpo. Hace un año, la actriz y productora teatral le contó esta terrible historia a la dramaturga Bárbara Perrín. Así nació la obra Todos los peces de la Tierra, que aborda el amor y los desencuentros entre un padre estricto y su hija rebelde, y temas como la ausencia y la pérdida.
Bajo la dirección de Alejandro Ricaño, la puesta en escena es protagonizada por la propia Martí y por Adriana Montes de Oca, se presentará por una corta temporada en La Teatrería a partir del 24 de enero con funciones todos los miércoles a las 20:30 horas, durante 10 semanas.
“Es un texto muy delicado y toca fibras muy sensibles, por eso ha conectado muy bien con el público. Lo que contamos es la historia de Marina, una sirenita, y su padre, un viejo lobo de mar. Marina desea muchas cosas y conforme logra algunas, va perdiendo otras, la vida se le va entre las manos. Hasta que un día pierde a su padre en el mar. A partir de ese momento trata de encontrarse a sí misma y desea cosas como cuando era pequeña. La gente me ha preguntado si sólo conecta con la gente que ha perdido a alguien, pero no es así; es una obra para todas las personas porque el punto central es la pérdida de uno mismo, es sobre los sueños que no logramos cumplir y es sobre cómo no podemos vivir en el abismo. Los seres humanos estamos llenos de sueños y anhelos no cumplidos. Y de lo que se trata es de seguir viviendo y de buscar la plenitud personal”, dice Martí en entrevista.
La actriz sostiene que le pidió a la dramaturga un texto sanador. “Lo que me entregó fue un cuento de fantasía, lleno de simbolismos. Era un texto que las dos necesitábamos”.
Martí añade que la obra es un monólogo a dos voces: Marina y su voz interior, y se desarrolla en un columpio suspendido a un metro de altura. “Con toda la producción somos capaces de llevar al público a lo más profundo del mar y al cuarto de una niña de cinco años”, comenta.
El montaje tuvo una primera temporada en el Teatro La Capilla y ahora se presenta La Teatrería, ubicada Tabasco, número 152, en la Roma.