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ana.pinon@eluniversal.com.mx
Guanajuato. —Les Ballets de Monte-Carlo llegó a la edición XLVI del Festival Internacional Cervantino para presentar una reinterpretación de El lago de los cisnes. Y sí, hay un príncipe, un cisne negro y un cisne blanco; pero sobre todo hay una reinvención de un clásico del ballet, no sólo por la propuesta de movimiento neoclásico y moderno, también por la concepción del deseo, la moral, la muerte, la maldad y el amor. Y es, además, una obra que consigue imágenes hermosas y trágicas, en que la muerte y el horror son poesía visual. El coreógrafo, Jean-Christophe Maillot, ha revolucionado una de las obras más importantes del repertorio clásico y, sin dejar de ser un cuento, lo ha colocado en nuestro tiempo, con su propio sello.
La obra, que se presenta durante este fin de semana en el Auditorio del Estado, inicia con un prólogo literalmente cinematográfico para contar cómo el príncipe, siendo un niño, conocerá al amor de su vida, el cisne blanco. Y cómo, Su Majestad la Noche, se la llevará lejos de él. La compañía se presentará en el escenario para continuar con esa historia. El príncipe, que no Sigfrido, sino una interpretación de él, debe encontrar esposa y le son presentadas una serie de bellas jóvenes, pero serán los cisnes quienes disputen su amor en medio de las intrigas de las reinas y del rey. Es el principio de una tragedia.
El público de la Fiesta del Espíritu ha sido receptivo a esta propuesta que se ha presentado desde 2011 en diferentes teatros del mundo, y tendrá su última función el día de hoy.
En los Pastitos tradicionalmente se presentan espectáculos de gran formato hechos para espacios abiertos. No todos fluyen con éxito. Alice on the run, sí. Pronto consigue mantener la atención, pese a que, por momentos, la acción y los traslados son lentos. Su fuerza radica en la historia y en los artilugios coloridos y explosivos. La última función será hoy.