Sólo el Museo Universitario del Chopo podía contener la diversidad de acercamientos y miradas a un tema vital del ser humano: “Ser y estar vivo” en este siglo XXI. La propuesta de diálogo de la cuarta edición de “ La noche de las ideas ”, esa fiesta del pensamiento y la reflexión que se organizó en 80 países donde Francia tiene presencia diplomática, impuso un encuentro también desde la imaginación, la lucha y la exigencia de un mundo mejor.
Más de seis horas de encuentro multidisciplinario, de voces diversas interesadas en aportar al diálogo sea desde la academia como lo hicieron Néstor García Canclini y Rossana Reguillo que desde el pensadores y el arte con voces como Daniel Goldin , Alonso Arreola y Tomás Granados; el astrofísico francés Jean-Philippe Uzan, el antropólogo Denis Vidal y la actriz Marina de Tavira .
Foto: Carlos Mejía/ EL UNIVERSAL
Un encuentro donde estuvo presente la exigencia de reivindicación de la diversidad sexual y del cuerpo como lienzo o como libertad de tatuarlo con otras identidades, tal como lo propusieron con más de una treintena de vogueros comandados por el bailarín francés Matyouz Ladurée, y los mexicanos Annia Cabañas, Bryan Cárdenas (floor manager), Paulina Pulido (DJ) y Franca Polari, quienes cerraron “La noche de las ideas” con un espectáculo de Voguin denominado “Peluca vs Cabellera”.
A través de batallas amistosas, este grupo de amigos de las diferentes casas de vogue y de 007’s de la Ciudad de México, cerraron el encuentro con una fiesta celebratoria del cuerpo y la diversidad.
En las batallas amenizadas por comentadores (presentadores) como Matyouz Ladurée y Escorpiona, los bailarines de vogue sostuvieron encuentros en diversas categorías como "Vogue Femme" (que se explora la sexualidad), "Runway" (pasarela, tanto estilo parisino como de Nueva York) y "Old way" (viejo estilo) y cerraron con broche de oro una fiesta liberadora y de reflexión sobre el cuerpo como la planteada por Siobhan Guerrero .
Foto: Carlos Mejía/ EL UNIVERSAL
La investigadora en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que se define como una chica trans que encontró en el vogue un camino y un espacio para dar forma a su identidad y a las identidades, dictó la conferencia “El cuerpo no es un lienzo, es un tatuaje” que fue uno los de los encuentros más celebrado de esta fiesta que se inscribió en la exposición “ Elements of Vogue ”, que se exhibe en el Museo Universitario del Chopo.
Siobhan aseguró que el vogue le enseñó que lo que tienes que hacer una reapropiación critica del cuerpo. “Estas maneras de habitar la carne y de crear una memoria se vuelven normativas y una presión, se vuelve la pregunta ¿qué hago ante eso?, ¡cómo debo comportarme para no perderme?”, señaló la investigadora.
Habló también de las subalternidades de Nueva York y cómo cuestionaban al movimiento transfeminista mexicano. “Estas cosas las fui aprendiendo bailando; al principio me pelee con el vogue, me divorcié de él, ahora nos llevamos bien, nos abrazamos pero ya no bailamos; pero el vogue me enseñó la complejidad de una experiencia corporal y a pensar la relación entre libertad y encarnación. La carne por supuesto es la posibilidad de ser libre y elegir cómo la encarnas”.
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Guerrero, también dijo que el cuerpo también tiene un lenguaje corporal, que tiene inercias y en ese sentido no tiene una libertad absoluta, “y cuando te das cuenta que se juega esa memoria encarnada, esa historia, empiezas a darte cuenta que algunas de las cosas que han escrito en esa carne son problemáticas, que algunas son una posibilidad de elegir quién eres y otras no, otras tienen que ver con hegemonías; en ese sentido es necesario una reapropiación crítica”.
Incluso dijo que es necesaria una reapropiación del vogue, es decir, de la danza misma, que debe ir emparejada a una reapropiación de darnos cuenta de que todos nuestros cuerpos van a cargar una memoria cultural de cómo habitarlos.
Entre ese llamado de la reapropiación del cuerpo y las batallas amistosas de vogue que cerró la noche, en “La noche de las ideas” hubo un llamado a la libertad, al pensarse humanos en este mundo, un llamado que llegó desde las diversas disciplinas artísticas, desde la academia y el pensamiento filosófico, pero también desde la plástica, el cine, la literatura, y especialmente desde la música.
La noche en los distintos espacios del Museo Universitario del Chopo fue a ritmo de hip hop a cargo de distintos creadores como Ximbo y Van-T, donde se elevó el grito melódico que exigió justicia, igualdad y libertad y un llamado a la no violencia; también llegó a través del rap en lenguas indígenas como el maya, el seri y el totonaco en el concierto del Grupo Roseta.
Foto: Carlos Mejía/ EL UNIVERSAL
Ese espectáculo celebrado en el Foro del Dinosaurio reunió a creadores diversos unidos por la conciencia de la identidad y la diversidad. Allí se dieron cita Alonso Arreola, Vicent Velázquez, Pat Boy, Zara Monrroy, Javier de la Peza, Emmanuel Pina, Héctor Xavier Aguilar y Juan Sant.
Y es que la de anoche fue una noche de liberación y libertades, de la expresión más amplia de la diversidad sexual y de las escrituras plasmadas o tatuadas en los cuerpos. “Ser y estar vivo” desde el placer y la creación, porque todos los que ayer se dieron en este recinto universitario, apostaron por pensar la vida desde el ser y estar, desde el encuentro y el diálogo y desde las armas de la imaginación, la colectividad y el encuentro cultural y social.
Jóvenes, académicos, artistas, intelectuales, creadores, pensadores, arquitectos, editores, promotores del arte, músicos, poetas, escritores, bailarines, vogueros y público en general participaron en esta fiesta que parte del deseo de hacer comunión desde la conciencia de humanidad, igualdad, cultura, arte y libertad.
fjb
