Más Información
Oposición se lanza contra extinción de órganos y elección judicial; diputada de MC llama a interponer controversia constitucional
Diputados avalan súper secretaría de García Harfuch; SSPC investigará delitos y coordinará inteligencia a nivel nacional
Con prórroga o sin ella, elección judicial va, asegura Taddei; afirma que presupuesto de 13 mmdp no es ninguna “ocurrencia”
Así fingió “El Guacho” su muerte para vivir en Estados Unidos; su esposa es hija de “El Mencho”, líder del CJNG
INE aprueba calendario y programa de trabajo para elección judicial; hay un retraso del 15% en actividades
La guerra de Rusia en Ucrania llega a los muros del Museo Nacional de San Carlos. Hoy se inaugura la exposición Pretérito en tiempo presente. La guerra en el siglo XX[I], que ofrece un retrato de la guerra con obras pictóricas del siglo XX, en diálogo con fotografías contemporáneas sobre la invasión en Ucrania.
Un total de 29 obras —en técnicas como pintura, dibujo y gráfica— de artistas mexicanos, norteamericanos, rusos y ucranianos, conforman la exposición que hace una relectura de obras que forman parte del acervo de la Academia de las Artes de México, institución que organiza esta exhibición en colaboración con el Goethe Institute de México.
Sobre el título, el curador Adolfo Mantilla explica que el tiempo verbal del pretérito hace referencia a que si bien la guerra se pensaba que era un tema del pasado, algo que ya había concluido, el conflicto en Europa del Este recuerda que no, que sigue presente. En la primera sala se exhiben obras que ofrecen un “retrato de la guerra”. Se observan dibujos de soldados con máscaras de gas, como el de la obra El Soldado (1944), de Luis Arenal; también hay alusiones a figuras como la muerte en tiempos de combate, como ilustra el dibujo de Pablo O’Higgins, titulado La guerra (1944), los poderes políticos detrás de los conflictos, como el del dictador, representado como un cerdo con uniforme militar, por Oscar Pantoja.
Lee también: Arte sobre la guerra, de antes y en la actualidad
“Hoy hablamos de globalidad, pero en realidad estas piezas que tienen hasta 80 años también fueron creadas en una consciencia global. Son imágenes que se suponen forman parte del pasado histórico, pero tienen referencias que aún son contemporáneas”, dice Mantilla sobre la vigencia de las obras.
Es en la segunda y tercera sala donde las obras entran en diálogo con las imágenes del fotógrafo alemán Olf, especialista en hacer “foto extrema” (es decir, en contextos de riesgo) y quien estuvo presente en el proceso de invasión de Ucrania este 2022. Son siete las comparaciones que se hacen entre obra del siglo XX y las fotografías. Por ejemplo, la pintura Preciosas, del artista ruso Lev Viktorocich Shepelev, muestra a dos jóvenes entre las calles llenas de escombros. Este retrato de los 60 coincide con una foto de Olf que retrata a dos jóvenes ucranianas haciendo “las últimas diligencias para salir de Ucrania”.
“El supuesto temporal de la historia es que las experiencias del pasado nos ayudan a que nuestro presente y futuro sea mejor. (...) Buscamos retomar imaginarios e iconografía del siglo XX en torno a grandes conflictos bélicos, para tratar de mover al espectador a una reflexión sobre la contemporaneidad”, agrega Mantilla.
Bajo la idea de “construir una sociedad civil que tenga como principio rector la pacificación”, Mantilla colocó juntas dos linografías, una es Lazo (1960), del artista ucraniano Georgi Yakutovich, y la otra es Manos (1960), del ruso Yiuri Vasiliev. Para concluir, la exposición presenta otra yuxtaposición entre la pintura del artista mexicano Carlos Orozco Romero, Mujer con paloma (1973) y una foto de Olf, donde los protagonistas sostienen una paloma y un cisne de papel —pintado con los colores de Ucrania—, como símbolo de esperanza y paz.
Lee también: San Carlos, un museo más sin mantenimiento
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, Qatar 2022 y muchas opciones más.
melc