Con motivo del bicentenario de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México, el embajador Ken Salazar organiza una muestra artística que incluye pinturas y fotografías exhibidas en su residencia oficial, como parte del programa Art in Embassies (Arte en las embajadas), y que en este caso tiene como propósito ser un retrato que refleje la historia migratoria de ambos países, la lucha de los trabajadores por los derechos, además de fungir como una recopilación de hechos que refuerce los lazos de cooperación entre los dos países.
En la residencia del embajador se puede apreciar la pintura El grande de España, obra realizada por el muralista Diego Rivera; a un costado de esta, se encuentra La mujer dormida, de David Alfaro Siquieros, obra que ejemplifica los principios estéticos de inspiración prehispánica presentes en el arte del pintor y muralista.
En la misma sala de la residencia, la obra Rompiendo el ayuno, del artista chicano Carlos Jackson, muestra una técnica de serigrafía sobre papel, donde Jackson reproduce una fotografía del campesino y activista Cesar Chávez, sentado al lado del senador Bob Kennedy durante una huelga de hambre.
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La muestra se compone por 30 obras distribuidas en diferentes salas de la residencia, que establecen diálogos y conversaciones en torno a los derechos civiles y la representación indígena; como parte de la selección de las obras, tarea que fue realizada por el mismo embajador y su esposa, Esperanza Salazar, se eligieron artistas chicanos entre los que destaca Malaquías Montoya, fundador del movimiento de serigrafía social en la zona de San Francisco, así como Tony Ortega, Frank Romero y Arely Morales.
En el recorrido realizado en la casa del embajador, en la colonia Lomas Altas, estuvo presente el artista americano Carlos Jackson, quien afirmó sentir emoción por presentar su obra en representación del movimiento chicano. “Es un honor para mí ser incluido en esta variada selección hecha por el embajador Salazar, pero más orgullo me da que mi trabajo esté al lado de maestros como Rivera y Siqueiros”.
“La mayoría de las obras aquí presentes no fueron hechas para estar exhibidas en museos, buscan representar la vida en comunidad, las problemáticas, por eso es muy especial que justó aquí, en la residencia del embajador de Estados Unidos en México, se nos permita contar estas historias”, comentó en entrevista.
Durante el recorrido, Salazar comentó sobre el programa Art in Embassies, creado por el presidente John F. Kennedy en 1963 y que, en palabras del embajador, tiene el propósito de establecer vínculos culturales y sociales que estrechen las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y el mundo.
Otra pintura que destaca en la exhibición se titula Rosa, un óleo sobre lienzo que describe a una mujer latina trabajadora, de mediana edad, que sostiene con la mano izquierda un trapeador, y que refleja el agotamiento, el fastidio y la desilusión del sueño americano.
La obra, elaborada en 2019 y que tiene aproximadamente 80 centímetros de alto, fue creada por Arely Morales, artista chicana nacida en México que plasma en su obra temas de identidad, humanidad, e invisibilidad de la comunidad inmigrante latina en los Estados Unidos.
Aunado a la diversidad de arte chicano, la muestra expone la obra El maizal, pintada sobre lienzo en 1955 por Gerardo Murillo, el “Dr. Atl”.
En el recorrido, el embajador también mostró dos retratos de sus padres, Enrique Salazar y Emma Montoya, ubicados en la biblioteca de la residencia y comentó que ambos, de origen latino, se conocieron en Washington D.C., en los época de la Segunda Guerra Mundial, cuando trabajaban en la obras para construir el Pentágono.
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En entrevista, el embajador Ken Salazar comentó que la muestra tiene la finalidad de visibilizar el pasado y el futuro de Estados Unidos y México y reflejar las problemáticas que deben solucionarse. “La relación entre las dos naciones tiene que ver hacia el futuro, por eso estamos haciendo esta recopilación de obras, para entender el pasado y también el presente, las raíces de las dos naciones se reflejan en el arte aquí; en esas raíces podemos ver el futuro”.
Sobre la selección de obras y la curaduría de la muestra, Salazar comentó: “Mi esposa se encargó mayormente de la selección y rastreo de las obras. Yo iba supervisando el proceso”. Asimismo, comentó que la pintura Rosa, de Arely Morales, y Rompiendo el ayuno, de Carlos Jackson, son sus obras favoritas porque reflejan la lucha y el deseo por una sociedad más justa, objetivos que también persigue como embajador.
También comentó que esta muestra es la primera de otras actividades culturales por el bicentenario de las relaciones diplomaticas entre México y Estados Unidos y se mantendrá en la residencia hasta que termine sus funciones como embajador.
Fue el 12 de diciembre de 1822 que se iniciaron formalmente las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, con el anuncio de José Manuel Zozaya como primer diplomático mexicano en representación del país en Estados Unidos, durante el periodo de Agustín de Iturbide, entonces emperador de México.
La exposición fue posible gracias a las cortesías del coleccionista Gilberto Cárdenas, Colección y Archivo de Fundación Televisa y Fomento Económico Mexicano (FEMSA).
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