Un jaguar ricamente adornado y vestido como un guerrero fue descubierto recientemente en el Proyecto Templo Mayor y podría, para los arqueólogos, ser el preámbulo de un hallazgo todavía grande aún: la tumba de un emperador azteca.

Las ofrendas de sacrificio también incluyen un niño pequeño vestido para parecerse al dios de la guerra y la deidad solar azteca. Además incluyen un juego de cuchillos de madreperla y piedras preciosas.

Arqueólogos hallan ofrendas sin precedentes en Templo Mayor
Arqueólogos hallan ofrendas sin precedentes en Templo Mayor

Ninguno de estos detalles habían sido reportados y tal descubrimiento marcaría la primera vez, ya que no se ha encontrado ningún entierro azteca a pesar de décadas de excavaciones. “Nunca hemos hallado eso y tenemos ahora enorme expectativa. Suponemos que conforme vayamos profundizando vamos a seguir encontrando objetos muy ricos”, dijo a la agencia de noticias Reuters, el arqueólogo Leonardo López Luján, director desde 1991 del Proyecto Templo Mayor.

La ofrenda de jaguar, que se encuentra en una gran caja rectangular de piedra que habría sido el centro de la plataforma circular, ha despertado una emoción particular. Sólo se ha excavado una décima parte del contenido de la caja, pero ya se ha encontrado una gran variedad de artefactos cerca de la parte superior, como una lanza y un disco de madera tallada colocados en la espalda del felino, que era el emblema de Huitzilopochtli, el dios de la Guerra y del Sol.

Se identificó una capa de ofrendas acuáticas colocadas en la parte superior del jaguar orientado hacia el oeste, que incluye una gran cantidad de conchas, estrellas de mar de color rojo brillante y coral, que probablemente representan el inframundo acuático por el que los aztecas creían que el Sol viajaba por la noche antes de salir a la superficie al este para comenzar un nuevo día.

También se encontró otra caja de piedra que contiene 21 cuchillos de pedernal decorados para parecerse a guerreros, incluido el mismo disco del dios de la Guerra pero hecho de nácar, así como un lanzadardos y un escudo, ambos de madera.

Además de una ofrenda circular adyacente con un niño sacrificado de nueve años de edad que se encuentra con un disco de madera del dios de la Guerra, un collar de cuentas de jade y alas hechas de huesos de gavilán y adheridas a sus hombros.

Entre los descubrimientos en Templo Mayor, registrados entre 1979 y 1980, están los adoratorios a Tláloc y Huitzilopochtli, y al frente del acceso se localizaron unas urnas funerarias con restos osteológicos, tal vez de un personaje de alto rango, y una escultura de Chac Mool.

En el norte del Templo también se ubicó un edificio adornado con más de 260 cráneos, que hace referencia al Mictlán, el lugar de la muerte, así como los Templos Rojos, que tienen rica policromía.

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