Para Argentina Durán, pianista titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, la música fue una especie de faro que la alumbró, en medio de ciertas situaciones difíciles en los meses de creación de su segundo disco, "Rapsodia mexicana". "Hubo decepciones de todo tipo: amorosas, laborales, familiares e incluso de salud porque estuve un mes en cama, lo cual hizo que fuera una de las épocas más complicadas de mi vida. Para dar a luz este proyecto estuve conectada con la música y noté que ahora tengo más experiencia, que mi interpretación se hizo profunda, que es menos cuadrada y ahora busco la belleza y el vínculo con mis sentimientos. Muchas veces me pregunté, ¿qué me lleva hacia adelante?, ¿qué es lo que me anima a seguir? Entonces, en el arte y el piano encontré esa salida. También valoro mucho saber que mi música ha ayudado y le ha dado motivación a la gente", cuenta Duran, en entrevista.
Sobre el vínculo entre "Rapsodia mexicana" y "El sonido de la plata", su debut como solista, explica que hay piezas en el nuevo álbum que fueron concebidas, originalmente, para el primer disco: "He mejorado en este tiempo. En realidad ha pasado poco entre un disco y otro, quizá un año o año y medio. La intervención de mis productores, Rosino Serrano y José Luis Esquivel, a la hora de grabar, así como su oído fino, me impulsó", continúa y resalta que la gran diferencia entre un álbum y otro fue la guía de personas externas: "El sonido de la plata fue como mi primer hijo, la prueba. Ahora vengo con más experiencia, un mejor instrumento y otra perspectiva de lo que es la música".
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Por tratarse de una artista Yamaha, Durán fue patrocinada por la compañía con el piano CFX, "uno de los mejores del mundo", en palabras de la artista, quien grabó las piezas en la Sala Silvestre Revueltas de los Estudios Churubusco "con un diseño de microfonía espectacular, hecho por Luis Felipe Herrera, ganador del Grammy, que se encargó de la ingeniería de audio". Durán continúa: "Rapsodia mexicana" es quizá el primero o uno de los primeros discos de música clásica mexicana para formato Dolby Atmos, el cual estará disponible en plataformas digitales el 3 de mayo.
La selección de piezas —deja en claro— gira alrededor de la obra que titula al álbum: "A mi maestro de piano le ha gustado, desde hace años, rescatar música. Recuerdo que cuando yo era niña escuché a un compañero interpretar Rapsodia mexicana y me propuse que tocaría esa obra algún día. Buscando material, recordé Rapsodia mexicana, de la cual se sabe poco y era inédita entonces. De su autor, Jesús Corona, se sabe poco. Fue indígena en una época donde todos los compositores eran españoles o criollos. La manera de crear de Corona es interesante porque hace cosas difíciles, al estilo de Liszt o Chopin".
Fue, en el proceso de grabación de la obra, cuando Durán se dio cuenta que estaba frente a un trabajo complicado, técnicamente difícil y lúcido: "Se basa en tres temas populares: La Valentina, La Adelita y La cucaracha. Digamos que es un popurrí al que le hace adornos y le compone fragmentos de conexiones entre piezas. Al grabar Rapsodia mexicana quise hacer un marco, alrededor de esta obra, que me permitiera incluir a otros compositores del mismo estilo. Por eso incluí a Manuel M. Ponce, Felipe Villanueva, José Rolón y un arreglo de Sergio Cárdenas de Marchita el alma".
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Además, hay un par de compositores veracruzanos —"como yo, que estoy orgullosa de mis raíces", dice—: Mario Ruiz Armengol y Alejandro Corona, autor de "Padre", la cual quizá sea la pieza que más le gusta del disco. "Al tocar e interpretar una partitura puedo canalizar mis emociones. Padre es una obra que el compositor hizo para su papá que había fallecido. Estoy segura de que si mi papá no hubiera muerto, yo no hubiera entendido de la misma manera la profundidad de la pieza. Es necesario tener vivencias para canalizarlas a través del arte. A la hora de sentir la música con el instrumento y transmitirla a las personas que escuchan, ésta se vuelve un refugio". Enfatiza un detalle particular del álbum: si bien la interpretación en vivo puede ser más expresiva, "Rapsodia mexicana" alcanza la cercanía con el público debido a que se grabó, por decirlo de alguna manera, en un formato inmersivo. "Es como si se escuchara junto al piano o, incluso, dentro de él. Por supuesto, tiene que escucharse en equipos especiales para Dolby Atmos".
Aunque Durán es consciente de que el acto de interpretar es una forma de creación, actualmente está componiendo un concierto para piano y orquesta que se llamará "Cartas": "No lo incluí en el álbum porque aún no está terminado".
"Rapsodia mexicana" se presentará el 3 de mayo, a las 18:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Al día siguiente, la pianista tocará el concierto Emperador, de Beethoven, en el Teatro de la Ciudad de Puebla.
melc