“La sistemática destrucción del Cine Mexicano y sus instituciones —lo que llevó décadas construir— ha sido brutal. Sobrevivimos el sexenio de López Portillo, pero esto no tiene precedentes”, fueron las palabras que el cineasta Guillermo del Toro escribió desde su cuenta de Twitter (@RealGDT) el pasado 24 de noviembre y que desataron la polémica entre él y la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
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Un día después, la funcionaria le respondió que el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), “institución que se ha fortalecido en esta administración con modelos de estímulos directos y transparentes, otorga apoyos por casi 900 millones de pesos al año”.
Pero en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2022, al Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) sólo se le destinaron 201 millones 276 mil 445 pesos para cubrir suministros, sueldos y gastos operativos. Del IMCINE provienen los apoyos que se dan a través del Programa de Fomento al Cine Mexicano (FOCINE), y que a su vez recibe dinero de la Federación (en 2022 contó con 110 millones de pesos). Por año, FOCINE lanza 12 convocatorias (producción de óperas primas de escuelas de cine o con especialidad de cine; producción de cine para las infancias; producción de cortometrajes por región y con trayectoria, entre otras); pero es evidente que, por la cantidad de recursos que dispone a nivel presupuestal, se trata de convocatorias limitadas o poco accesibles —dijo, en entrevista, una analista del Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte en México (Moccam), que prefirió reservar su nombre—. “En la convocatoria de largometraje de ficción, el año pasado hubo cinco seleccionados, mientras que este año quedaron tres, de los cuales no se debe contar uno porque fue un apoyo de 2021. Estamos hablando sólo de dos ganadores en una convocatoria”, señaló.
El IMCINE y el FOCINE son las únicas instancias que reciben dinero de la federación destinado al cine en México. Además de ellas, existe el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (EFICINE), que no consiste en un apoyo gubernamental ni recibe dinero de la Federación. Es un modelo de recaudación fiscal en el que grandes contribuyentes pueden destinar hasta el 10% del pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) al quehacer cinematográfico; 700 mdp son el dinero que en total ofrece, de los cuales 650 son para el apoyo a la producción y 50 para distribución; cada proyecto tiene un tope de 20 millones de pesos. Es importante precisar que no se trata de recursos de la Federación, sino de un modelo de deducción fiscal que se aplica a otras disciplinas, como el teatro. Se puede decir que la Secretaría de Hacienda está destinando una parte de las contribuciones que recibe para apoyar al arte y la cultura en México, un dinero que está muy al margen del presupuesto de la federación.
La diferencia sustancial entre el FOCINE y el EFICINE es que el primero recibe dinero del PPEF; mientras que en el segundo los apoyos que se dan a los creadores provienen del ya citado modelo de deducción fiscal. Si se suman los recursos del IMCINE (201 millones 276 mil 445 pesos) con los 700 millones de los que dispone el EFICINE se obtienen los 900 millones mencionados por Frausto. “Se están contando 700 millones que no son de la Secretaría de Cultura ni del IMCINE”.
Para el director y analista cinematográfico Víctor Ugalde, cuya cinta más reciente es La prima, “el desastre proviene del concepto. No está bien diseñado. Hay tanto enojo en la comunidad teatral o literaria o cinematográfica porque los creadores aplican a las convocatorias, no les aprueban los proyectos y ese dinero se devuelve”.
Si bien es cierto que el EFICINE apoyó a cintas como Museo, de Alonso Ruizpalacios; La región salvaje, de Amat Escalante, y El paraíso de la serpiente, de Bernardo Arellano, hay reveses que deben considerarse. Una de las polémicas recientes se dio con el director Luis Estrada, quien a través del EFICINE pidió 20 mdp para rodar su nueva película, ¡Qué viva México!, aunque sólo accedió a alrededor de 2 mdp.
“La comunidad ha pensado siempre que son las empresas las que deciden, las que premian proyectos. Las empresas deciden a qué película le dan ese dinero, lo cual es cuestionable porque es dinero de las empresas, pero no es un capital de riesgo; hablando muy llanamente son impuestos que se irían al gobierno para cualquier otra cosa”, señala la analista de Moccam y precisa que el proceso de selección (en el que los creadores suben un video para presentar brevemente su proyecto) es un trabajo ante el que las empresas tendrían que pagarle a un tercero para que se dedique a analizar las cintas.
“Si las empresas no están acostumbradas a hacer esto, es muy complicado que lo hagan, así como explicarles cómo funciona todo esto”. Otro problema de fondo, abunda, es que se da por sentado que las empresas van a entrar a descargar los proyectos, lo cual no sucede.
A estas complicaciones y al bajo presupuesto del que dispone el IMCINE habría que sumar que el EFICINE se ha convertido en un cuello de botella para los creadores. “No es que no haya nada más que EFICINE; crearon FOCINE, pero hacer cine con FOCINE es muy complicado. Al final, la única convocatoria que queda para producción de cine es EFICINE”, precisó la experta.
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Y si cineastas de trayectoria como Luis Estrada denunciaron la estructura del Estímulo Fiscal, el panorama no es tan alentador para directores incipientes.
“EFICINE siempre ha sido más de apoyar proyectos comerciales, no porque esté planteado así, sino porque es lo que eligen las empresas, con la preselección quizá se podría corregir un poco, es difícil porque se tendría que buscar la empresa previamente”.
En el EFICINE el número de ganadores tampoco es alto: en el primer periodo de 2020, como una cifra promedio de la mayoría de los años, hubo 34 preaprobados para producción y 11 para distribución. Ugalde detalla que el origen de la crisis está en el inicio de la administración, cuando el Presidente impulsó la desaparición de dos fideicomisos: Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE) y el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE).