Encumbradas voces de la , entre ellas la del escritor Leonardo Padura , el cineasta Fernando Pérez y los cantautores Silvio Rodríguez y Pablo Milanés , apoyaron sin cortapisas las , un hecho inédito que expertos interpretan como "una señal" de cambio.

Hasta las históricas manifestaciones del 11 y 12 de julio, que dejaron un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos, ningún suceso antigubernamental suscitó un respaldo tan unánime de pesos pesados, sin vínculos con la oposición y con un sinnúmero de seguidores en la isla.

"Una pregunta que nos hacemos ante esas declaraciones de respaldo" es "si cambiaron quienes las escribieron, si cambió Cuba", declara a la AFP el escritor cubano radicado en España, Jorge Ferrer .

Este apoyo en más de seis décadas de vivir bajo un modelo comunista responde a "la violencia con la que reaccionó el gobierno a las manifestaciones" que "causó un impacto incluso en la consciencia de quienes antes callaban", y "generó en ellos un sentido de estupefacción y repulsa" que rompió lealtades, afirma.

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Al grito de "libertad" o "tenemos hambre", miles de cubanos marcharon en más de 40 ciudades del país, en medio de la peor crisis económica en décadas y de un fuerte repunte del Covid-19 .

Después del estallido, el presidente Miguel Díaz-Canel reconoció la necesidad de "la autocrítica, de la rectificación pendiente, de la revisión profunda de nuestros métodos y estilos de trabajo".

Poco acostumbrados a ver revueltas callejeras, los cubanos quedaron atónitos con mensajes de grandes representantes de la música popular que los han hecho bailar.

"Apoyamos a los miles de cubanos que reclaman sus derechos, debemos ser escuchados", dijo en Facebook Samuel Formell, director de Los Van Van , orquesta conocida como el "tren de la música" de Cuba.

Sorprendieron menos las palabras de Pablo Milanés (78), uno de los fundadores de la Nueva Trova, que tiempo atrás puso distancia con el gobierno. Es "irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen", dijo en Facebook.

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Durante la protesta hubo enfrentamientos entre manifestantes y partidarios del gobierno que respondieron a la "orden de combate" de Díaz-Canel de salir a las calles, que dijo, son de "los revolucionarios".

"¿No sería mejor autorizar legalmente las protestas de los ciudadanos? ¿Revolucionarios o no?", cuestionó Luis Alberto García (59), crítico actor de cine que interpreta a Nicanor O'Donnell, un personaje que en sus sketchs ironiza sobre la cotidianidad cubana.

Otras celebridades pidieron al gobierno atender los reclamos de los manifestantes.

Es "un grito de desesperación" al que las autoridades deben dar "una respuesta no solamente material sino también política", dijo el maestro de la novela negra Leonardo Padura (65).

Silvio Rodríguez (74), un ícono de la revolución cubana, pidió en su blog Segunda Cita libertad para detenidos que "no fueron violentos", y "más diálogos".

"Menos prejuicios; menos ganas de pegar y más deseos de resolver la montaña de temas económicos y políticos pendientes", pidió.

Antes del estallido del 11J, unos 300 artistas e intelectuales, en su mayoría de una generación más joven, habían metido la cuña al plantarse el 27 de noviembre (27N) pasado frente al ministerio de Cultura para exigir libertad de expresión.

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El multipremiado cineasta Fernando Pérez (76) igual que el actor Jorge Perugorría (Fresa y Chocolate) se unieron a esa movilización inédita hasta ese momento.

Entonces "sentí que realmente algo estaba cambiando", dijo Pérez recientemente en entrevista, lamentando que el diálogo con autoridades se rompiera y que los jóvenes fueran después "estigmatizados" en medios de comunicación. "Cuba necesita un "nuevo lenguaje" para superar la crisis, "no solo de palabras sino de actitudes, de soluciones", insistió.

Algunos integrantes del contestatario Movimiento San Isidro , que participaron en esa protesta, están encarcelados, algunos se fueron de Cuba y otros con frecuencia son impedidos de salir de sus domicilios.

El apoyo "es vital para signar que el camino correcto es el diálogo, y no el enfrentamiento entre cubanos", considera la académica cubana, radicada en Nueva York, María Isabel Alfonso.

Es también "una señal de que las cosas están cambiando en Cuba, y de que cada día las personas tienen más claro que el derecho al disenso debe ser respetado", anota.

"¿Hará caso el gobierno al reclamo que muchos de ellos hicieron al diálogo, a la apertura política?", se pregunta Ferrer.

"Es posible", pero "resulta evidente" que el pacto entre "se ha hecho añicos", concluye.

fjb

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