, reconocida escultora mexicana, falleció a los 93 años, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura ( ).

Gurría nació en la Ciudad de México en 1929. No se dedicó a la escultura desde un inicio, pues estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Después comenzó a trabajar la escultura de forma autodidacta, aunque con el tiempo se hizo discípula de artistas como Germán Cueto, Mario Zamora y Abraham González.

En 2021, EL UNIVERSAL entrevistó a Emilio Javelly Gurría, hijo de Gurría, quien contó el proceso artístico de su madre.

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“La recuerdo con su bata trabajando cosas en cera, había alambre y pinzas por todos lados. Para la escultura monumental y la pública iba a los lugares donde se producía y trabajaba más fuera de casa; en 1975 se hizo de un estudio más grande, en la calle de Tlapancalco.

Recuerdo que estando con ella nos ponía a ayudarla, entre comillas, a mi hermana y a mí; nos daba barro y jugábamos a ayudarla. La música era importantísima; el ritmo que oía la llevaba, el ritmo de los canteros, el de la música clásica, o Juan Gabriel. Si la idea estaba atorada, dibujaba”, dijo Javelly en aquella ocasión.

Ángela Gurría, la escultora que se guiaba por el ritmo de la cantera, la música clásica y Juan Gabriel
Ángela Gurría, la escultora que se guiaba por el ritmo de la cantera, la música clásica y Juan Gabriel

Foto: Vía Portal de la Academia de las Artes

Su hijo detalló que la naturaleza, los ríos, las mariposas, el viento, han sido su fuente de inspiración, que entre sus libros preferidos estaban “Memorias de Adriano”, de Marguerite Yourcenar; “La fuerza de las cosas”, de Simone de Bouvoir; “Concierto barroco”, de Alejo Carpentier y toda la obra de Virginia Woolf.

“Recuerdo libros en todos los cuartos de la casa, los de arqueología y de arte prehispánico, fueron fuente de inspiración de ella. Libros sobre mariposas, cuestiones de códices, si no estaba dibujando o trabajando con un material, estaba leyendo, estudiando algún libro; en los 50 leía muchos de arte europeo, Brancusi y Moore; y a partir de los 60 fue una alimentación de lo prehispánico que aparece en su obra a finales de los 60 y que la acompaña en todo el resto de su carrera”, detalló Javelly Gurría.

Ahora, más de 30 esculturas de Gurría se encuentran a lo largo del país. Entre las más destacadas están “Señales”, que se puede ver en la Ruta de la Amistad, serie de esculturas realizadas por artistas internacionales en el marco de los Juegos Olímpicos de México de 1968, y “Río Papaloapan”, en el Museo de Arte Moderno.

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Su primera exposición fue en 1959, en la Galería Diana. Después exhibió en recintos como el Museo del Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno, la Galería Arvil, la Casa del Lago, el Museo Pape de Monclova, Coahuila; Polifórum Cultural Siqueiros, y Museo de Arte de Zapopan, Jalisco.

A lo largo de su carrera, Gurría fue adquiriendo reconocimientos como el Premio Nacional de Ciencias y Artes, que recibió en 2013 y la Medalla Bellas Artes, que le fue otorgada en 2015. También recibió el Premio del Instituto de Arte en México, la Medalla de Oro de la Academia del Arte del Lavoro (Italia, 1980) y el Primer Premio de Escultura Integrada a la Arquitectura de la III Bienal Mexicana de Escultura en 1967 por la obra Puerta- celosía, ejemplo notable de este tipo de diálogo artístico entre ambas disciplinas, creado para la entrada a la Casa de Moneda.

Ángela Gurría, la escultora que se guiaba por el ritmo de la cantera, la música clásica y Juan Gabriel
Ángela Gurría, la escultora que se guiaba por el ritmo de la cantera, la música clásica y Juan Gabriel

Obras de la escultora Ángela Gurría en la exposición que se presenta en la galería proyectos Monclova de Polanco. Foto: Diego Simón Sánchez, Archivo El Universal.

Además, Gurría fue la primera mujer que entró a la Academia de las Artes de México, donde fue académica honoraria. Su ingreso fue el 5 de septiembre de 1974.

“Con el tiempo, he logrado entender, a través de la creación, que el artista siempre ha sido una voluntad de ser, que se expresa en el seno y mediante la vida de una colectividad. Por ello, he aprendido, que crear no es estar por encima de los hombres, sino entre ellos. Llegar a esta convicción, no ha sido fácil, pero he de reconocer que tampoco ha sido extraordinariamente complicado”, declaró en su discurso.

En la ceremonia, con Gurría estuvieron los artistas Juan O’Gorman y Federico Canessi.

“Ángela Gurría es uno de nuestros más altos exponentes del arte de la forma, el volumen y el espacio. Por más de cinco (siete) décadas su trabajo ha sido luminoso, consistente y tenaz. Es una artista que se inventa maneras de cambiar el espacio”, escribió la también fallecida historiadora de arte Lily Kassner en su “Diccionario de escultores mexicanos del siglo XX”.

Actualmente, el Museo del Palacio de Bellas Artes se encuentra preparando una retrospectiva de Gurría en 2024.

Entre sus últimas exposiciones se encuentra “Escuchar la materia”, que se realizó en la galería que la representaba Proyectos Monclova en junio de 2021. Ahí exhibió alrededor de 60 piezas, entre las que había esculturas en varios materiales y tamaños, maquetas, fotos y el retrato que Juan O’Gorman le hizo, pues fue su amigo.

“Gurría vive en Coyoacán; la pandemia y sus problemas de salud impiden que dé entrevistas y que se desplace a ver la exposición”, publicó EL UNIVERSAL en aquella ocasión.

El año pasado, Daniel Garza Usabiaga curó una retrospectiva de Gurría en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, con el título “Ángela Gurría. Segunda naturaleza”.

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