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La maternidad ha sido siempre un tema muy complejo con una presencia destacada en las artes visuales. Lo sabe bien Ana Casas Broda , la fotógrafa, escritora y gestora de origen español radicada en México desde 1974, quien asegura que en las representaciones pictóricas a lo largo de los siglos, la imagen idealizada de la madre se asocia a la religión y la fertilidad, y es símbolo de visiones sociales y culturales de la mujer, la familia y el cuerpo.
La creadora señala que muchos artistas abordaron la maternidad desde miradas más complejas como el pintor Egon Schiele , en la Viena previa a 1918; y luego en la fotografía ha sido un tema explorado por distantas creadoras. En los 70, con el movimiento feminista, artistas como Mary Kelly, con “Post Partum document”, o Adrienne Rich, May Stevens, René Cox, Catheriene Opie, Ellen McMahon, Mierle Laderman Ukeles y Sherry Millner, abordaron la maternidad desde perspectivas sociales, culturales, personales y políticas.
En los años 80 y 90, Casas Broda cita a la fotógrafa Sally Mann, quien trabajó por años su proyecto y libro “Immediate family, donde retrata la infancia de sus hijos, siendo el cuerpo, la sensualidad y el contacto ejes centrales a la obra, lo que le generó demandas y polémicas. Luego, dice, vino la mirada censurada ante el cuerpo, la sensualidad y en especial el cuerpo de los niños y con la maternidad.
“Después del 2000, una generación entera de mujeres se percata de que su reloj biológico les hizo perder la posibilidad de ser madres”, afirma Ana Casas, quien asegura que entonces entra el tema de la fertilidad asistida, sin embargo, pocos fotógrafos abordan el tema hasta pasado 2005 cuando abordan la maternidad desde perspectivas nuevas y cuestionándola desde ángulos muy diversos.
En ese contexto se inserta ella, Ana Casas Broda. “En mi obra personal, había trabajado el tema de la maternidad en el libro y exposición ‘Álbum’ publicado en el año 2000, pero desde mi lugar en las cuatro generaciones de mujeres de mi familia. Trabajé 14 años en este proyecto en el que textos e imágenes construyen una narrativa en la que el cuerpo, la memoria y las acciones detonadas por el acto fotográfico son los ejes clave de este trabajo”.
La también docente, editora y curadora trabajó entre 2006 y 2012 otro gran proyecto: “Kinderwunsch”, un fotolibro donde plasmó su “experiencia profundamente transformadora, llena de emociones intensas y contradictorias” con la maternidad, que dice va de lo idealizado como “normal, cotidiano”, y lo tabú.
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Ana tenía claro que este proyecto era el proceso de su transformación como madre, “al hacer de la maternidad mi trabajo y mi obra, planteo también una toma de postura frente a este tema que se pretende ver como normal e invisible, cuando es la vivencia central de la vida de todos los seres humanos, y nos marca profundamente de una u otra manera. Además, apunta a la urgencia de comprender la necesidad de dar visibilidad a la dificultad para las mujeres de vivir su maternidad y seguir teniendo un rol activo en el campo laboral”.
“Kinderwunsch”, que viene del alemán, su lengua materna, es la unión de las palabras niños y deseo, se usa para hablar de la infertilidad y del deseo de tener hijos. En él aborda los procesos de la fertilidad asistida, cómo el cuerpo de la mujer es tratado por la medicina, el deseo profundo y doloroso de tener un hijo, el embarazo, el parto, el contacto y la lactancia.
Así lo señala en el libro: “El deseo de tener un hijo, un embarazo. Habitar un cuerpo ajeno, perfecto. Parir, los pechos llenos de leche, el delirio de los primeros meses. Un espacio atemporal, sin forma, día y noche se suceden sin divisiones. El placer de ese pequeño cuerpo pegado al mío, a mi pecho, amamantar cada tres horas, dormitar, delirar, el agotamiento. Un cuerpo que se alimenta de mí. Tantas emociones intensas, contradictorias, sorprendentes. Y en algún momento, un deslizamiento a otra escena, un movimiento imperceptible, radical. Insomnio, pensamientos circulares”.
La artista visual cuya obra gira en torno a su autobiografía y la construcción de la identidad, asegura que “Kinderwunsch” es un libro donde textos y fotos construyen una narración que explora la complejidad de la experiencia de la maternidad.
“Me interesa trabajar con las vivencias desde la frontera entre la cotidianidad y las acciones que se realizan para la cámara. La fotografía como una forma vital de intervención en la realidad, la tensión entre la acción recreada y la espontaneidad como un espacio que devela aspectos esenciales de las relaciones. La fotografía como una búsqueda de apariciones de una realidad no siempre visible”, afirma Casas Broda.
Justo, durante el proceso de trabajo del libro la contactó la curadora británica Susan Bright, quien incluyó su trabajo en el libro y la exposición “Hometruths”, donde diferentes artistas abordan desde miradas muy diferentes la maternidad.
Algo que le sorprende a Ana Casas Brodal, la impulsora del proyecto editorial Hydra, es la recepción de las imágenes de los cuerpos femeninos cuando se vinculan al sexo, tan distinta ante los cuerpos de madres, padres e hijos.
“Se censura de formas renovadas, me impacta cómo amamantar en público se considera falta a la moral en México y en muchos otros países y cómo se prohíben en redes fotos de partos, niños desnudos, madres amamantando, implicando que el cuerpo y el afecto se vinculan con temas como la pornografía y lo ominoso”, señala la artista cuya obra atraviesa las fronteras entre realidad y su imagen.
nrv