Alfonsina Storni

, también conocida por el seudónimo Tao-Lao , reconoció ser una mente varonil encerrada en un cuerpo de mujer. A pesar de los desengaños amorosos que padeció, de considerar el sexo un estigma , de su nerviosismo hasta la paranoia y de las depresiones , durante su existencia se dedicó a luchar contra las desventajas y discriminaciones de las mujeres gracias a su labor como periodista y escritora.

Storni,

cuya vida fue dura y apasionante, tenía muy clara su vocación como escritora. Publicó sus primeros versos en las revistas Mundo rosariano y Monos y monadas , pero a la vez, sufrió su primer desengaño amoroso con un hombre casado, 24 años mayor que ella, y que además la dejó embarazada.

Fueron estas experiencias, su situación económica, su infancia condicionada por el alcoholismo de su padre y sus depresiones lo que marcaron a su literatura.

El primer libro de Alfonsina Storni se publicó en 1916, cuando era pobre, madre soltera, sin contactos adecuados y considerada poco atractiva según los estándares de la época. Se publicaron quinientas copias por 500 pesos.

Para recordar a la poeta, quien un día como hoy, pero de 1938 decidió decidió entregar su vida a la deriva del mar, la recordamos con cinco de sus poemas más emblemáticos.

Sus siguientes obras, El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919), y Languidez (1920) expresan sus frustraciones con los estereotipos de las mujeres. Precisamente en este último proclamó en uno de los versos: “Señor, el hijo mío que no me nazca varón”

Animal cansado

"Quiero un amor feroz de garra y diente

Que me asalte a traición en pleno día,

Y que sofoque esta soberbia mía,

Este orgullo de ser todo pudiente.

Quiero un amor feroz de garra y diente

Que en carne viva inicie mi sangría,

A ver si acaba esta melancolía

Que me corrompe el alma lentamente.

Quiero un amor que sea una tormenta,

Que todo rompe y lo remueve todo

Porque vigor profundo la alimenta.

Que pueda reanimarse allí mi lodo,

Mi pobre lodo de animal cansado,

Por viejas sendas, de rodar, hastiado".

Un sol

"Mi corazón es como un dios sin lengua,

Mudo se está a la espera del milagro,

He amado mucho, todo amor fue magro,

Que todo amor lo conocí con mengua.

He amado hasta llorar, hasta morirme.

Amé hasta odiar, amé hasta la locura,

Pero yo espero algún amor natura

Capaz de renovarme y redimirme.

Amor que fructifique mi desierto

Y me haga brotar ramas sensitivas,

Soy una selva de raíces vivas,

Sólo el follaje suele estarse muerto.

¿En dónde está quien mi deseo alienta?

¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?

Vulgar estorbo, pálido follaje

Distinto al tronco fiel que lo alimenta.

¿En dónde está el espíritu sombrío

De cuya opacidad brote la llama?

Ah, si mis mundos con su amor inflama

Yo seré incontenible como un río.

¿En dónde está el que con su amor me envuelva?

Ha de traer su gran verdad sabida…

Hielo y más hielo recogí en la vida:

Yo necesito un sol que me disuelva".

Voy a dormir

"Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme prestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;

una constelación, la que te guste;

todas son buenas: bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes…

te acuna un pie celeste desde arriba

y un pájaro te traza unos compases

para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido…"

Alma desnuda

"Soy un alma desnuda en estos versos,

Alma desnuda, que angustiada y sola,

Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,

Que puede ser un lirio, una violeta,

Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta,

Y ruge cuando está sobre los mares,

Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora, sobre sus altares,

Dioses que no se bajan a cegarla;

Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla

Con sólo un corazón que se partiera

Para en su sangre cálida regarla

Alma que cuando está en la primavera

Dice al invierno que demora: vuelve,

Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva, se disuelve

En tristezas, clamando por las rosas

Con que la primavera nos envuelve.

Alma, que a ratos, suelta mariposas

A campo abierto, sin fijar distancia,

Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia,

De un suspiro, de un verso en que se ruega,

Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega.

Y negando lo bueno el bien propicia,

Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia

Palpar las almas, despreciar la huella,

Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,

Como los vientos vaga, corre y gira;

Alma que sangra y sin cesar delira

Por el oro precioso de una estrella."

Frente al mar 

"Oh mar, enorme mar, corazón fiero

De ritmo desigual, corazón malo,

Yo soy más blanda que ese pobre palo

Que se pudre en tus ondas prisionero.

Oh mar, dame tu cólera tremenda,

Yo me pasé la vida perdonando,

Porque entendía, mar, yo me fui dando:

«Piedad, piedad para el que más ofenda».

Vulgaridad, vulgaridad me acosa.

Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.

Hazme tener tu cólera sin nombre:

Ya me fatiga esta misión de rosa.

¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,

Me falta el aire y donde falta quedo,

Quisiera no entender, pero no puedo:

Es la vulgaridad que me envenena.

Me empobrecí porque entender abruma,

Me empobrecí porque entender sofoca,

¡Bendecida la fuerza de la roca!

Yo tengo el corazón como la espuma.

Mar, yo soñaba ser como tú eres,

Allá en las tardes que la vida mía

Bajo las horas cálidas se abría...

Ah, yo soñaba ser como tú eres.

Mírame aquí, pequeña, miserable,

Todo dolor me vence, todo sueño;

Mar, dame, dame el inefable empeño

De tornarme soberbia, inalcanzable.

Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza.

¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo!

Desdichada de mí, soy un abrojo,

Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.

Y el alma mía es como el mar, es eso,

Ah, la ciudad la pudre y la equivoca;

Pequeña vida que dolor provoca,

¡Que pueda libertarme de su peso!

Vuele mi empeño, mi esperanza vuele...

La vida mía debió ser horrible,

Debió ser una arteria incontenible

Y apenas es cicatriz que siempre duele".

akc

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