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"Lo que se regala no se quita". Así de enfática fue la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, la semana pasada al referirse a la posible reactivación de la demanda de Isla de Pascua para devolver el moai que se encuentra en el Museo Fonck.
En 2014, la autoridad comunal de la isla, Pedro Edmunds, ya había formalizado esa solicitud ante el Consejo de Monumentos Nacionales, la que autorizó hace casi 70 años embarcarlo en el transporte "Presidente Pinto" de la Armada, que lo llevó a la Ciudad Jardín.
El presidente del directorio del museo, Claudio Etcheberry, reiteró que, al contrario del saqueo de piezas arqueológicas que la isla sufrió a manos de potencias europeas en el siglo XIX, "el nuestro fue donado por el pueblo rapanuí".
Según los registros que maneja la entidad, el entonces propio alcalde pascuense Pedro Atan costeó el traslado de la escultura hasta el embarcadero, lo que requirió dos carretas y 28 bueyes que la arrastraron 15 kilómetros desde la costa suroriental.
Pero el nieto de Pedro Atan, el abogado municipal Mata-U'iroa Atan, insistió en que su abuelo se vio obligado a acatar la orden del Presidente Gabriel González Videla y que la alcaldesa ha declinado reunirse con su similar pascuense para abordar su posible regreso.
akc