Alaska, obra de teatro dirigida por Lisha Montaño e interpretada por “Fabo” Varona, Salvador Carmona y Tania Noriega, es la historia de un personaje que no sabe manejar sus emociones hacia los demás y desemboca en los celos, la posesión y el amor fallido, cuenta el dramaturgo Gibrán Portela, autor de la pieza. Para Noriega, quien también produce Alaska, trata sobre la codependencia, las relaciones tóxicas y la violencia, y “tiene un fuerte discurso de género”.
Su personaje, Martina, es “una chica fuera de lo común y con características muy marcadas: es solitaria, no entra en la forma habitual de socializar y, en una escena, cuenta también que es rara. Desde que es niña es alérgica a los piquetes de mosquito, se rocía entera de repelente, y la gente la ve mal por esto, la aísla y se aleja”.
Al enamorarse de Miguel, personaje manco, tartamudo, “solitario y silencioso”, irrumpe en la amistad turbia que él tiene con Jimi, quien violenta y manipula a Miguel porque, en el fondo, está enamorado. Previamente, ellos viajaron a Alaska para, a su regreso, instalar una tienda de cajas fuertes. “Martina es también un personaje amoroso y divertido, pero el giro que provoca su presencia en la relación de Miguel y Jimi termina en algo violento”, cuenta la actriz.
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El eslogan de la obra: “Y tú, ¿qué guardarías?” se justifica con la presencia de varias cajas fuertes en la escenografía. “Creo que cada persona, cada ser humano guarda algo. Puede ser algo bueno, como en el caso de mi personaje, que guarda algo para que nadie la lastime o dañe. Todos guardan algo íntimo y, cuando quitan las capas, resultan lastimados por no conocer bien al otro. Muchos no saben también cuando guardan algo violento, machista o misógino”, dice Noriega.
De forma muy sutil se expone, a lo largo de la pieza, que Jimi abusó sexualmente de Miguel; la irrupción de Martina detona en el ambiente más celos y violencia. “Ella constantemente le dice a Miguel: Jimi está enamorada de ti, mientras que Jimi deposita su violencia también en Martina. ¿Por qué estás con ella? Ella es una puta, son las palabras que Jimi le dice a Miguel y que sirven como ejemplo de las violencias de género que tenemos tan normalizadas”, dice la actriz.
La versión inicial de la historia fue escrita por Portela entre 2003 y 2004; fue su primera pieza en forma y surgió en un taller con Luis Mario Moncada. Tres años después, Alaska formó parte del proyecto que le dio la beca de la Fundación para las Letras Mexicanas y, en 2008, ganó el Premio Nacional de Teatro Joven Mancebo del Castillo. “Recuerdo que cuando la escribí estaba viviendo una época bastante triste. Acababa de terminar con una novia, era joven, fue una experiencia dolorosa. Estaba en la playa con unos amigos y mis hermanos, y empecé a escribir la obra en un cuaderno. También recuerdo que llevábamos una grabadora, unos casetes de Andrés Calamaro y Raphael, y que yo leía El amor es más frío que la muerte, una biografía de Rainer Werner Fassbinder que hicieron Robert Katz y Peter Berling. Con ese libro aprendí que los creadores también son violentos y también aprendí a detectar en qué no me quiero convertir”, dice el autor de los guiones de La jaula de oro, Güeros y La región salvaje. Portela acota que en estos tiempos hay que hacer un examen de conciencia de nuestro comportamiento.
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Alaska trata sobre “lo bestial del ser humano”, con un proceso de escritura desde las entrañas, continúa Portela. “El machismo, los tabúes y la incapacidad de aceptarse a uno mismo son comunes en México. Si uno no se acepta tampoco se puede aceptar el amor que se siente por el otro y, eso se termina volviendo tóxico o violento”. Una constante que el dramaturgo detecta entre esta pieza y sus trabajos anteriores, un tema que ha permeado su obra, es la presencia de personajes que no encuentran un hogar, que están en búsqueda de él. “Quizá es mi propia búsqueda”, concluye Gibrán Portela.
Los lunes, desde hoy y hasta el 4 de julio tiene funciones, a las 20 horas, en el Teatro El Milagro (Milán 24, Juárez).
GIBRÁN PORTELA
Dramaturgo
“El machismo, los tabúes y la incapacidad de aceptarse a uno mismo son comunes en México.Si uno no se acepta tampoco se puede aceptar el amor”
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