Canal Nacional
es un cuerpo de agua que desde la época prehispánica fue utilizado para transportar mercancías por medio de balsas y actualmente es un “pulmón” para la Ciudad de México porque capta agua de lluvia y produce oxígeno. Sin embargo, ha sido ignorado por las autoridades.
El cauce se extiende por cerca de 12 kilómetros que atraviesan por cuatro alcaldías: Xochimilco, Coyoacán, Iztapalapa y en menor proporción, Tlalpan. A lo largo de su historia ha tenido diferentes nombres, por ejemplo, en 1519 se le llamaba Acalli Aotli (camino para canoas) y en el Virreinato fue rebautizado como Camino Real a Mexicaltzingo, pero desde el siglo XIX adquirió el nombre de Canal Nacional.
Ante el desentendimiento de las autoridades, el Canal ha sobrevivido gracias a trabajos de limpieza por parte de la comunidad. Sin embargo, la bióloga Gabriela Jiménez Casas señala que es de suma importancia poner atención a ese cuerpo de agua.
“Si no se atiende el Canal Nacional, se podría perder y el daño sería terriblemente grande, porque es un pequeño pulmón para la Ciudad, pues las plantas y animales de ahí generan un ecosistema que de alguna manera está restaurando la parte contaminada de la capital. Si desapareciera, la cantidad de contaminación aumentaría y no tendríamos una forma de captura de agua de lluvia tan eficiente como esa, con lo que nuestros mantos acuíferos se verían afectados. El problema sería bastante grande”, advierte la investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM.
La recaudación de agua de lluvia en Canal Nacional, explica Jiménez Casas, se da porque en el suelo del cauce no hay capa de cemento alguna, lo que permite el paso del agua a los mantos acuíferos.
“Canal Nacional es un cauce natural, pero debido a la urbanización ha tenido que ser un poco artificial. Su suelo no tiene cemento y puede ir alimentando los mantos acuíferos que circulan por ahí. La captura de agua de lluvia no depende de que exista un cuerpo de agua, sino que exista vegetación, porque las plantas del Canal, al estar metidas en la tierra, conducen el agua hasta los mantos acuíferos”, indica.
La urbanización es una amenaza para las diferentes especies de flora y fauna a lo largo del Canal Nacional.
A lo largo de sus 12 kilómetros, en Canal Nacional habitan diferentes especies de flora, como la lemna, el tabaquillo, así como árboles sauces y eucalipto, además de fauna, principalmente aves, como los pinzones, saltaparedes, huitlacoche y patos.
En conjunto, esas especies generan un ecosistema que se ha visto amenazado por la urbanización y la desatención por parte de las autoridades. Sin embargo, hay integrantes de la sociedad civil que se han interesado por preservar ese cauce milenario.
Organización Ciudadana
Edmundo López de la Rosa es un colono de Mexicaltzingo, Iztapalapa, que desde hace 15 años emprendió trabajos para preservar el Canal Nacional a través de acciones de limpieza en conjunto con su comunidad.
“Canal Nacional es el camino de agua más importante construido y posiblemente ya era transitado desde hace 2 mil años. Posiblemente es el canal en uso más antiguo en América Latina”, dice el ciudadano que en 2005 se unió con vecinos para hacer labores de conservación.
Señala que, al inicio, en un tramo de 40 metros, sacaron 350 kilogramos de basura “y a la semana estaba igual”, pero la situación es diferente en la actualidad, tanto que, en el tramo del kilómetro que va de Calzada de la Viga al Puente árbol de fuego, no se saca más de una bolsa grande de basura “doméstica”, sólo hay basura “turística”, aquella que dejan los paseantes.
“Si desapareciera, la cantidad de contaminación aumentaría y no tendríamos una forma de captura de agua de lluvia tan eficiente”
Gabriela Jiménez Casas, bióloga de la UNAM
Para 2013 constituyó la Fundación López de la Rosa. Después de tantos años de trabajo e investigación sobre Canal Nacional, el colono asegura que ese cauce fue olvidado por las autoridades.
“Canal Nacional no sólo fue ignorado, sino menospreciado. A la anterior administración de la Secretaría de Medio Ambiente, con Tanya Müller, le solicitamos que lo declarara área de valor ambiental, pero en toda su gestión ella se negó. Ahora, la nueva Secretaría tiene otra visión y prepara esa iniciativa. Es un misterio por qué las administraciones pasadas hicieron todo lo posible para borrar al Canal no solamente física sino de la memoria de la Ciudad”, dice Edmundo.
En febrero de 2019, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, presentó un proyecto integral y ejecución de obras para el saneamiento del Canal Nacional, que tenía un presupuesto de 100 millones de pesos y que se hacía con el objetivo de “rescatar” el cauce, “hacerlo un espacio público y generar un esquema de mantenimiento permanente junto con la ciudadanía. No solamente es el saneamiento del Canal en términos ambientales, sino también va a permitir generar desarrollo económico en la zona a partir de actividades turísticas, con microempresas que estarán asociadas a todo el corredor”.
El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) sostiene que entre 2019 y 2020 para el proyecto en Canal Nacional se han destinado 220.1 millones de pesos, con lo que se han beneficiado 40 mil habitantes de las colonias Paseos de Taxqueña, Campestre Churubusco, Granjas Esmeralda, El Prado, Prado Churubusco y Hermosillo.
Su origen se remonta a la época preshispánica, cuando era llamado Acalli Aotli (camino para canoas)
Los recursos se han destinado para la construcción de andadores, la reinstalación de módulos deportivos e hidrosiembra. Además de la instalación de un sistema de rebombeo para la circulación y oxigenación del agua.
López de la Rosa sostiene que, en 2006, el Canal tuvo una “gran intervención”, en la que no se tomó en cuenta el papel de la comunidad y que con el tiempo, ese trabajo se ha perdido, pero ahora ven con esperanza los trabajos que el gobierno actual ha realizado.
“Reconocemos y apoyamos la intervención del gobierno, porque el Canal sí requiere de una ‘mano de gato’ grandísima, porque hay partes del canal conservadas por la comunidad, pero hay otras partes que sí están muy abandonadas. Lo único que hemos insistido es que las decisiones que se tomen en torno de Canal Nacional no sean solamente con consultas para validar lo trazado por el gobierno, sino que lo que se exprese por la comunidad sea parte fundamental del proyecto”, dice el colono.
Enfatiza que el proyecto del gobierno ha sido elaborado por arquitectos, ingenieros o biólogos, pero “no han tomado la parte social o antropológica de identidad que requiere el Canal, porque el proyecto pasa por algunos pueblos originarios”.
“Tiene que haber un respeto al cuerpo del agua. En la primera etapa de los trabajos del gobierno se secó al Canal para darle un enfoque como si fuera ‘canal de riego’, le pusieron una cama de piedra. Lo único que provocó fue un empobrecimiento ambiental, todo lo que tenía de vida se murió y hubo una alteración ecológica.
Promovemos que ese tipo de experiencias en la primera etapa se tomen en cuenta ahora que comenzará la segunda etapa, para que no se cometan los mismos errores. La comunidad y los pueblos estamos en la mejor disposición, pero sí tiene que haber un respeto al agua y a todo el trabajo comunitario ya hecho”, declara López de la Rosa.
100 MILLONES DE PESOS se destinaron en 2019 para la recuperación del Canal Nacional.
Un reconocimiento
El trabajo de Edmundo López de la Rosa fue reconocido por World Monuments Fund, organización dedicada a la preservación de sitios de arquitectura histórica y patrimonio cultural, con una donación de 100 mil dólares.
Ese dinero, explica, será destinado a un proyecto en Canal Nacional que tiene tres ejes: Patrimonio y medio ambiente, “que consiste en recuperar técnicas y formas para el control, mantenimiento y administración de un cuerpo de agua”; Patrimonio, cultura y arte, “parte del proyecto con la que se busca aportar intervenciones o esculturas para enriquecer el paisaje lacustre”; y Patrimonio y comunidad, “para trabajar en cómo fortalecer los vínculos de espacio para que la comunidad sienta y proteja los proteja”.
Edmundo indica que actualmente el Canal Nacional está catalogado como Espacio Abierto Monumental, pero que también trabaja para que sea declarado como Área de Valor Ambiental; y que el cauce, que nace en Xochimilco, espacio que fue declarado como Patrimonio de la Humanidad, sea integrado a esa declaratoria de la UNESCO.