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A propósito de la exposición 100 años de caricatura en EL UNIVERSAL, que ofrece un recorrido por la historia de la caricatura en las páginas de El Gran Diario de México, desde su fundación en 1916 y que incluye trabajos de caricaturistas como Andrés Audiffred, Helio Flores, Rogelio Naranjo, Boligán y Rius, y que se presenta por primera vez en México en el Museo de Historia Mexicana, ubicado en la Macroplaza de Monterrey, los caricaturistas Ángel Boligán, Arturo Kemchs y Paco Baca conversaron sobre su quehacer con el historiador Agustín Sánchez.
Sánchez, especialista en el desarrollo de la caricatura mexicana, campo en el que ha publicado el celebrado Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura mexicana, preguntó a los caricaturistas qué opinan del actual panorama de la caricatura.
“A mí me tocó una etapa con caricaturistas que tenían diferentes enfoques, nos veíamos en reuniones de Navidad. Sin embargo, siempre ha habido cierta división, me parece que es parte de la naturaleza humana, pero podíamos convivir. Así que veías a todas las tendencias, de derecha, centro, izquierda, a los viejos, a los jóvenes”, compartió Kemchs.
Ahora, dice, la situación es “demasiado tirante”. “No he tenido ningún problema con compañeros por cuestiones ideológicas, pero sí se siente algo que anda ahí, tirante, algo que no encaja, algo que nos dice que ya no es lo mismo que antes. No sé si son roces, siento que no hay una amalgama y es triste que se haya venido dando a partir de cuestiones políticas e ideológicas. Es otro mundo en la caricatura respecto a lo que había hace 20 años”, dijo Kemchs.
Sobre lo que significa la caricatura, Ángel Boligán indicó: “Hacemos una crónica gráfica de la época que nos ha tocado vivir. No somos de élite, andamos en el pueblo y tenemos una opinión inmediata, con humor, que puede llevar a una reflexión. Las personas tienen sentimientos hacia la política, la religión o el amor, y encuentran una canción o una letra; la caricatura es eso, nosotros creamos imágenes sobre lo que está sucediendo. Somos portadores gráficos de los sentimientos de una época. Al final quedarán los libros, pero también quedará la caricatura”.
Paco Baca explicó que su trabajo es hacer “crónicas de acontecimientos” en las que prepondera el humor: “Todas las situaciones, por dramáticas que parezcan, pueden tener un punto de humor si lo sabes graficar. Me enfoco en la síntesis de los mensajes, trato de manejar, como en una fotografía, un momento que retrate el evento con un toque humorístico. Yo entré a la caricatura siendo un niño, dibujaba de manera natural como una forma de expresarme. Con el paso del tiempo fui descubriendo distintos aspectos dentro del dibujo”.
Baca añadió que aquél que se dedica a la cultura puede ser contundente y descriptivo. “No se tiene que llegar a la ofensa o a la denuncia, pero el cartón editorial exhibe y desnuda. Dentro del trabajo de la prensa diaria, un cartón editorial tiene su propio lenguaje y hay que saberlo utilizar porque es la cereza del pastel de la noticia”, dijo.
Boligán habló también de las nuevas generaciones que están utilizando las redes sociales, que en muchas ocasiones lo hacen como hobby, pero sí se está haciendo caricatura en otras plataformas ajenas a los periódicos tradicionales.
En este sentido, Kemchs recordó que acceder a los periódicos era muy difícil. “En ese sentido, no sé si las redes sociales sean un estímulo para los jóvenes. Cuando éramos jóvenes, mi ilusión era estar en un diario, fui y me preguntaron cuánto tenía yo que pagar para que me publicaran, claro que era una broma y me pagaron el mínimo. Sí creo que las redes están dándole salida a la creatividad de los jóvenes, lo que no sé es si tienen la satisfacción de vivir de su creatividad”.
La muestra 100 años de caricatura en EL UNIVERSAL se encuentra abierta al público hasta enero de 2022.
Frase
“Dentro del trabajo de la prensa diaria, un cartón editorial tiene su propio lenguaje y hay que saberlo utilizar porque es la cereza del pastel de la noticia”. Paco Baca. Caricaturista