Nueva York. —La escritora estadounidense Toni Morrison, la descendiente de esclavos que se convirtió en la primera mujer negra en recibir el Premio Nobel de Literatura, murió tras una breve enfermedad, informó ayer su familia. Tenía 88 años y una fama sólida como icono cultural.

La autora de Beloved y Ojos azules, parte de una obra que conmovió al retratar como pocos la identidad negra en Estados Unidos, murió el lunes en el Centro Médico Montefiore en Nueva York rodeada de sus seres queridos.

“Es con profunda tristeza que compartimos que, después de una breve enfermedad, nuestra adorada madre y abuela, Toni Morrison, falleció pacíficamente anoche rodeada de familiares y amigos”, informó la familia sin detallar la causa de la muerte.

En la declaración, sus deudos lamentaron la “enorme pérdida”, pero agradecieron la vida “larga y bien vivida” de una “escritora consumada que atesoraba la palabra escrita”.

La mujer de rastas grises y gran sonrisa tuvo una brillante carrera por más de seis décadas con 11 novelas, ensayos, libros para niños, obras de teatro y hasta el libreto de una ópera.

Al entregarle el Nobel en 1993, la Academia sueca celebró sus “novelas caracterizadas por una fuerza visionaria y un alcance poético” en las que “da vida a un aspecto esencial de la realidad estadounidense”.

Fue la octava mujer en obtener ese galardón, y la primera mujer negra.

En Beloved (1987), que le valió el Pulitzer y el premio American Book Award en 1988, cuenta la historia de un esclavo que escapó de Kentucky al estado libre de Ohio después de la Guerra Civil de EU. El libro se convirtió luego en una película protagonizada por Danny Glover y Oprah Winfrey.

Pero es quizás Ojos azules (1970), su primera novela, publicada cuando tenía 39 años, donde su poderosa prosa se expresa con más impacto poético. El crudo relato de una joven negra en la década de 1940 que sueña con tener ojos azules es lectura obligada en colegios y universidades de Estados Unidos, a pesar de tocar temas sombríos como el incesto y el abuso infantil.

La escritora nació el 18 de febrero de 1931 en Lorain, Ohio, su nombre fue Chloe Anthony Wofford, apellido del dueño blanco de la plantación donde sus abuelos habían sido esclavos, en una familia obrera de cuatro hijos.

Estudiante brillante, contó que recién tomó conciencia de la segregación racial hasta que partió en 1949 a la Howard University de Washington, la “Harvard negra”. Siguió luego sus estudios en la Universidad de Cornell, en NY, y en 1995 inició su carrera académica en Houston, la cual continuó en universidades como Princeton.

A medidados de la década de 1960, durante la lucha por los derechos civiles en EU, Morrison se inició como editora en Random House de Nueva York, donde contribuyó a difundir la literatura afroestadounidense, publicando, entre otras, las biografías de Mohamed Ali y Angela Davis.

Condolencias. El estilo de Toni Morrison sobresale por la construcción de los personajes, especialmente mujeres, y el lenguaje, que la escritora afroamericana situó por encima del argumento. Sus escritos con remiscencias desde la Biblia hasta William Faulkner tocaron a muchos, incluyendo al expresidente Barack Obama, un ferviente admirador de Morrison, a quien le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad en 2012 agradeciéndole por haberle enseñado a “ser y pensar”.

“Era un tesoro nacional, tan buena narradora de historias, tan cautivadora en persona como en la página”, escribió Obama en Twitter. “Qué regalo respirar el mismo aire que ella, aunque solo fuera por un tiempo”, agregó, junto a una foto de ambos en la Casa Blanca.

También le dio un emotivo adiós el exmandatario Bill Clinton, a quien Morrison llamaba el “primer presidente negro” de EU. “Sus palabras conmovieron nuestras almas y desafiaron a nuestras conciencias a enfrentar la injusticia, grande o pequeña, donde sea que exista ”, tuiteó Clinton, mientras que la excandidata presidencial Hillary Clinton expresó en esa red social: “‘Si hay un libro que quieres leer pero aún no ha sido escrito, debes ser tú quien lo escriba’, dijo Toni Morrison. Somos todos muy afortunados de vivir en un mundo en el que ella siguió su propio consejo y lo compartió con otros”.

Sonny Mehta, presidente de la editorial Knopf que publicó sus obras, dijo que podía pensar en pocos escritores que escribieran “con más humanidad o con más amor por el lenguaje que Toni”. “Sus novelas dominan y demandan nuestra atención. Son obras canónicas y, lo que es más importante, son libros que siguen siendo queridos por los lectores”, dijo.

A la noticia del deceso de la Nobel reaccionaron otras grandes personalidades de varios ámbitos, como la cantante Beyoncé; la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi; la actriz Kerry Washington; el cineasta Barry Jenkins; las escritoras Elizabeth Gilbert, Roxane Gay y Celeste Ng; y el escritor Walter Mosley, quienes celebraron la vida y obra de la reconocida autora.

Pero la vida de Morrison, casada entre 1958 y 1964 con Harold Morrison, un arquitecto de origen jamaiquino que le dio dos hijos, no estuvo exenta de tragedia. En 2010, su hijo Slade murió de cáncer de páncreas a los 45 años. En 1993, al recibir el Nobel reflexionó sobre la muerte con una frase que resuena aún hoy: “Morimos. Ese puede ser el sentido de la vida. Pero hacemos lenguaje. Esa puede ser la medida de nuestras vidas”.

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