Se acaba el año y, salvo que hoy tengan una sorpresa preparada, las autoridades federales y locales de Cultura nos dejaron, una vez más, con varias promesas incumplidas. La lista la encabeza la Presidencia de la República, que a través de sus secretarías de Cultura y de Educación Pública no cumplió con dar a conocer los galardonados con los Premios Nacionales de Ciencias y Artes, e incumplió por partida doble, pues tampoco tuvo tiempo de realizar la ceremonia de entrega de los Premios en su edición 2020. El segundo caso, harto cacareado pero de incumplimiento al fin y al cabo, fue el de la sonada fusión del Fondo de Cultura Económica, Dirección General de Publicaciones y Educal que, otra vez, implicaba acciones de las secretarías de Cultura y Educación. Y lo que es peor: nos cuentan que ni podrán, a pesar de lo que diga Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo, quien prometió, por enésima vez, que ahora sí se lograría la fusión, e incluso dijo que sería en agosto de 2021, pero obviamente llegó diciembre y nomás no logró nada. Quien tampoco respetó sus promesas fue la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto. Nos recuerdan que, sin dudar, la funcionaria se comprometió hace unos meses a que a finales de este año estaría el proyecto del pabellón contemporáneo mexicano que Renzo Piano construirá —con recursos privados de la Fundación Coppel— en el jardín botánico de Chapultepec. En octubre, la funcionaria dijo que a más tardar en diciembre estaría el proyecto conceptual y que se iniciaría el próximo año. Algunos se preguntan si no es que de plano se canceló y ya no habrá tal pabellón. Y tampoco abrió el Museo Yancuic que con tanto orgullo anunció la jefa de gobierno. Pero, en honor a la verdad, hubo promesas resueltas: la secretaria Frausto cumplió a rajatabla lo dicho hace un año cuando sentenció que el 2021 iba a ser “complicado, sin una economía boyante”. Y ¡cómo decirle que no; tenía la boca llena de razón!