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El 8 de noviembre de 1519 sucedió un hecho histórico: el encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma II en lo que actualmente es el cruce de República de El Salvador y Pino Suárez, en el Hospital de Jesús.
A 500 años de ese encuentro, los descendientes de Moctezuma y Cortés se reunirán este viernes en un acto simbólico que formará parte de un documental en el que trabaja Miguel Gleason y Muesart, colectivo multidisciplinario de historiadores, investigadores y antropólogos.
Federico Acosta representa la generación décimo cuarta de Moctezuma, y Ascanio Pignatelli la décimo sexta de Cortés.
El documentalista Miguel Gleason explica que los descendientes se conocerán hasta el viernes. “Lo primero que haré es presentarlos y les pediré que se den un abrazo, pero es una invitación, no los obligaré”, dice el galardonado con el Ariel por su trabajo Travesía de la obsesión.
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¿Historia manipulada?
Federico Acosta es un mexicano que se ha dedicado al sector naviero, vive en Jardines del Pedregal, Álvaro Obregón, donde recibe a EL UNIVERSAL para platicar sobre los 500 años de la llegada de los españoles, el documental, las características de Moctezuma II y su intensión de querer colaborar en la reconstrucción del tejido social.
“Está muy olvidada la historia con respecto a lo que éramos los aztecas y ha sido manipulada la narrativa de lo que aquí ocurrió. La historia que nos han dado es la que escribieron los conquistadores y la iglesia, pero no es para criminalizarlos” opina.
Además resalta que cuando accedió al poder, Moctezuma “reconstruyó” Tenochtitlán tras una inundación, pero no sólo se queda en el análisis del papel del gobernante, remarca las características que tenía aquella sociedad.
“En este territorio existió una especie de tratado para comerciar, todo estaba armonizado, es decir, había un entendimiento, un intercambio de mercancías y cultura. Si lo comparamos con Europa esto era más grande que cualquier imperio. Había opulencia, Cortés terminó embelesado por lo que aquí había, tanto que se lo acabó”, dice.
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Sobre la forma de organización en esa época, Federico Acosta agrega que los aztecas tenían un código de conducta y se pregunta cuántos políticos actuales serían sancionados: “Han saqueado lo que han podido y como han podido. Hablo de administraciones pasadas, de los políticos actuales no lo sé, porque se está hablando de un cambio, habrá que ver cómo se plasmará en la realidad. Se habla de combatir la corrupción, pero ¿cómo lo harán?”.
Federico Acosta indica que toda su familia está consciente de que son los descendientes de Moctezuma, incluso recuerda que en 2016 se reunieron en el rancho de una de sus primas. A esa junta llegaron alrededor de 230 personas y aunque no conoce a todos, sostiene que faltaron varios integrantes.
Declara que nadie de su familia olvida su linaje y que hasta cierto punto es fácil tener un control de quiénes forman parte.
“Moctezuma tuvo a un hijo (Pedro) y también a Isabel de Moctezuma. El hijo se fue a España; Isabel heredó Tacuba, Metepec y Huixquilucan, pero como estaba ocupado le daban una pensión a ella y a todos sus descendientes, por eso se sabe quiénes son sus familiares; sin embargo, en 1933, en la administración de Abelardo Rodríguez, le retiraron la pensión a la familia”.
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Acosta muestra una fotocopia de su árbol genealógico y una credencial del Registro General de Pensionistas, en la que se especifica que el causante es Moctezuma II; sin embargo, indica que nadie de su familia busca que les vuelvan a dar una pensión, y recalca su interés de participar en cuestiones sociales.
“Nos agradaría tener voz y voto en recobrar nuestra identidad para desde ahí ser un mejor país. No se nos ha acercado nadie de la administración actual. En lo personal, hacia futuro veo una fundación para poder participar activamente todos encaminados en cuestiones sociales para rehacer la identidad del mexicano y resarcir el tejido social, pero dejo en claro que no busco un puesto político”, expresa.
El linaje de Cortés
Ascanio Pignatelli es un italiano que radica en California, Estados Unidos. Llegó el fin de semana a Veracruz para conocer algunos sitios del país por donde pasó su antecesor.
Pignatelli fue interceptado en el centro de Tlaxcala, ahí habló sobre Cortés, con quien dice sentirse conectado por su espíritu de navegante: “Creo que él y yo tenemos mucho en común, porque los últimos cinco años he estado viajando, buscando aventuras, pero no en todo porque él hizo cosas que no me puedo siquiera imaginar”.
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El descendiente de Cortés señala que desde siempre ha estado consciente de la familia a la que pertenece, incluso explica que en su casa tienen un cuadro relativamente grande de Hernán Cortés con un uniforme militar de la época.
Pese a su interés por la historia, asegura que en su familia no tienen planeado algún evento: “No están tan al pendiente de los 500 años como deberían”.
Ascanio Pignatelli es cuestionado sobre si los 500 años se deben conmemorar o celebrar. Dice: “Hoy existe México con una cultura con una cocina y gente únicas, ¿qué otro lugar en el mundo hay donde se hayan unido dos culturas y que crearon una cosa nueva y especial? México representa lo que puede hacerse después del dolor, sufrimiento y guerra. Es una fecha para celebrar, conmemorar y reflexionar, necesitamos ver las cosas con diferentes perspectivas”.
Se celebra, dice Pignatelli, porque sin la llegada de Cortés no sería la misma historia, pero también debe de haber una conmemoración “por todo el sufrimiento”, y recordar “para saber de dónde venimos. Si no sabemos del pasado, difícilmente sabremos hacia dónde ir en el futuro. Ver hacia el pasado es una oportunidad para reflexionar, en el futuro no podemos cometer las mismas faltas”.
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La idea de Pignatelli es apoyada por Federico Acosta, pues, dice, el encuentro con otro mundo iba a suceder: “Si lo comparamos con otras conquistas, fue benévola porque de ahí nació el mestizaje y todos estamos aquí, no metieron a los pueblos a reservas como en otros lugares”.
Sin embargo, Acosta encuentra un problema: la identidad del mexicano, por lo que propone recobrarla. “A partir de ahí, reconocer en qué somos buenos y en qué malos, lo malo para superarnos y lo bueno para explotarlo”.
El documental
Miguel Gleason enfatiza en que los dos descendientes no se conocerán sino hasta el viernes. Tanto Federico Acosta como Ascanio Pignatelli señalan que no prepararán discurso alguno para el encuentro, sobre todo porque quieren recordar el encuentro de hace 500 años.
El documentalista agrega que ya recorrieron algunos puntos de Veracruz, el lunes estuvieron en Tlaxcala, ayer en Puebla y esperan llegar a la Ciudad de México hoy y comenzar a preparar el encuentro.