En el año de 1821, cuando se avanzaba hacía la consumación de la Independencia de México, en Mazatlán comenzó a fincarse una historia edificada por libros. En 1821, José María Retes Peiró , un inmigrante nacido en el País Vasco que provenía de Panamá, instaló en el puerto de Mazatlán una imprenta donde además de municiones también vendía libros, y que a la postre dio origen a la Librería Retes , emblemático establecimiento que desde 1847 se encuentra en Tepic, Nayarit, y que este 2021 cumplió dos siglos de existencia.
La imprenta-librería que años después se trasladaría a Guadalajara en 1847 y posteriormente a Tepic donde actualmente se ubica, en la avenida México Norte 293 , en pleno Centro de la ciudad, es la librería más antigua de México y prepara un libro con la historia de seis generaciones de Retes, quienes han estado al frente de este negocio familiar que desde 2016 dirige José Luis Villegas Retes, un psicólogo de profesión y librero por pasión que está comprometido con mantener viva su historia.
15 000 LIBROS de diversas temáticas hay en el stock de la antigua librería.
“Es un deber para mí continuar la librería, un deber moral, un compromiso a la memoria de mis padres, a la historia que tiene”, asegura en entrevista Villegas Retes, quien apunta que en la historia de la Librería Retes incluso está el padre de Miguel de Unamuno y el poeta Amado Nervo ; el primero fue quien vendió a los Retes los portales de Tepic donde la librería tuvo su local principal, y el segundo, trabajó en la librería cuando la dirigían las señoritas Retes, quienes realmente la destinaron a librería y vieron el potencial literario de Nervo y lo mandaron con la familia Retes de Mazatlán para que entrara a estudiar al Seminario.
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La librería que en su eslogan dice: “En cada hogar nayarita hay un libro comprado en este establecimiento”, es “una joya” para el arqueólogo Francisco Samaniega , “es como estar en una librería del siglo XIX cuya historia está fijada en esa frase poderosa del cartel que adorna su fachada, pintado más o menos en 1950”, señala el investigador que trabaja en la investigación y documentación del libro “Librería Retes, 200 años”, título que llevará la obra conmemorativa que planean presentar el 23 de abril de 2022, el Día Mundial del Libro, y fecha que consideran el día de su fundación.
“La Librería más antigua de México. Fundada en 1821. Este 2021 cumplimos dos siglos. A sus órdenes a su apreciable clientela”, así se difunde en Twitter, donde José Luis Villegas Retes --su propietario desde la muerte de sus padres, Dora Luis Retes Guerrero y José Luis Villegas Cataño--, está muy activo y es seguido por infinidad de personas, entre ellos el escritor Peter Handke, Peter Greenaway y Úrsula Camba Ludlow.
La librería tiene dos siglos de historia a lo largo de los cuales ha estado en diferentes estados; actualmente tiene su sede en Tepic, en Avenida México Norte 293.
“Yo un día vi ‘El Foco’ con Héctor de Mauleón , y dijo que estaba en la Librería Munguía , que es la más antigua de México, data de 1846; me di cuenta que aquí somos de 1821, tenemos el dato de que cuando terminó la Guerra de Independencia ya estaba este negocio, nomás que estaba en Guadalajara, era imprenta y librería, ya era distribuidora de libros, durante mucho tiempo fue la numero 1 en Tepic, sigue siendo la más famosa, y la época de oro fue con mis papás en los años 70 y 80”, afirma José Luis.
Hoy esa librería que oferta un stock de unos 15 mil libros de las más diversas temáticas, libros de escritores nayaritas y tepiteños, algunas novedades, pero sobre todo libros de tiempos pasados y algunos antiguos que datan del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, es un espacio por el que parece no pasar el tiempo, mantiene el mismo espíritu de librería del siglo XIX, tipo español, de tendejón, un tapanco, estanterías y mostrador impactado por su centenaria historia.
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Las primeras páginas
“Todo empezó en España, con José María Retes Peiró, él venía del País Vasco, emigró a Panamá donde trabajó en las artes gráficas, con linotipos y todo lo que eran impresiones, posteriormente por algunas situaciones de tipo personal emigra a la ciudad de Mazatlán y ahí fundan la imprenta Retes que todavía está y es muy famosa, alrededor de 1842 se va a Guadalajara y mantuvo la librería en tres domicilios distintos, por los altos impuestos del general Ignacio L. Vallarta, se vienen a Tepic y fundan la imprenta donde vendían algunos libros”, relata Villegas Retes.
A su muerte, su hijo Carlos María Retes continúa con la librería, como no tuvo hijos, a su muerte la heredaron las señoritas Retes, sus hermanas, que nunca se casaron. Dice José Luis que ellas son una leyenda en Tepic, tenían un castillo por casa que actualmente administra la Universidad Autónoma de Nayarit. Fueron ellas quienes establecieron una tienda donde vendían de todo, incluso ellas introdujeron las primeras bicicletas a la ciudad de Tepic.
“Por lo que yo escuché de mis papás y de mi abuelita, ellas tenían su imprenta y librería y un día llegó Amado Nervo Ordaz, que era de familia acomodada pero le gustaban las letras y él solicitó trabajar allí, le dijeron que sí, que empezará, él empezó con Benjamín Retes a trabajar en el periódico ‘Lucifer’ y después en otro que se llamaba ‘El mosquito eléctrico’, era el linotipista de esos periódicos. Las tías Natalia y Virginia Retes vieron el talento de Nervo y dijeron: ‘tú necesitas irte a Mazatlán al Seminario, a prepararte más’, y lo mandaron con sus familiares de allá”, cuenta José Luis.
Las señoritas siguieron la tradición librera pero como no tuvieron hijos le heredaron la librería a su sobrino Carlos Retes Nolasco, él continúo con la librería que entonces estaba en los Portales de la plaza, allí se vendía parque y municiones.
Hay libros de matemáticas hasta de cocina, ortografía o mecánica.
Pero Retes Nolasco no vivió muchos años pues por cuestiones políticas se lo llevaron a la Ciudad de México y cuando regresó a Tepic ya estaba muy enfermo. Quien se quedó con Librería Retes fue Dora Lucía Guerrero Avalos, abuela de José Luis. “Ella continúo el negocio sola, tuvo diez hijos pero quien realmente siguió sus pasos fue mi mamá Dora Lucía Retes Guerrero; mi mamá desde chiquita comenzó a trabajar en la librería y cuando la abuela muere en 1977 ahí entran mis papás a la librería, que la dirigen desde el 71”.
El impulso que le dieron los padres de Villegas Retes fue grande, su padre era muy inteligente y su madre conocía muy bien el ramo e hicieron una dupla excelente. “Mi papá fue el eslabón entre la librería antigua y la librería contemporánea. Él empezó a pedir libros nuevos, de editoriales grandes, de Trillas, Limusa, McGraw Hill, Grijalbo, Plaza y Janés, de Espasa Calce, muchísimo libro español, los pedían directamente, llegaban cajas y cajas, fue la época de oro de la librería”.
Entre las décadas de los 70 y 80 Librerías Retes vivió su esplendor, era la gran librería de venta de libro escolar; pero todo cambió cuando Ernesto Zedillo impuso distribuir gratuitamente el libro de texto, “mis papás ya habían hecho su compra para la temporada escolar, eran tres millones de pesos invertido pero llega el periódico oficial donde señala que se regalan libros y todos esos libro se donan a la Sedena y los soldados los llevaron a la sierra a regalar. Entonces la librería regresó otra vez al libro de aparador, al de ocasión, sólo destinado a quien le gustan los libros y lo compra porque va pasando, como es hasta la fecha”, apunta Villegas Retes.
Se busca mantener la identidad con que nació el espacio en el siglo XIX.
Abunda en su stock el libro popular “el libro de pueblo” apunta José Luis; libro de carpintería, de fontanería, de mecánica, libros de declaraciones amorosas, las reglas del atletismo, libros de cocina, repostería, de taquigrafía, de ortografía, de aprenda radio en 15 días, de estadísticas, hidráulica, “¿quién me los compra? Nadie”, apunta José Luis, pero dice que también tienen mucho libro del IPN, de ciencias sociales , humanidades , de El Colegio de México, incluso sus padres dejaron una colección grande de editorial Austral de España, con clásicos como “El Tartufo”, “Entremeses”, “Los Nibelungos” y “Tirano Banderas”; y los clásicos de literatura mexicana y latinoamericana de Cortázar, Fuentes, Rulfo, y los escritores locales.
“Librería Retes mantiene el espíritu del siglo XIX, no se le han hecho cambios, intencionalmente; están los mismos armazones de hace 70, 80 años, hay un mostrador como en las tiendas de provincias tipo tendejón de pueblo español, vitrinas rústicas, hay un tapanco sin pintar, rústico y sencillo, así era mi papá, y yo no he tenido dinero para reformarla, pero también porque no quiero, es una librería que nos ha acompañado a los tepiteños”, concluye Villegas Retes.
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