El siglo y medio de vida que tiene la colonia Guerrero de la Ciudad de México es narrado en una nueva exposición en el Museo Kaluz (Hidalgo 85), titulada La Guerrero en boca de todos. Relatos vecinales, que se compone por decenas de fotografías de colección, de archivo, y otras donadas por vecinos, además de pinturas, mapas, documentos y otras piezas —como un hallazgo arqueológico encontrado en lo que era el cementerio de Santa Paula—, que son testimonio del nacimiento, vida, crecimiento y cambios de esta popular colonia que se resiste a ser modificada por la gentrificación que azota cada vez más a las comunidades de la capital.
Lo particular de la exhibición, detalla para EL UNIVERSAL el curador Ricardo Urueta, es que la curaduría se trabajó en conjunto con los vecinos de la Guerrero, como una forma de vincularlos con el Museo Kaluz, que tiene entre sus objetivos difundir la historia de la popular colonia y ser parte de su memoria.
“El subtítulo de la muestra es Relatos vecinales, y es así porque esta exposición pretende salir de lo convencional, no quisimos que fuera una simple muestra hecha por un curador que proyectara un sólo punto de vista, aquí fue al contrario, quisimos mostrar el punto de vista de los vecinos, que ellos, a través de su participación y experiencias formasen parte de la curaduría”, explica Urieta.
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El curador apunta que la exposición se construyó a partir de los relatos que los vecinos de la Guerrero contaron y destacaron en diversas reuniones y exploraciones. “Nos contaron cómo viven su historia, su vida en la Guerrero. Para nosotros eso es muy importante, ya que cuando las instituciones llegan a las colonias o barrios se establecen relaciones de poder, o incluso sucede que esas instituciones realizan extractivismo, entonces, es de interés del Museo Kaluz abrirse a la colonia y asimilar todo aquello que los vecinos quieran contarnos”.
Para el Kaluz, subraya Urieta, es primordial empoderar a la colonia Guerrero, para que se conserve su historia y sus tradiciones. “La introducción de esta exposición es que queremos empoderar a la colonia, no caer en exotismo”, dice.
La muestra abre con un mapa de la Ciudad de México, en el que se le colocó encima la fotografía de una niña que está celebrando su cumpleaños, una referencia de los 150 años que cumplió la colonia este año. “Abrimos con esta fotografía de un vecino, que retrató a su sobrina con un pastel el día de su cumpleaños, como una clara referencia que esta exposición es un festejo de los 150 años de la colonia”, explica.
Destaca que solamente se utilizaron tres piezas de la colección Kaluz, “para dar un tinte que este trabajo se encuentra dentro de nuestro museo, el cual forma parte de la Guerrero también”.
Dos de esas piezas son una pintura de la Alameda Central, de 1700, de autor desconocido, donde se aprecia San Hipólito y los acueductos que hoy son la avenida Juárez e Hidalgo; y una litografía de Casimiro Castro, de 1856, que muestra los primeros antecedentes de esa comunidad.
La exhibición muestra un mapa de gran tamaño que enumera y agradece a las personas y asociaciones civiles e instituciones vecinales que hicieron posible el trabajo de investigación y recopilación para la exposición. Destacan la Casa Rivas Mercado, Salón Los Ángeles, los centros de prevención Comunidad Reintegra, Casa Arango, las Musas Sonideras, Barrio Warrior, Pulcata Audiovisual, Carlos López y Miguel Nieto.
Tres núcleos expositivos
Para dar dirección y sentido a la muestra, la curaduría se divide en tres núcleos.
El primer núcleo, Reconfiguración urbana, aborda la creación de la colonia Buenavista, la cual es el parteaguas para el nacimiento de la colonia Guerrero.
El núcleo abre con una reproducción del diario El Monitor Republicano, de 1874, donde se explica la fundación de la colonia Guerrero. Otra pieza clave en la muestra, parte de la colección Kaluz, es una fotografía de Guillermo Kahlo, padre de Frida Kahlo, de unas casas en construcción en San Hipólito y Jardín de Guerrero, tomada en 1908, como una referencia al crecimiento constante de la colonia.
Otros elementos como planos de construcción, documentos que hablan del alumbrado de calles, numeración de casas, proyectos de repavimentación, planos del tranvía que se construyó en Buenavista y fotos del popular mercado Martínez de la Torre (Eje 1 Norte, S/N), complementan este apartado.
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Algo destacado en este apartado son los registros de la prolongación de Paseo de la Reforma, hecho que partió en dos a la colonia durante el gobierno del regente Ernesto P. Uruchurtu. “La ampliación de Reforma partió la colonia, destruyó hogares, viviendas, desplazamiento de familias, en varias fotografías se tiene ese registro, así como un texto de Alfredo Borja donde narra los sentimientos de los afectados”, explica.
El curador destaca también el rescate de la Casa Rivas Mercado, que en años pasados era un basurero y fue restacada por los vecinos y transformada en centro cultural.
El núcleo dos, Reconciliación y resistencias, aborda los procesos de despojo de terrenos, desalojos forzados y los estragos del terremoto de 1985. “Es la parte social, los colectivos que se forman de las reconfiguraciones urbanas y la resistencia. Se muestra la formación de nuevas escuelas, de colectivos vecinales”.
En esta sección se muestra una de las obras emblema, que se localiza en medio de toda la exposición y que se conforma por una cortina de fotografías provenientes de álbumes familiares de la colonia. “Rendimos un homenaje a esos álbumes de finales de los 90 y principios de los 2000, podemos apreciar esas fotos cotidianas, gran parte originales, que ayudan a remarcar el activismo social y cultural de la colonia”.
El núcleo finaliza con una colección de imágenes de Doris Steinbichler, artista contemporánea de Austria que se asentó en la Guerrero a finales de la década de los 80. “Ella llega a México y ve que el arte está demasiado centralizado, por lo que decide habitar en la Guerrero y crear, desde ahí, un epicentro del arte. En su pieza reúne a varios artistas y amigos que fotografió en su estudio en diferentes momentos”.
La exposición cierra con el núcleo Cultos y rituales, dedicado a las fiestas, a la adoración a la Santa Muerte, el catolicismo y otras creencias religiosas. “Mostramos aquí el sincretismo cultural que es muy importante para nosotros como Museo. Destacamos fotos del Salón Los Ángeles, el Teatro Blanquita, y una foto del equipo de futbol Santa Paula, que nació en la colonia, que justo muestra este sincretismo entre deporte y religión”.
Aquí hay foto de los recintos religiosos y luctuosos más importantes de la colonia Guerrero, como la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, de Santa María la Redonda y la iglesia de San Hipólito y el panteón de San Fernando, entre otros lugares.
Otra pieza destacada es un libro antiguo de fray Diego Rodríguez, el cual data de 1620. “Es de bautismos, con los barrios antiguos de esa época, explica parte de la primera configuración de la capital”, dice.
Y resalta una escultura de la diosa mexica Xochipilli, hallada entre las calles de Violeta y Galeana.
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La muestra cierra con una pieza de arte contemporáneo del colectivo Geo brujas, que muestra un mapa de ciertos lugares que provocan sensaciones negativas y positivas.
El curador detalla que la exhibición contó con la participación de más de 200 vecinos, y se consultaron más de 350 archivos.
Ricardo rueta apunta que el tema de la gentrificación de la colonia preocupa al Museo Kaluz, por lo que diversas actividades del espacio se dedican a empoderar a esta comunidad. “Exotizar las colonias es lo que causa la gentrificación y desplazamiento. Pero si escuchas a la colonia, trabajas de la mano y la ayudas, se empodera, ese es nuestro objetivo”, concluye.