Mis versos son especiales,
para Enrique Peña Nieto,
con ritmos casi marciales,
porque ya ha quedado muerto
Hoy murió de insolación,
estaba en pleno discurso,
alegrase la nación,
la muerte así lo dispuso.
Lo lloran gobernadores
y también los diputados,
son muchos aduladores,
que en su sexenio robaron
Un réquiem con oraciones,
después de tantas reformas,
más merecía la horca,
por las privatizaciones.