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En este año, Grupo México, principal grupo minero del país y el cuarto productor de cobre en el mundo (teniendo las mayores reservas en el orbe), ha declarado que está transitando hacia una minería inteligente. Esta nueva minería de este consorcio, posible en alianza con Siemens (multinacional alemana en innovación tecnológica), pretende incrementar su productividad y bajar costos operativos y de extracción, y así poder tener la tercera mina de cobre más grande en el mundo. En este sentido, una de sus filiales, la mina de Buenavista del Cobre en Cananea Sonora, que en 2014 derramó 40 mil metros cúbicos de sustancias tóxicas a los ríos Sonora y Bacanuchi, hoy se constituye como una “mina inteligente”.
Pero ¿qué es la minería inteligente? Es la minería que incorpora a sus procesos (exploración, extracción, beneficio, transportación, entre otros), la inteligencia artificial (IA). La IA (acuñada en 1956 por J. McCarthy, teniendo como antecedente el trabajo de A. Turing) es definida desde múltiples enfoques. Algunas definiciones están centradas en los procesos mentales y en el razonamiento, y otras enfocadas en la conducta. Russell y Norving los clasifican así: Sistemas que piensan y/o actúan como humanos; y Sistemas que piensan y/o actúan racionalmente. Pese a las diferencias, “la IA es el único campo que persigue la construcción de máquinas que funcionen automáticamente en medios complejos y cambiantes” (Russell y Norving, 2008).
De acuerdo con Siemens, que impulsa la industria inteligente en México, su propuesta se centra en “soluciones innovadoras de automatización basadas en la digitalización y el gemelo digital” (Siemens, 2018). Con el gemelo digital, señala, “se pueden recrear condiciones de producción de un nuevo producto para corregir el mismo y el proceso de producción, y con ello las empresas pueden hacer cambios y mejorar un proceso antes de iniciarlo ya en forma material” (Siemens, 2018).
En el caso de la minería, a fin de construir “minas inteligentes”, Siemens indica que para aumentar la eficiencia y reducir los costos, ofrece la digitalización de las plantas, maquinaria y procesos “que optimizan las operaciones y aseguran una administración de datos consistente y de extremo a extremo” (www.siemens.com). Como parte de las innovaciones, la empresa alemana ofrece soluciones: en la excavación; en el beneficio del mineral; en lo que nombra como un transporte minero eficiente y seguro, a través de SIMINE Conveyor (aumenta carga y velocidad del proceso); en las soluciones energéticas para las minas del siglo XXI, mediante Siemens Totally Integrated Power, que implica una visión integral de la electrificación vinculada a la automatización y digitalización (www.siemens.com). Asimismo, la empresa podrá controlar el equipo y las maquinas en tiempo real, por medio del Asset Health Analytics, lo que permite repararlas en el instante; así como ofrecer una cartera completa para cada nivel de automatización y una cartera de servicios digitales para la gestión del ciclo de vida completo de la planta.
Con estas tecnologías de digitalización, algunas publicaciones indican que los mineros saldrán de las minas, ya que las tareas las harán las máquinas (Riveros, 2013). Pero, si este es el futuro ya hecho realidad, qué ocurrirá con los miles de empleos, y con la creación de los mismos, uno de los argumentos principales del Gobierno Mexicano para hablar las fortalezas de la industria minera (Secretaría de Economía, 2018). Aunado a esto, con esta nueva tecnología los procesos extractivos se incrementarán, lo que dependiendo desde dónde se vea, puede traer “beneficios” (mayores ingresos por las ventas para las empresas) o procesos de mayor despojo y devastación para los pueblos y comunidades, quienes además ven más lejana la posibilidad de ser incorporados como trabajadores de las minas, para tener el “privilegio” de ser explotados.