“Quien sabe tomar fotografías, no necesariamente sabe descifrarlas”
Vilém Flusser, en Para una filosofía de la fotografía.
Todo lo que rompe paradigmas se enfrenta a miedos y resistencias, no me sorprende ni me asusta, más bien me extraña que desde las catacumbas del pasado broten voces que todavía sufran con este tema: ¿el fotógrafo debe hacer video o no?
Finalmente entre el deber ser y el poder hacer, salvo algunos matices, la verdad es que no existe tal disyuntiva, y esto básicamente porque ninguna anula a la otra, sino más bien todo lo contrario; ambas actividades complementan y enriquecen nuestra oferta profesional para abrir nuevos canales de comunicación visual con nuestras audiencias.
Eso si, quizá no todo mundo quiera o sepa hacerlo, por ello no puede ser obligatorio ni condicional. Para los que estudiamos y hemos ejercido el fotoperiodismo por más de 30 años claro que es todo un reto comprender y hacer bien un buen video, interesante, ágil, y oportuno. Pero podemos intentarlo. Efectivamente se trata de otro lenguaje, otra narrativa, pero tenemos toda la capacidad para realizarlos.
Hace por lo menos siete años que varios profesionales hemos incursionado ya en las nuevas narrativas audiovisuales con distintas plataformas de salida y los resultados están a la vista. Es un alternativa creativa para sumar experiencias sensoriales, sonido incidental, paleta de colores, imagen lineal y otras monerías que simplemente en la foto fija no caben o no existen.
Cuando hablamos de imagen en movimiento, hablamos de video. Hoy existen herramientas disponibles para hacerlo desde el celular o hasta en 4K en cualquier cámara digital de foto fija comercializadas por Canon, Nikon o Sony.
De lo que se trata es de contar con más habilidades narrativas para contar historias, pero cada género tiene su lugar. La foto fija es maravillosa por su capacidad de síntesis y estética. Por fortuna indispensable para medios impresos, por su capacidad de contemplación, fuerza narrativa. Pero el video suma sonidos, voces y juega con el tiempo para tocar todos nuestros sentidos.
La principal actividad en Facebook ya no es subir fotos, es consumir videos; Instagram también lo incorporó y no se diga Twitter. La realidad es esa.
Quienes tenemos responsabilidades editoriales relacionadas con la imagen debemos estar atentos a los hábitos de consumo de nuestra audiencia y saber responder a nuevos retos. De lo contrario estaríamos obsoletos. Eso si, todo bajo un objetivo periodístico compartido. Bajo el consenso de todos y cada quien su chamba.
Aquí en el diario contamos con 17 fotógrafos y otros 15 compañeros entre camarógrafos, editores y reporteros que hacen muy bien su trabajo. Hemos abierto nuevos espacios en el diario y la web que refuerzan a la imagen fija, como el micro sitio de La Callejera y otros espacios. Pero entendemos la importancia de vivir y crear en el siglo XXI, nos toca abrir brecha de nuevo. Bienvenidos a esta nueva etapa.
Nos encanta contar historias a través de la imagen. Porque en el fondo somos eso: narradores de historias visuales. Periodistas pues.
@MxUlysses