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Anaya es la sorpresa de la temporada, y aunque ya terminaron las precampañas, permítanme cerrar esta trilogía sabatina con algunas observaciones sobre la imagen del joven maravilla, quien de hecho mañana será ungido como candidato oficial del Frente.
La agenda del equipo de campaña de este personaje fue la más inestable de todas, lo que dificultó seguirlo como al resto de sus adversarios; sin embargo varios de mis colegas aquí en el diario lograron hacer imágenes interesantes de este político, entre ellos, esta imagen a contraluz de Berenice Fregoso del pasado 1 de febrero.
Ricardo Anaya fue el que menos eventos hizo, sólo realizó 74 de precampaña, contra 76 de Meade y 207 de Andrés Manuel, según reporta Integralia; adicionalmente, la gran mayoría de los eventos de Anaya fue en espacios cerrados en un formato de conferencia con imágenes y cifras al estilo de Steve Jobs cuando anunciaba sus nuevos productos. Lo curioso es que casi todos eran por la tarde noche, lo que dificultaba en general que marcara agenda y varias veces su información llegaba tarde a las distintas redacciones.
Quizá lo más relevante de los últimos días fue el insólito video que él mismo subió a sus redes, balconeando a un agente indiscreto del CISEN, que con 26 años de “experiencia” fue descubierto por el joven Anaya; lo que de inmediato nos hizo recordar al Superagente 86, aquella serie de televisión que parodiaba a las películas de espías, como James Bond, y que todos los adolescentes que veíamos tele en los 80 recordamos perfectamente.
Dato para los millennials que nos leen, la serie creada por Mel Brooks se emitió por la NBC entre 1965 y 1969, era original y divertida. Aquella serie se trasladó más tarde a la CBS, donde se transmitió la última temporada a finales de 1970, y ganó siete Premios Emmy según IMBD.
No cabe duda que la idea de “cazar” a ese agente del CISEN fue un acierto del equipo de propaganda de Anaya; esa ocurrencia marcó la agenda de esta última semana, movilizando incluso al secretario de Gobernación, quien tuvo que salir a explicar su “operativo” anunciando además la suspensión de toda la cadena de mando del CISEN en Veracruz.
Así las cosas, si no fuera porque son asuntos vitales para el futuro de la nación, esto podría quedar en una simple anécdota de espías espiados, pero al revisar los últimos números de Anaya y ver la velocidad con la que sube en las encuestas, es momento de tomarse en serio a este personaje, es el candidato que más subió en los últimos 50 días, y ya está a sólo 8 puntos de AMLO.
Anote usted, Anaya cuenta con 18 años de militancia panista, cinco años de experiencia legislativa y nueve de orden gubernamental, tiene maestría y es originario de Querétaro. Su tema de tesis giró en torno al valor artístico del grafiti. Tiene 12 años de casado y es católico.
La entidad que más visitó después de la CDMX fue Querétaro y, en tercer lugar, Veracruz, incluso en este último estado escaló por una torre metálica para ver desde lo alto su propio mitin; claramente, energía y ganas de ser Presidente le sobran; arrasó en su partido con todos sus competidores.
El manejo de su imagen y discurso disruptivo empatan con una sociedad enfurecida con el actual régimen y se proyecta como un fuerte catalizador del descontento social bajo las siglas de izquierda y derecha; las palabras más repetidas en su narrativa son “cambiemos”, “historia” y “movimiento ciudadano”.
Le favorece que la aprobación del presidente Peña es baja y que su candidato va lento; Anaya no es especialmente carismático, pero su oratoria es impecable y poderosa en un país con poca capacidad de expresión oral y lenguaje limitado.
Adicionalmente, Anaya aglutina el enfoque pesimista de la sociedad, vendiendo esperanza y sed de justicia. Las elecciones son un referéndum emocional por encima de lo racional, los seres humanos somos fundamentalmente sentimentales a pesar de que “pensamos” y no a la inversa; porque hay que aceptarlo, los mexicanos en casi nada somos racionales; a la mayoría nos gana la emoción y ahí es donde hace sentido el discurso de Anaya; para muestra ese breve video con el agente cazado del CISEN, y que debe haberle reportado algunos puntos al alza.
En Twitter tiene casi medio millón de seguidores; en Facebook rebasa el millón y en esta última red triplica al ciudadano Meade; pero queda muy lejos todavía de AMLO, que en el Face cuenta con cerca de 3 millones de fans.
Anaya no desperdicia oportunidad y pasará por encima de quien le estorbe, escalará como lo hizo en Veracruz, demostrando energía, seguridad y arrojo que, en muchos sentidos, son valores que el mexicano admira. En una de esas, don Ricardo alcanza al Peje y la final será de película.
@MxUlysses
En la foto: Ricardo Anaya al estilo Steve Jobs (BERENICE FREGOSO. EL UNIVERSAL)