“As Wing and Loon have shown us, the most audacious thing you can do is to work on the hardest part of the problem first.” —@AstroTeller
Hay veces en las que tenemos que entender los retos de todos antes de las necesidades personales. Sin embargo, esa es una de las principales ideas que cuesta entender cuando vivimos en ciudades tan pobladas.
Siete de cada 10 personas en el mundo viven en zonas urbanas y eso trae varios beneficios para ellos, pero repercute ampliamente en las otras tres personas. Además, hay que resaltar el impacto que viene con la diferenciación económica entre ciudades y entre países, algo muy difícil de afrontar cuando hablamos de acceso igualitario para todos.
Dos colosos de Silicon Valley: Facebook y Google, dependen 100% de la energía y la conectividad, por lo que llevan años poniendo a trabajar a grandes mentes en el tema del “acceso para todos”.
Es interesante ver que los ingenieros, cuyos problemas cotidianos son que se rompe la caminadora con el soporte para su laptop, tengan la cercanía con el acceso a Internet de un niño en la Sierra Lacandona buscando un cerro libre para capturar ondas sueltas de una red 3G.
No es malo buscar soluciones, pero a veces la percepción es que la solución busca más la profundidad del bolsillo que financia proyectos, en vez de encontrar soluciones para cambiar la realidad de algunas personas.
He escuchado frases como “vamos a conectar al mundo para ayudar a las personas sin acceso a Internet a tener todas las oportunidades que ofrece” o “conectar a la gente en todos lados”, y son sinceras. Pero en los últimos meses han pasado dos cosas interesantes en la carrera de los “niños grandes” de Silicon Valley por acercar la conectividad a las zonas con menor probabilidad de tener una conexión estable a Internet.
A finales de junio, Facebook decidió cerrar el proyecto “Aquila” y este miércoles Google decidió “graduar” al Project Loon. Es raro ver que un proyecto se gradúa para volverse un negocio y el otro cierra sus puertas.
Pero el tema ¡es la conectividad, estúpido! (leído al estilo Clinton). Y por supuesto, los cables con Internet llegan a las grandes ciudades. Se invierte poco en cable y se llega a millones de personas, en vez de invertir mucho en cable para llegar a una comunidad de cinco familias. El mismo problema le pasa a la electricidad. Sabemos que es difícil igualar las capacidades de velocidad de transferencia de un cable, pero hemos hecho muchos avances de transmisión de energía y datos vía ondas de radio utilizando poca energía, y eso es muy bueno.
El equipo de Facebook dijo que cerraba Aquila porque ya hay más jugadores como empresas aeroespaciales entrando a competir en el segmento de los drones con paneles solares que quieren mandar señal de Internet desde grandes altitudes a tierra.
Google también cerró su programa ‘Titan’, símil de ‘Aquila’, a inicios del año 2017. Recuerdo bien que Google decía que ‘Titan’ estaba pensado para zonas suburbanas y Loon para zonas más rurales, pero parece ser que Loon funciona bien para suburbanas y rurales, mientras los proyectos como Google Wi-Fi complementan la accesibilidad en ciudades (principalmente aeropuertos y estaciones de camiones).
Project Loon ha ofrecido conectividad en lugares como Puerto Rico tras el paso del huracán María. Claro que primero tuvieron que conseguir energía eléctrica con paneles y baterías en sus escuelas y hospitales para entonces poder reportarse con familiares y amigos.
Cada globo de Loon puede proporcionar cobertura en casi 5 mil 180 kilómetros cuadrados, utilizando una variedad de paneles solares, antenas y componentes electrónicos. Y, a diferencia de algunos políticos, estos globos no transmiten #ruidoblanco, sino que permiten tener conexión a la información del mundo y... a sus vicios y a sus noticias falsas. Pero, como dicen los inventores que han aprendido a sacar proyectos para la fábrica de cosas difíciles de Google/Alphabet: “But, eventually, you’ll fail to fail (Pero, eventualmente, fallarás en fallar)”.