Sara Sefchovich

Carta al doctor Enrique Cabrero del Conacyt

22/10/2017 |01:11
Redacción El Universal
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Desde hace años vengo denunciando los criterios para evaluar a los investigadores de ciencias sociales y humanidades, ya que son copiados de las ciencias duras y la academia en Estados Unidos, sin tomar en consideración sus especificidades. Hoy esto se hace nuevamente evidente con las decisiones tomadas por el Conacyt respecto a lo que se acepta como válido en la curricula.

Reproduzco partes de la carta firmada por miles de investigadores sobre esto:

“En la comunidad científica en México vemos con preocupación la manera en que se está sofocando la capacidad creativa de los investigadores y excluyendo a grandes mentes de los esfuerzos en torno al avance de la ciencia en México.

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Este proceso no es nuevo, pero la gota que derramó el vaso es la reciente decisión de cambiar de plataforma para el llenado de los CVU y demás informes. Esta nueva plataforma busca homogeneizar la información, encasillando de manera excluyente el trabajo y la trayectoria académica de los investigadores.

Protestamos enfáticamente por la forma en la que nos quieren obligar a presentar la información sobre nuestras actividades académicas, porque deja fuera actividades sustantivas de nuestro quehacer como científicos sociales. En particular nos preocupan los siguientes aspectos:

—El formato cerrado de la nueva plataforma deja fuera universidades importantes en las que hemos estudiado, impartido charlas o seminarios, además de editoriales y revistas en las que muchos académicos damos a conocer nuestro trabajo ante un público amplio. Miles de publicaciones valiosas quedan excluidas de esta plataforma. Consideramos que el sistema debe abrirse a la posibilidad de reportar otro tipo de revistas, libros y editoriales y plataformas electrónicas o audiovisuales que resultan fundamentales para publicar nuestra investigación.

—Se desdibuja la trayectoria de muchos investigadores brillantes al pedir números de ISBN, ISSN o programas inscritos al PNPC cuando algunos de estos tipos de registro llevan apenas algunas décadas de existir. La trayectoria anterior se borra automáticamente ante una plataforma dirigida a ser leída por una máquina, lo cual implica que no hay cabida para la falta de datos o la flexibilidad.

—Resulta absurdo y preocupante el que se exija presentar la cédula profesional cuando la mayoría de los investigadores consolidados realizaron sus estudios en el extranjero o en programas que no tenían registro en SEP–Conacyt.

—Es desalentador comprobar que el énfasis se ha puesto en la relación y el impacto de las investigaciones con sectores ‘productivos’ desde una visión economicista y tecnocrática. Quedan fuera los impactos en el desarrollo social y humanista, en la recuperación del patrimonio nacional, en el diseño de programas que ayuden a restablecer el tejido social, en fortalecer las instituciones de bienestar social, en la múltiple construcción de políticas públicas y un largo etcétera.

En resumen, los nuevos criterios del CVU no nos representan ni son los idóneos para dar cuenta de nuestro trabajo y su calidad. La realidad es cada vez más compleja y heterogénea y se quiere forzar a tener una plataforma rígida que deja fuera múltiples posibilidades, actividades y resultados de nuestro quehacer científico.

No estamos buscando criterios menos rigurosos, sino más idóneos para medir y sopesar nuestro trabajo. Proponemos construir conjuntamente con el Conacyt, una plataforma que integre la diversidad de las formas de generar, difundir y aplicar los resultados de las investigaciones de ciencias sociales y de humanidades”.

Doctor Cabrero: urge atender esta queja. La institución a su cargo parece haber olvidado que nuestro país ha recibido aportes muy significativos de las ciencias sociales y las humanidades y que ellas son de fundamental importancia para conocer nuestro pasado, explicar nuestro presente y preparar el futuro de México.

Escritora e investigadora en la UNAM
sarasef@prodigy.net.mx
www.sarasefchovich.c om