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Igual que hace 20 años, Ricardo Monreal está otra vez en la encrucijada de definir si se queda en su actual partido, Morena, de donde prácticamente lo están echando tras aplicarle la “aplanadora” de una decisión previamente tomada y sólo simulada con una “encuesta interna”, o si se mueve a buscar ser postulado por otras fuerzas políticas a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. A finales de 1997, el entonces diputado federal del PRI salía de una reunión en la sede nacional de ese partido con Mariano Palacios Alcocer, quien le había dado la noticia de que “no era él” el designado por el presidente Ernesto Zedillo para contender como candidato a la gubernatura de Zacatecas y, al salir de Insurgentes Norte, hacía contacto con Amalia García, secretaria de Alianzas y con el entonces líder nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador, para informarles de su interés de aceptar la candidatura que se habían acercado a proponerle.
Dos décadas después, el hoy jefe delegacional en Cuauhtémoc se enfrenta a la misma disyuntiva; paradójicamente hoy López Obrador no es quien lo acoge, sino quien lo empuja a salir, con el manejo vertical de su partido y la perpetuación de la herencia priísta del “dedazo”, revestida hoy con dudosas y opacas encuestas, en las que Monreal pasó de estar peleando el primer lugar, a ser enviado a un tercer sitio y ayer hasta una humillante cuarta posición, incluso por debajo del convidado de último momento, Mario Delgado. Y enfrente, esperando la decisión del zacatecano, hay un grupo de partidos que lo buscan y le insisten en que deje Morena y se vaya como candidato de un “Frente Amplio Opositor”, sabedores de que la única fórmula que puede equilibrar la contienda por la Ciudad de México, hoy claramente cargada hacia el partido lopezobradorista, y generar un escenario de competencia en la capital, es un “moreno disidente” postulado por varios partidos en coalición.
Para que la cuña apriete… Quienes han visto a Monreal en las últimas horas, luego de su salida abrupta de la reunión de los cuatro aspirantes con la Comisión de Elecciones, la tarde del jueves en el Hotel Benidorm de la Colonia Roma, afirman que el delegado “está sereno y tranquilo”. Pero también refieren que reflexiona, porque sí hay un malestar y una clara inconformidad del político que dijo que no se iría de Morena, pero advirtió que “será difícil luchar contra la nomenklatura” de su partido.
Con esa declaración, claramente el delegado en Cuauhtémoc acusó recibo de la estrategia que echaron a andar en su contra los sectores más duros del morenismo que, en las última semanas, fueron “cercando” a Monreal y tejiendo las alianzas internas (Sheimbaun y Batres, más la suma de Delgado como comparsa para legitimar la decisión tomada) con las que neutralizaron al aspirante incómodo que, sorpresivamente, y con mil 400 cuestionarios aplicados a misteriosos encuestados, fue relegado a los últimos lugares de las preferencias en contra de casi todas los sondeos previamente conocidos de encuestadoras privadas.
La ausencia ayer de Ricardo Monreal en la conferencia de la “coordinadora” y futura candidata Claudia Sheinbaum, en la que ésta apareció junto a Martí Batres y Mario Delgado, más “de relleno” Clara Brugada, fue la constatación pública de que la pretendida “unidad” de Morena quedó tocada desde la tarde del jueves con la inconformidad de uno de los cuatro precandidatos participantes en el opaco método de selección. Y ayer mismo se conocía de intentos de negociación y ofrecimientos que están llegando a la oficina del zacatecano: que si una senaduría —“ni de tacos, dicen que respondió Monreal en privado—; que si la promesa de una posición importante de gabinete en la eventual presidencia de López Obrador; o que si integrarse a la campaña de Sheinbaum.
Pero junto con los “ofrecimientos” desde Morena, también llegaban hasta el despacho principal de la Cuauhtémoc los mensajes de “apoyo”, de “solidaridad” y de una interesada comprensión de dirigentes de otros partidos con los que Monreal mantiene comunicación. “No es que tú te vayas, es que te están echando”, le comentó un líder de uno de los partidos que le han propuesto al delegado morenista que acepte una postulación de un frente de partidos.
Y es que la propuesta de una “alianza amplia” o “frente opositor” en la Ciudad de México, como la que han venido negociando fuerzas como el PRD, Movimiento Ciudadano y el PAN, está más viva que nunca. Los contactos, que nunca se suspendieron con Monreal, se han reactivado porque no se descarta que el zacatecano pueda tomar una de las vías alternas, aunque hasta ahora su posición pública es decir que permanece en Morena. Hay incluso la propuesta sobre la mesa de un “frente ampliado” ya no sólo con PRD-PAN y MC, sino al que podrían también integrarse el PVEM y Encuentro Social, lo que conformaría una fuerza capaz de enfrentar el poderío indiscutible de López Obrador en la Ciudad de México.
Esa sería la única fórmula capaz de alterar el escenario actual que muestran las encuestas, en el que Morena gana prácticamente en todas las combinaciones de alianzas e incluso con Sheinbaum como candidata en cualquier tipo de careo.
La pregunta, pues, que hoy flota en el ambiente de la disputa por la Ciudad de México es si veremos la reedición del “Monrealazo” y si Ricardo se atreve a romper con la lealtad que le ha demostrado y profesado a Andrés Manuel López Obrador en los últimos veinte años, desde que el tabasqueño fue, junto con Amalia García, el artífice de su ruptura con el PRI y su arribo al PRD en aquella contienda por la gubernatura de Zacatecas en 1998.
Simulación, hoy te vuelvo a encontrar... Después de todo, la decisión que estaría por tomar Ricardo Monreal, por cuestionada que fuera, tendría la justificación evidente de un pésimo manejo y un desaseo notorio en el método de “encuesta” aplicado por Morena. Lo que llevaría al zacatecano a irse, dicen sus allegados, no sería el no haber sido electo candidato, sino la innecesaria rudeza aplicada por el único que decide en el morenismo. “Si Andrés Manuel hubiera sido claro con Monreal y le hubiera dicho abiertamente quién era su candidata, él se hubiera disciplinado, al final tiene el gen priísta de la disciplina; pero lejos de ser claro, los dejó correr y alentó la idea de que habría una real competencia y un método que mediría las posibilidades de cada aspirante, cuando eso nunca pasó y todo fue una simulación”, dice un monrealista de los más cercanos.
Una ruptura en este momento en la capital, su principal bastión político, sería un error atribuible a López Obrador que, con Monreal como candidato por una alianza de partidos, estaría hilando dos graves equivocaciones que tendrán un costo indudable: la primera decirle no a la alianza con el PRD y MC; y la segunda, provocar con su imposición simulada la salida de un cuadro político indiscutible que se volverá el principal competidor de su partido en la Ciudad de México.
Cuando fue jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel desacreditó el instrumento de las “consultas populares”, al realizar ejercicios de ese tipo manipulados y en la total opacidad donde las respuestas a preguntas amañadas eran totalmente previsibles.
Ahora las encuestas, como método para definir candidatos, han sido puestas en entredicho por la acción del dirigente de Morena que, curiosamente, siempre se quejó de las “encuestas cuchareadas”, cuando la realizada por su partido más que cuchareada, estuvo más bien enjarrada.
Difícilmente López Obrador aceptará responsabilidad alguna en la que puede ser la primera gran ruptura de su partido en medio de la impresionante carrera ascendente de esa fuerza política. Si Monreal se va de Morena no sólo estaría en riesgo la Ciudad de México, bastión imprescindible para la carrera presidencial del lopezobradorismo, sino también el estado de Zacatecas, donde el monrealismo seguiría a su dirigente.
Notas indiscretas… Y mientras Monreal deshoja la margarita y consulta a la almohada, en el PRD, ayer sonó fuerte la dirigente nacional Alejandra Barrales, a quien el triunfo de Sheinbaum le reaviva sus posibilidades de ser candidata a jefa de Gobierno por su partido. El nombre de Barrales se mencionó ayer con insistencia, a raíz de que la dirigente fue invitada a un acto a favor de la tercera edad en Iztapalapa, organizado por la diputada perredista Abril Trujillo. Al final, ella misma decidió no asistir “para no mover las aguas”, “apuntada” siempre ha estado para la CDMX y las encuestas la colocan como la “perredista mejor posicionada”. ¿Será Barrales la opción para enfrentar a la virtual candidata de Morena?... Hablando de cartas, Nueva Alianza sigue barajando todas las suyas en espera de encontrar el póker político que más les convenga para 2018. Del 28 al 30 de agosto, el Panal lleva a cabo su Consejo Nacional en el que define su postura respecto al Frente Amplio Democrático (FAD), al que ha sido invitado por PAN y PRD. Por cierto que el dirigente Luis Castro ha invitado varias veces y de manera insistente a Aurelio Nuño y a José Antonio Meade para que los acompañen a su Consejo y hasta el momento ninguno de los dos ha aceptado. A ver si en el Panal no se toman a pecho esos desaires y deciden unirse al FAD… Ayer comenzó la campaña publicitaria rumbo al Quinto Informe del Presidente. En uno de sus primeros spots, Peña Nieto aparece vestido de vaquero en un campo mexicano bucólico y en bonanza, donde no hay narcos, balaceras, asesinatos ni extorsiones a productores agrícolas y ganaderos. Ése será el tono y el mensaje del penúltimo informe redactado y dirigido para ese México idílico en el que no hay corrupción, Odebrecht ni socavones, y mucho menos violencia ni ingobernabilidad y todo es prosperidad y bonanza; también le llaman “Peñalandia”… Paran los dados. Serpiente en el cierre de semana.
sgarciasoto@hotmail.com