La cerrada elección del candidato del partido oficial a la gubernatura de Puebla, que se define la próxima semana vía una encuesta interna, ha hecho estallar y aflorar públicamente la primera gran pugna de poder al interior de las nuevas élites gobernantes. Dos grupos del morenismo poblano están enfrascados en una feroz lucha por la nominación que, según las encuestas, significa el control del gobierno estatal que mantuviera por los últimos 8 años el grupo de Rafael Moreno Valle. Y de la mano de esos grupos políticos locales, van dos liderazgos nacionales que igual se están confrontando por controlar su primera gubernatura con miras a la estrategia nacional rumbo al 2024.

Las estridentes declaraciones que esta semana hizo Yeidckol Polenvsky, la dirigente nacional de Morena, sobre las “muchas sabandijas que se nos han infiltrado en el partido y quieren controlarlo por un asunto de dinero”, tenían como trasfondo justamente la confrontación en Puebla y en el resto de los estados que tendrán elecciones el 2 de junio de este año. La respuesta casi inmediata de Ricardo Monreal a esos comentarios de Yeidckol, con la ironía de que “yo respeto a toda la fauna, incluso la que está en extinción”, no dejaron dudas de que la dirigente del partido gobernante y el líder de la mayoría morenista en el Senado, son los protagonistas nacionales de esta pugna de poder que ha comenzado con las candidaturas estatales y va a continuar con la próxima sucesión de la presidencia nacional de Morena, que tendrá que renovarse en noviembre próximo cuando termine la gestión de Polenvsky.

Ni el presidente pone orden

El pleito poblano ha escalado tanto que ni siquiera el deslinde que hizo el pasado fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde la capital poblana desautorizó cualquier uso de su nombre y su figura para favorecer a alguno de los precandidatos, logró calmar los ánimos ni mucho menos detener el golpeteo de todo tipo que está en marcha entre los grupos locales y nacionales.

De un lado está el grupo que, con residuos del morenovallismo y del antiguo priismo —que en una alianza estratégica para mantener el control político y financiero de Puebla— apoya con todo la candidatura de Miguel Barbosa para que repita como abanderado de Morena, a pesar de su deteriorado estado de salud. A la cabeza de ese grupo se ubica Fernando Manzanilla, actual subsecretario de Gobierno, el propio gobernador Guillermo Pacheco, de añeja militancia priista, y Jorge Estefan Chidiac, secretario de finanzas del gobierno interino, además de Juan Carlos Lastiri Quirós, ex subsecretario de Sedesol y Sedatu con Rosario Robles en el sexenio pasado, y el priista Enrique Doger, exrector de la BUAP y excandidato del PRI al gobierno estatal en 2018. También se ubica como parte de ese grupo a los hijos del actual gobernador interino, Javier y Guillermo Pacheco, quienes aparecen como financieros de la campaña de Barbosa.

Ese el grupo que respalda Yeidckol Polenvsky, quien promovió la candidatura de Miguel Barbosa por segunda ocasión, a pesar de que en los últimos meses los problemas de salud del exsenador perredista se han agudizado. Videos de actos recientes de promoción de su candidatura, muestran al precandidato Barbosa siendo apoyado por una persona que lo guía de la mano y en el que se apoya para caminar porque la visión le ha comenzado a fallar como consecuencia de la diabetes que padece y que ya le costó, durante su gestión como líder del PRD en el Senado, la amputación de un pie por un coma diabético que lo mantuvo hospitalizado. A pesar de que Barbosa ha sostenido en varias entrevistas que su estado de salud es “de primera” y que conserva su misma vitalidad, la forma en que camina con dificultad y con ayuda en sus recientes apariciones indican lo contrario.

La pregunta es, sin que sea un impedimento legal el que padezca una enfermedad crónica ¿quién se puede beneficiar de que un candidato con un estado de salud delicado pueda ganar la nominación de Morena y, todo indica, la gubernatura de uno de los estados más importantes política, demográfica y económicamente en el país? Y es ahí donde entra el grupo de interés que rodea al exsenador y que buscaría ejercer el control y el poder real en un gobierno que tuviera como titular a un Ejecutivo estatal debilitado o incapacitado por problemas de salud.

Yáñez-Dulce-Monreal detrás de Armenta

Del otro lado está el otro grupo de Morena que se opone a la postulación de Barbosa, al grupo de interés que lo respalda y al favoritismo que, dicen, ha demostrado la dirigencia nacional que encabeza Polenvsky. Desde la bancada del Senado, el senador Alejandro Armenta emergió como un contrincante fuerte en las encuestas y tiene todo el respaldo de sus compañeros senadores, que incluso se han enfrentado a Yeidckol, y por supuesto del coordinador morenista, Ricardo Monreal Ávila.

Pero ese es el apoyo político, el financiero corre a cargo de la empresaria local y militante de Morena, Dulce María Silva, esposa de César Yáñez, el coordinador de Política y Gobierno del presidente López Obrador. Ellos dos lideran a grupos de Morena en Puebla que se quejan de que Barbosa no sólo desperdició el enorme respaldo de las bases morenistas en la pasada elección en 2018, sino que acusan que la “soberbia” y “el trato despótico” del entonces candidato dividió y lastimó a la militancia del partido, la cual hoy busca apoyar a un perfil más joven y cercano como el de Alejandro Armenta.

La fuerte pugna de poder que se libra por Puebla al interior de Morena ya saltó a la escena nacional con el abierto enfrentamiento entre Yeidckol y Monreal, que sacudió al partido gobernante con las alusiones a la sabandijas infiltradas y la fauna en extinción. Es apenas el cuarto mes de gobierno de López Obrador y ya empezaron a aflorar las luchas internas y las ambiciones entre las nuevas élites dominantes. ¿Qué va a pasar cuando venga la sucesión de la dirigencia de Morena, cuando en dos años se tengan que elegir candidatos a la Cámara de Diputados y a 8 gubernaturas? Por no hablar de la anticipada lucha sucesoria por la presidencia en la que ya se habla de prospectos y grupos que se mueven en pos de un lejano 2024. En Puebla puede venir la primer gran fractura morenista.

NOTAS INDISCRETAS…

Hoy sábado, en el rancho que tiene en Los Limoneros, Cuernavaca, el empresario Miguel Rincón Arredondo, uno de los 8 que integran el Consejo de Asesores del presidente, se convertirá en el “primer compadre de México”. Y es que el dueño de Biopapel, una de las empresas más importantes del país, va a bautizar a uno de sus hijos y tendrá padrinos de lujo: el presidente Andrés Manuel López Obrador y su esposa Beatriz Gutiérrez Müeller. Para oficiar la ceremonia religiosa estará el cardenal Norberto Rivera y entre los invitados habrá por supuesto varios de los empresarios y políticos más importantes del país, comenzando por los compañeros de don Miguel en el Consejo Asesor de la Presidencia, como Ricardo Salinas Pliego, Olegario Vázquez Aldir, Miguel Alemán Magnani, Carlos Hank González, entre otros. Así que el pequeño hijo de don Miguel traerá, con su exclusivo bautizo y sus prominentes padrinos, algo más que torta bajo el brazo: traerá un doble nexo del empresario maderero y papelero más importante del país, que ya no sólo será asesor, sino compadre presidencial… Los dados mandan doble serpiente. Semana de altibajos y de puente.


sgarciasoto@hotmail.com

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