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Iniciar un proceso de pacificación que le devuelva a los mexicanos la tranquilidad y la seguridad que perdimos en medio de tanta violencia y anarquía de los últimos 12 años, es una de las metas y promesas más ambiciosas y urgentes del futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Quizás junto al castigo a la corrupción, la paz sea el mayor reclamo y anhelo de una sociedad que, aunque resiste y se adapta con miedo, no se resigna a aceptar que la violencia y el terror del narcotráfico nos arrebaten al país, a la juventud y la vida. Por eso ayer en Ciudad Juárez muchas miradas estaban atentas al arranque de los Foros de Paz, las mesas y reuniones con que se pretende iniciar lo que no han podido lograr los últimos gobiernos y que se antoja difícil pero no imposible: volver a hacer de este México un país en paz.
Y aunque lo más importante en estos foros fueron las voces y propuestas de las víctimas de esta República dolida: padres, madres, huérfanos, migrantes, activistas de derechos humanos y especialistas, en las 5 mesas originales —y una sexta mesa añadida ayer para discutir la derogación de la polémica Ley de Seguridad Interior— fue inevitable que entre los planteamientos para la paz se escucharan los reclamos airados y los gritos ante el olvido y abandono de gobernantes indolentes e insensibles con el dolor y la tragedia de sus gobernados.
Al gobernador Javier Corral lo acorralaron en Juárez los padres de las víctimas; con reclamos a gritos, le reprocharon al panista la falta de atención y sensibilidad ante las muertes de mujeres y los desaparecidos en su estado. “He pedido muchas audiencias y nunca me recibe”, le gritaba una madre desde el público al mandatario. Otra interrumpía su discurso: “Demagogo y fascista, donde está el dinero del pueblo”, y un hombre gritaba que en la ciudad fronteriza no sólo había violencia e inseguridad sino “miseria y hambre”. Pero lo más fuerte fue cuando Corral terminó su discurso, en el que habló de “escuchar a las víctimas”, y desde el público se oyó un coro de voces de protesta “Nunca nos ha escuchado”, le gritaron. “¡Ni una más, ni una más!”, mientras el padre de una joven asesinada subió al templete y, frente a López Obrador, encaró al gobernador de Chihuahua y lo increpó por no atender el asesinato de su hija, Esmeralda Castillo, cuya rostro fotografiado portaba en la espalda y el torso con la leyenda: “No me olviden. Falto yo”.
Corral respondía nervioso ante la intervención del virtual presidente electo que le pedía conceder audiencias a los padres que le reclamaban. Terminado el foro, camaleónico, el gobernador no se despegaba de AMLO, al que tanto criticara en campaña, y lo llevaba hasta el aeropuerto para su regreso a la ciudad.
Pero Corral no fue el único que enfrentó reclamos. Andrés Manuel López Obrador también les reclamó a los organizadores de estos foros, Olga Sánchez Cordero, Loretta Ortiz y Alfonso Durazo, que hubieran excluido a Tamaulipas de los encuentros. Y es que con el argumento de que “no había condiciones y que era riesgoso para la seguridad de los participantes, por la grave violencia e inseguridad que padece el estado”, los miembros del equipo lopezobradorista, cancelaron cualquier foro en territorio tamaulipeco, lo que molestó al futuro presidente.
Les cuestionó a los organizadores que él recorrió varias veces Tamaulipas, hasta en sus zonas más peligrosas y violentas, incluso sin guardias, y que entonces ellos “por qué buscaban protegerse”. Les dijo que es un “sin sentido que no hicieran un foro en uno de los estados más violentos” y hablar de pacificación en todos los estados menos en el más violento y el primero que habría que pacificar. Incluso, cuando ya varios de ellos tomaban nota de la enérgica petición, López Obrador sugirió que fuera Reynosa, ciudad fronteriza con una grave problemática de seguridad y narcotráfico, la sede de uno de los Foros de Paz, pero con todo y el regaño los organizadores aún dudaban ayer en hacer el foro en la frontera tamaulipeca o trasladarlo a Ciudad Victoria. ¿Querrán que les vuelva a sugerir otra vez el hoy presidente electo?
NOTAS INDISCRETAS… Fuerte discurso político el que ayer dio el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, con motivo de su 3er. Informe de Gobierno. “Con el gobierno federal nos vinculará una profunda relación institucional, pero tenemos puntos de vista diferentes en muchos temas de carácter nacional. Por ejemplo, somos millones los mexicanos que creemos que la fuente de honestidad y la honradez están en el pueblo (…) Ningún gobernante desciende del cielo para curar a un país de todos los males”, dijo el mandatario priista en alusión al futuro presidente. Luego dijo que en la relación entre la Federación y los estados “ningún orden de gobierno es jefe de otro orden de gobierno y por ello mismo ninguna figura federal puede convertirse en autoridad intermedia entre el gobierno federal y los gobiernos estatales”, en abierta referencia a los coordinadores estatales anunciados por López Obrador. “Los estados, conforme al artículo 40 constitucional, tienen gobiernos libres y soberanos” recordó Alito y, ya engallado, advirtió que en su relación con el futuro gobierno: “del tamaño de la amabilidad federal será la amabilidad estatal, seremos recíprocos en diálogo y entendimiento, y tenemos los tamaños para los escenarios que requieren de nuestra firmeza y carácter”. ¿Será que el gobernador campechano mandó mensaje no sólo al futuro gobierno sino también a sus compañeros del PRI? Por aquello de que hoy se tiene que emitir la convocatoria para elegir a un presidente interino del priismo que concluya la gestión de Manlio Fabio Beltrones, que termina oficialmente en agosto de 2019?.. Serpiente doble de los dados. Caída libre.
Foto: Archivo El Universal