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Las conexiones en México de la secta del iluminado Keith Raniere, detenido el pasado 26 de marzo en Puerto Vallarta, no se agotan en las filiales manejadas por Emiliano Salinas Occelli y Alejandro Betancourt, que a través de ESP (Executive Succes Programs) y otras empresas y fondos, controlan grupos afines a Nxivm en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Detrás de las mujeres involucradas en esta secta, que según The New York Times, maneja técnicas de autoayuda que derivan en el control, manipulación y sumisión, hay un millonario negocio que comienza por obtener grandes cantidades de dinero de las mujeres involucradas —8 mil dólares por curso para “trabajar problemas” y subir niveles— que llegan incluso a la esclavitud sexual y a marcar los cuerpos de las mujeres esclavizadas, pero que además incluye una red de negocios, empresas y firmas que le reportan ganancias a Raniere, pero manejadas todas por prestanombres, varios de ellos mexicanos.
La manera de trabajar de esos grupos, tanto en Estados Unidos, como en Canadá y en México, consiste en ubicar a jóvenes mujeres de clases sociales altas, en muchos casos con padres millonarios y con problemas de desubicación o desatención familiar, a las que se les ofrecen los cursos de autoayuda, con los que se les promete que lograran resolver sus problemas personales y lograrán un desarrollo pleno de sus habilidades humanas y sociales para contribuir al desarrollo de la sociedad y de sus familias.
Con esas promesas y el carisma desbordante, casi iluminado, de su líder Keith Rainere —a quien sus seguidoras y seguidores, todos de clases sociales altas, llaman el master y lo comparan con un profeta como Jesús— la secta Nxivm, y sus filiales en México, lograron seducir a varias jóvenes de sociedad con apellidos tan conocidos en las élites sociales y empresariales de México como dos hermanas Garza, de Monterrey, una joven Junco, familiares del ex presidente Miguel de la Madrid como su hijo Federico de la Madrid y su esposa Fabiola Sánchez de la Madrid, Alejandra González Anaya, dos mujeres de apellido Huber, y Cecilia Salinas Ocelli, entre otros apellidos mexicanos que menciona como integrantes de esa secta el blog Frank Report, escrito por el publicista Frank Parlato.
Esas conexiones en México y el temor al escándalo que involucra conocidas familias empresariales en Monterrey, fue lo que hizo que, tras la denuncia del NYT, Raniere fuera traído a Monterrey y hospedado en San Pedro Garza por algunas de las familias involucradas con el culto a la carismática personalidad del líder de esa secta. Cuando el asunto estalló en la exclusiva sociedad sanpetrina y hubo voces que se quejaron de la presencia de Keith, ya para entonces perseguido por la justicia de Estados Unidos por las denuncias de “marcaje y esclavización de mujeres”, otro amigo de Keith, de nombre Jack Levy, le consiguió un refugio en la mansión del paradisiaco Puerto Vallarta, en donde finalmente fue ubicado y detenido el 26 de marzo por las autoridades mexicanas a petición del gobierno estadunidense.
Testimonios de ex integrantes de la secta que pidieron el anonimato, afirman que la red que opera en México, conectada a Nxivm, no sólo incluye a los grupos que reclutan personas, sobre todo mujeres jóvenes pudientes, con el gancho de la “autoayuda”, sino que incluye varias empresas manejadas por el holding Prorsus, que maneja desde colegios privados para “niños genio” Rainbow Cultural Garden, hasta servicios de apoyo a turistas a través de un fondo de Moneyback, Adamant Corporation, Vista San Felipe y Administradora Solidaria Mexicana, todas vinculadas a Emiliano Salinas y Alejandro Betancourt. En cuanto a las conexiones internacionales y los dirigentes extranjeros vinculados a Raniere, está Claire Bronfman, quien recauda y dirige los cursos y operaciones financieras de Nxivm en México.
A las mujeres reclutadas, varias de ellas mexicanas, se les mete a un sistema de cursos y de puntos, que las va involucrando cada vez más en el “trabajo” a favor de Nxivm. Las que eran escogidas por Keith para “guiarlas” en su aprendizaje, se tenían que someter a dietas muy fuertes vegetarianas, hacer vigilias sin dormir, reportarse muy seguido con él y aceptar tener relaciones sexuales y hasta aportar “colaterales” que podrían ser desde escrituras de una casa, hasta aportaciones accionarias o fuertes cantidades en efectivo.
El escándalo de Nxivm y sus conexiones políticas, sociales y económicas con poderosas familias en México, podría dar un vuelco de conocerse pronto grabaciones en donde sus principales dirigentes en el país, que hasta ahora han negado reiteradamente cualquier conexión con actividades ilícitas o de maltrato, esclavitud y marcaje de mujeres, confiesan sus abiertos vínculos con la secta del master, iluminado y casi profeta ahora preso, Keith Raniere.
sgarciasoto@hotmail.com