Salvador García Soto

El regreso al pasado y los banqueros vampiro

30/09/2017 |01:00
Redacción El Universal
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Una foto que circuló en días recientes en las redes sociales mostraba a Andrés Manuel López Obrador parado en el balcón principal del Palacio del Ayuntamiento. El político tabasqueño miraba hacia Palacio Nacional, en una imagen que muchos pensaron era de su tiempo en la Jefatura de Gobierno. Pero pocos supieron que esa fotografía es actual, fue tomada el pasado 19 de septiembre, por la mañana, horas antes del sismo que sacudió a la Ciudad de México. Y sí, ese día López Obrador estuvo en el balcón y en el despacho principal del antiguo edificio del Ayuntamiento, desde donde despacha el actual jefe de Gobierno, Miguel Angel Mancera.

¿Qué hacía el dirigente de Morena en la que hasta hace 11 años fuera su oficina? No fue un deja vú ni un regreso al pasado, como el que teme el predictor presidente de BBVA, Francisco González, en sus declaraciones a El País sobre el “riesgo de que México elija a un presidente populista en 2018 y haya un regreso al pasado”; en realidad la presencia de López Obrador en el Palacio del Ayuntamiento, ese 19 de septiembre, causó sorpresa de muchos en el edificio, comenzando por el personal de la oficina de Miguel Angel Mancera, que no esperaban la visita del tabasqueño.

Esa mañana, antes de las 8 am, Mancera regresaba de un viaje por Nueva York. Recién aterrizaba en la capital cuando desde su oficina le llamaron para avisarle que estaba llegando a su despacho el productor Epigmenio Ibarra. “¿Se acuerda que Epigmenio nos pidió permiso para hacer una filmación en su despacho?”, preguntó un colaborador por teléfono. “Pues ya está aquí Epigmenio con sus cámaras, pero no viene solo. Lo acompaña Andrés Manuel López Obrador”. Mancera, que a esas horas se preparaba para encabezar el homenaje luctuoso a las víctimas del 19 de septiembre de 1985, se sorprendió con la visita, pero de cualquier modo no tenía planeado ir a esa hora a su oficina y se trasladó, después de la ceremonia en la Plaza de la Solidaridad, al C5 donde prepararía el mega simulacro que a las 11 se llevaría a cabo en toda la Ciudad.

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Así que López Obrador tuvo en su antigua oficina una especie de deja vú político, un regreso al pasado en la mañana de aquel martes 19 de septiembre y, antes de que se sacudiera ese palacio colonial, grabó ahí imágenes que seguramente pronto veremos en algún promocional o video de su abierta campaña por la Presidencia en 2018.

El otro regreso al pasado. La anécdota del regreso del líder de Morena al despacho desde donde gobernó a la Ciudad, y al balcón desde dónde puso la vista en Palacio Nacional en su primer campaña presidencial de aquel año, da pie para comentar las declaraciones que hizo el jueves, en nuestro país, el banquero español, Franciso González Rodríguez, presidente del Grupo BBVA Bancomer. “La elección presidencial del próximo año es muy importante para este país”, aseguró González en una conferencia de prensa a la que convocó en la Torre Bancomer junto con Carlos Torres Vila, consejero delegado de la multinacional financiera.

Se suponía que el presidente del segundo grupo bancario y financiero que opera en México venía a expresar su “solidaridad” con el país y las víctimas del sismo, pero ya entrado en gastos, aprovechó para hablar de política interna y de la sucesión presidencial, vista como amenaza a las multimillonarias ganancias que BBVA obtiene de los mexicanos, muy superiores a lo que gana en su matriz España. “Si México elige, y espero que así sea, a una persona con conocimiento y una visión realista de lo que ocurre en México y en el mundo, el país va a tener un avance en los siguientes años. Si, en cambio, optan por una visión más del pasado, populista, va a tener sin duda, un retroceso en los logros que ha alcanzado”.

Y cuándo se acordó de que su condición de extranjero le impediría hablar de asuntos de política interna de México, el banquero español trató de matizar, pero al mismo tiempo agitó el petate del muerto: “No puedo explayarme más, pero tenemos un país cercano, aquí mismo en América Latina, que lo que hemos visto en los últimos 15 años es un auténtico desastre. México debe tener un sentido de la realidad y creo que lo va a hacer bien”.

¿A qué se refiere el presidente del BBVA Bancomer con que México “lo va a hacer bien”? ¿Cuál es para su grupo financiero y sus intereses el camino o el candidato por el que deben optar los mexicanos? Pareciera, por sus dichos, que el Pancho González español ya tiene en la mente a un candidato al que describe como “una persona con conocimiento y visión realista de lo que ocurre en México y en el mundo”. Ese sería el perfil que le conviene al grupo financiero más grande de España y Latinoamérica y lo más seguro es que, en la mente y el Consejo de Administración de BBVA ese candidato ya tenga nombre y apellido.

Por lo demás el discurso del señor González no es ni siquiera original. Suena exactamente al “dilema entre el regreso al pasado y la visión de futuro” de la que habló el presidente Peña Nieto en su pasado informe de gobierno, y que repiten sus voceros.

Y no es que sorprenda ni escandalice que los señores del dinero tengan una posición clara y protegan sus intereses. Siempre lo han hecho y lo harán. Pero quizás, en un afán de ser más transparentes, don Francisco González y su banco deberían de ser más directos en su fraseo. Porque cuando habla del riesgo de “retroceso al pasado”, en realidad lo que quiere decir es que a BBVA le preocupa, al punto del pánico, que un presidente mexicano pueda atreverse a ponerle un límite a la millonaria sangría de dinero que ese grupo español obtiene de México. Tan sólo en el 2016, Bancomer informó que obtuvo por sus operaciones en nuestro país ganancias por 40 mil 787 millones de pesos, 18% más que en el año anterior y la cifra más alta en la historia de la operación del grupo en México, según dijo Eduardo Osuna, su director.

Ese es el verdadero temor del señor González y sus socios. Qué desde Los Pinos alguien pudiera volver a revisar las comisiones y tasas abusivas que siguen cobrando los bancos extranjeros en contra del muy poco crédito productivo que otorgan a los mexicanos. Vaya, como no estar apanicados en BBVA si el año pasado del total de sus ingresos y ganancias en el mundo, 46.7% provenían de México. Por supuesto no quieren en la Presidencia a nadie que amenace esa “mina de oro” en la que se ha convertido nuestro país, en la segunda reconquista de la historia, ahora por vía de los bancos. Así que tal vez, don Pancho debió decir: “Si optan por una visión más populista, va a ser un retroceso para los miles de millones de pesos que hoy les sacamos impunemente a los mexicanos”. Digo es solo sugerencia en aras de la transparencia.

Notas indiscretas… En medio de la solidaridad ciudadana que se vive por los sismos, muchos se preguntaron ¿a cuántos políticos o diputados viste removiendo escombros o ayudando a damnificados? Y la verdad no fueron muchos. Algunos buscaron atraer reflectores a sus aspiraciones, incluso con supuestos rescates de niñas inexistentes, los menos donaron silenciosamente y hasta hubo quienes se quisieron adornar dando “250 millones” de dinero de los contribuyentes. La gente ubica bien a los oportunistas de la política. Otra cosa es cuando, sin cámaras ni anuncios, algún político se apareció en las zonas de desastre y se puso a ayudar. El pasado 22 de septiembre, Carlos Ayuso, integrante del grupo de rescatistas de Campeche que vino a apoyar en las labores de rescate y remoción de escombros con sus binomios caninos, compartió en su cuenta de Facebook un video en el que narra que mientras trabajan en la fábrica textil de Bolivar la noche del 21 a las 11 “nos visitó el gobernador Alejandro Moreno Cárdenas para saber cómo nos encontrábamos. Además apoyó en las labores de limpieza y remoción de escombros y se retiró con su equipo a las 5 de la mañana”. Y en las imágenes que posteó se ve a Moreno con casco y chaleco fosforescente y removiendo escombros. Si fue para la foto o la selfie, como comentaron algunos usuarios, al menos el llamado Alito sí estuvo ahí varias horas y se ensució los zapatos, según los rescatistas campechanos... De donde sigue llegando ayuda es del Vaticano. La Fundación pontificia Scholas Ocurrentes instalará en México una unidad permanente de apoyo mediante clínicas que trabajarán con damnificados a través del arte, la tecnología y el deporte. Esta semana llegaron a nuestro país los directores mundiales de esa fundación, José María del Corral y Enrique Palmeyro, quienes junto al presidente en México de Scholas, Héctor Sulaimán, ya trabajan con autoridades civiles y eclesiásticas para un programa de trabajo que en los próximos meses brindará apoyo a los mexicanos afectados en varios estados, todo con autorización del papa Francisco… Y para rematar con otro caso que tiene que ver con el sismo, ayer en Morelos el gobernador Graco Ramírez enfrentó otra rechifla y hasta persecución de habitantes de Cuautla que lo encararon junto con su esposa Elena Cepeda a su llegada a ese municipio. “Rateros, entreguen las despensas, ya no las estés reteniendo”, les decían en la cara al gobernador y a su esposa, que tuvieron que apresurar su entrada a una escuela mientras la gente se concentraba afuera con gritos y protestas. Ni hablar, si en política los errores cuestan, en casos de desastres ese costo se multiplica… Los dados mandan otra Escalera doble. Buena semana.