El descenso en la popularidad y aprobación de Andrés Manuel López Obrador en las últimas encuestas, rompió una larga racha al alza que tuvo el presidente desde que ganó las elecciones del 2 de julio del 2018. Fue la primer caída que registraron las mediciones presidenciales desde la etapa de presidente electo y en los cinco meses que van del actual gobierno y, aunque la baja de al menos 10 puntos ya es reconocida incluso por los sondeos internos de la Presidencia de la República, los analistas y asesores del presidente afirman que “no hay motivo para preocuparse”.
Una fuente cercana al Palacio Nacional confirma que los mismos puntajes que registraron algunas casas encuestadoras que recientemente dieron a conocer resultados de su encuesta de aprobación presidencial —como Consulta Mitofsky, de Roy Campos, entre otros— los han medido en las encuestas que realizan en la oficina del presidente y hay coincidencia en la pérdida de los 10 puntos en el arranque del mes de mayo, atribuido al “desgaste natural del ejercicio de gobierno”, entre los que se reconoce la problemática de seguridad, la baja en algunos indicadores económicos y el retraso en la aprobación e implementación de reformas importantes como la educativa y de la Guardia Nacional.
“Sí, perdió 10 puntos, incluso en nuestros sondeos, y los niveles actuales de aprobación están por arriba del 64%, pero consideramos normal el comportamiento de las encuestas y aún con esa pérdida no hay ningún presidente de la historia reciente que en esta etapa inicial de su mandato tuviera niveles similares de validación y respaldo de los ciudadanos”, dice un asesor presidencial que conoce las últimas mediciones oficiales.
En el balance interno de la Presidencia se asegura que con todo y la caída de 10 puntos, López Obrador sigue gozando de algo que no tuvieron sus antecesores y que lo protege de un desgaste más pronunciado por el ejercicio del gobierno: un “blindaje social”. Eso concluyen sus asesores a través de focus group en los que miden también el apoyo a Andrés Manuel: “Una mujer en uno de esos grupos de enfoque nos dijo: ‘Este es un presidente que tiene alma social’, comenta el asesor consultado. “La gente percibe que el presidente no ha cambiado en estos cinco meses los principales valores y atributos por los que la gente le dio su respaldo: un presidente trabajador, honesto, sencillo y que tiene contacto con la población”; aunque los mismos asesores reconocen que “la gente no es tonta y también exige resultados de gobierno” y a eso atribuyen la primera baja en los niveles de aprobación.
Con todo, en la casa presidencial se dicen tranquilos y afirman que no preocupa la caída en la aprobación del Ejecutivo. “Mientras mantengamos el nivel de respaldo social, sentimos que el presidente está blindado contra cualquier intento de sus detractores y opositores por afectar su imagen y su popularidad. Podríamos incluso perder otros 10 puntos en las encuestas y el presidente seguiría teniendo el apoyo y la confianza necesaria para sacar adelante su proyecto de gobierno y transformación del país”, dice el asesor que pidió el anonimato.
Veremos pues, en medio de la confianza que hay en Palacio Nacional y el reconocimiento de que ya empezó el descenso natural y el desgaste del ejercicio del poder, que por otro lado puede repuntar en cualquier momento, qué tan fuerte es el “blindaje social” del presidente Andrés Manuel López Obrador y qué tanto resiste después de los seis meses de gobierno y, especialmente rumbo al balance obligado del primer informe en septiembre. ¿Seguirá siendo el fenómeno de súper AMLO?
CORRAL CELEBRA Y DENUNCIA; GUTIÉRREZ PREPARA APELACIÓN
En el caso de Alejandro Gutiérrez, el gobierno de Chihuahua obtuvo esta semana una primera sentencia favorable a sus acusaciones de corrupción y peculado agravado por 1.7 mdp en contra del exsecretario General Adjunto del PRI, que fue declarado culpable por dos de tres jueces del Tribunal de Enjuiciamiento en el juicio oral 22/2019 que se le sigue en esa entidad. Sin embargo, aunque la sentencia se dio por mayoría, sólo dos de las juezas, Hortencia García Rodríguez y Juana Gabriela Córdova, se pronunciaron a favor de hallar culpable a Gutiérrez por el delito de “peculado agravado”, mientras que el tercer juez, Adalberto Vences Baca, emitió un voto absolutorio, al alegar que no se acreditaron los hechos, pues consideró que el ministerio público no presentó los elementos probatorios suficientes para inculpar al exfuncionario priista.
Con todo, el fallo condenatorio fue celebrado por el gobernador Javier Corral como “un triunfo jurídico” para su gobierno y para la cruzada que el mandatario dice haber emprendido “contra la corrupción de César Duarte y el saqueo de los recursos públicos de los chihuahuenses”. Fue tal la euforia de Corral y de su Fiscal estatal, César Peniche, que el gobernador chihuahuense se envalentonó y junto con funcionarios de su gobierno, se presentó la mañana de ayer viernes en las oficinas de la Fiscalía General de la República para levantar una denuncia penal en contra de Alberto Elías Beltrán, el último titular de la PGR y encargado de despacho en los últimos meses del gobierno de Peña Nieto, a quien acusa de “obstruir las acusaciones en contra de Alejandro Gutiérrez” en el ámbito federal.
En contraparte, la defensa de Gutiérrez, que hasta la fecha sostiene que ha habido un “abuso de autoridad, tortura y un juicio ilegal basado en acusaciones de peculado sin fundamento legal”, anunció que va a presentar una apelación en contra de la sentencia del Tribunal de Enjuiciamiento y buscará nuevamente que las instancias federales revisen el fallo condenatorio y todo el proceso legal que consideran tiene motivaciones políticas, al grado de que aseguran que las dos juezas que condenaron a su cliente, Hortencia García y Juana Gabriela Córdova, “actúan bajo consigna directa del gobernador Corral”.
El propio Alejandro Gutiérrez, a quien el gobierno de Chihuahua acusa de haberse confabulado con funcionarios estatales del gobierno de César Duarte para desviar 1 millón 740 mil pesos, mediante la simulación de un contrato efectuado con las empresas Jet Combustibles, de su propiedad, y Promotora de Señalamientos Integrales, se dice “tranquilo” y reconoce que sí hubo un contrato incumplido de su parte, mismo que ha aceptado pagar al gobierno chihuahuense: “Yo no digo que no, son 720 mil pesos más IVA de un contrato de una empresa mía, lo otro es de una empresa de unos jóvenes… No hemos desconocido ni el contrato ni el pago, hay una factura y es la única operación que tenemos con una entidad pública en 100 años que tenemos como empresarios. Es un exceso judicializar penalmente un tema de un contrato de servicios que nadie trató de ocultar”, dijo el empresario priista en una entrevista con el diario Zócalo de Saltillo.
Cuando le preguntaron a Gutiérrez si se ha sentido abandonado por sus amigos del PRI y cómo fue su experiencia de 62 días en la cárcel donde dice haber estado en una pequeña celda de donde sólo lo sacaban a las 11 de la noche durante 20 minutos, y después de tres amenazas de muerte y tres procesos por tortura abiertos ante la CIDH y la FGR, el empresario coahuilense comentó: “Me quedé con mi familia, amigos, algunos políticos del PRI, muchos de Morena, empezando por la presidenta (Yeidckol Polenvsky) que me conoce de hace muchos años, legisladores del PRI y de Morena que han estado en contacto”. Luego, Gutiérrez mencionó que “ni al Chapo Guzmán” lo trataron como a él en la cárcel, y dijo estar dispuesto a seguir su defensa y demostrar que no incurrió en los delitos de los que lo acusan: “Pierdes todos los temores, sales con una decisión firme de hacer lo que esté en tu convicción, no le tienes miedo a nada, ya tocaste el fondo, ya entraste al infierno”. Los dados mandan escalera doble.
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