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Un solo grupo empresarial recibió del gobierno de Miguel Ángel Mancera al frente de la ciudad de México (2012-2018), el monopolio para dotar tres alimentos diarios a los más de 25 mil reos en las cárceles de la capital del país. Únicamente para los dos últimos años del periodo, el contrato respectivo rebasó los 1,425 millones de pesos.
Las operaciones de esta corporación, Grupo Kosmo, con múltiples filiales, entre ellas “La Cosmopolitana”, atraen desde hace años sospechas en autoridades federales, no únicamente porque se desempeñan en el sensible sistema carcelario, sino porque hubo evidencias de negocios con funcionarios de la administración Mancera, en un paraguas que, se aseguró a este espacio, cobijó contactos con el crimen organizado.
Funcionarios de la otrora Procuraduría General de la República aseguraron que hubo pesquisas sobre la introducción de drogas, armas y otros artículos ilegales aprovechando el aprovisionamiento cotidiano de toneladas de alimentos desde el exterior de al menos 15 penales. Las mismas fuentes dijeron que las indagaciones fueron desalentadas por la Secretaría de Gobernación, a cargo de Miguel Osorio Chong, gracias a la cercanía entre los gobiernos local y federal, la frecuente presencia de miembros del gabinete mancerista en despachos clave de Gobernación y la estrechísima amistad entre Osorio y Mancera, ambos senadores actualmente.
Las suspicacias policiales se ampliaron cuando desde el primer círculo de Mancera se promovió que accionistas del Grupo Kosmo participaran en proyectos gubernamentales del todo ajenos al aprovisionamiento de comida. Entre ellos, la planta termovalorizadora para procesar basura. El negocio ha sido frenado por la nueva jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ante sospechas de condiciones leoninas. Esta planta recibiría basura de la ciudad a precios irrisorios, y generaría electricidad con ventas amarradas con el Metro por varios años y a tarifas altas.
En la recta final de su gestión y cuando Morena ya se perfilaba como la primera fuerza política, el gobierno de Mancera otorgó el contrato multianual SG/DGA/SSSP/031/2017 (cuya copia obra en poder de este columnista) que garantizó a “La Cosmopolitana” sostener su negocio al menos dos años más. Expertos que han analizado el contrato estiman que el costo diario aceptado para alimentar a un reo capitalino es el doble de lo que el gobierno federal cubre para un soldado.
Tal contrato fue extendido a esta compañía a pesar de diversas irregularidades en las que se ha visto involucrada, entre ellos sanciones por proveer alimentos contaminados en el penal de Puente Grande en Jalisco, o haber figurado, en el otoño pasado, en una red para inflar precios de despensas a Venezuela, con la aparente complicidad de funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro. Según estimaciones federales mexicanas, el negocio fraudulento representó ingresos para los implicados por 850 millones de dólares entre enero de 2017 y agosto de 2018, en plena vigencia del contrato de “La Cosmopolitana” con la Ciudad de México.
La administración de la señora Sheinbaum parece decidida a frenar este enjambre de corrupción, por lo que su gobierno lanzará una nueva convocatoria para la compra de alimentos en penales. “La Cosmopolitana” se apresta a participar.
Acaso no sean suficientes los cauces burocráticos para enfrentar la sórdida herencia carcelaria recibida en la capital del país. Porque cuando esa cloaca sea abierta la putrefacción se desbordará hasta ámbitos no imaginados hasta ahora.
Apuntes: Tome nota del nombre del general Gustavo Vallejo Suárez, director de la Escuela Militar de Ingenieros. Él estará al frente de la construcción del nuevo aeropuerto de Santa Lucía anunciada por el presidente López Obrador.