El viernes pasado estalló la huelga en 26 empresas exportadoras radicadas en Matamoros. Los trabajadores de otras trece industrias optaron por el paro ilegal de labores. 36 mil 700 trabajadores, en total, han suspendido sus actividades por una negociación salarial difícil de resolver.
El origen del conflicto fue el incremento del salario mínimo decretado para la frontera a partir del primero de enero. Las empresas se vieron obligadas a subir, de golpe, de 88.36 a 176.72 pesos diarios y encajaron el esfuerzo sin reclamar.
Pero en Matamoros la demanda fue más lejos: encabezados por la abogada Susana Prieto Terrazas, los trabajadores exigieron que, además, se otorgara un aumento generalizado del 20% para todos los obreros.
También fijaron como condición la entrega de un bono para cada trabajador por la cantidad de 32 mil pesos.
Sorprendió a las empresas que no fuera Juan Villafuerte, líder sindical que representa formalmente a estos trabajadores, quien condujera la exigencia, sino una abogada de Ciudad Juárez residente en el Paso, Texas.
¿Quién llamó a Susana Prieto Terrazas para que orquestara el paro en Matamoros? Cabe temer que esta mujer responda a intereses inconfesables, cuyo verdadero propósito es desestabilizar a la industria exportadora mexicana.
El movimiento que ella encabeza ocurre justo cuando los sindicatos, canadiense y de los Estados Unidos, así como el gobierno de Donald Trump, señalan a México como un país incierto para la inversión industrial.
Hay también evidencia de que otros actores estarían interesados en potenciar la crisis. Juan Villafuerte señaló por nombre y apellido a las “manos extrañas” detrás del conflicto. Por ejemplo, al líder del sindicato minero en Matamoros, Javier Zúñiga García. Se trata de un hombre allegado a Napoleón Gómez Urrutia que, sin tener que ver con el tema, ha sido orador principal del movimiento.
Igual han participado José Ángel Frías, empresario tortillero, y Ernesto Picasso, líder obrero, ambos dirigentes locales de Morena. Otro actor es Mario López, presidente municipal de Matamoros, quien ganó la elección en julio pasado también por Morena.
Estos datos de contexto, sumado a que Susana Prieto Terrazas presume ser simpatizante del partido fundado por López Obrador, llevó a que los empresarios afectados sospecharan del gobierno federal.
La desconfianza tomó fuerza cuando representantes de las empresas acudieron a visitar a las autoridades de la Secretaría del Trabajo sin que sus preocupaciones fueran atendidas.
En revancha, otros actores de la alta jerarquía morenista enviaron un mensaje distinto. Concretamente el senador Ricardo Monreal, quien en las últimas horas comenzó a operar para buscar una solución al conflicto.
Sorprendió una llamada telefónica entre la abogada Susana Prieto y el senador Monreal, ocurrida el sábado 26 por la noche, y que se difundió por las redes sociales.
Ahí Monreal dejó en claro que el presidente no iba a permitir que los derechos de los trabajadores se vieran lesionados, “pero tampoco que se caiga la economía en el estado (de Tamaulipas) y el municipio (de Matamoros).”
Trascendió después que el senador citó el día de hoy al líder sindical, Juan Villafuerte, en la ciudad de México, para intentar una negociación política que ponga fin a la crisis.
Desde la noche del sábado la abogada Prieto está furiosa y acusa al presidente López Obrador de haber ordenado arbitrariamente levantar la huelga.
ZOOM:
Sería importante saber quién respaldó en un principio a la abogada juarense: ¿Los gringos? ¿Napoleón Gómez Urrutia? ¿Fuerzas locales de Morena? Mientras tanto, el senador Ricardo Monreal es el responsable de parar un carro que iba derecho al precipicio.
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