#LaVozDeLosExpertos

Utilizar la WWW a través de Internet como medio ha cambiado mucho a nuestra sociedad pero no al ser humano. Nos mantenemos en comunicación. Sin embargo, el medio cambia y, al cambiar se transforma la manera en que fluye la información de los productos, servicios y temas que nos importan o generan interés. Dentro de este cambio destaca cómo ciertos individuos han tomado una fuerza preponderante, pero temporal.

“...Now are the days where you’ll pay any plant, animal or mineral with an online following to endorse your product.” –Amanda Rosenberg

Hay que recordar que existen personas pagando millones de dólares en permisos de frecuencias de transmisión, en papel, en equipo de radio. Varios están ahora adquiriendo más y mejores servicios de web hosting, al nivel de que iniciativas como Stardom Labs (stardomlabs.com) ofrecen sus servicios como “Medios digitales rentables. Sí, en la misma frase”.

Mientras tanto, tenemos a una persona que, con un celular y haciendo cosas que llaman el interés de sus comunidades (para compartir y crecer su base de seguidores), se vuelven un “espacio” interesante para promocionar productos y servicios.

La realidad es que las oportunidades oscilan y tanto los medios promueven a los que influyen en grupos de personas como los grupos de personas (el mercado) influye en las personas que proponen los medios.

El tema final es la capacidad de mostrar resultados sobre la rentabilidad del proyecto mediático o comprobar un retorno de inversión llamativo a las marcas que buscan promoverse. Imaginemos que por cada dólar invertido en un influencer se puedan comprobar 6.5 dólares de ganancias: esto es un “canto de amor” en el oído de un especialista en marketing.

Los datos individuales pueden ser más o menos precisos, pero lo que puede ser 5.5 dólares de retorno de inversión, en un influencer puede tener un alcance del 1% de lo que logra un medio de comunicación grande. La situación tiene que ver con variables de medición y una ausente capacidad para “comparar peras con manzanas en un campo en el que todos sean tomates”. Eso es el difícil terreno de los influencers, micro, macro y nano.

Si para alcanzar el número de ventas del trimestre faltan tres celulares, con que promuevas tu marca con los familiares de tus gerentes lograrás alcanzar el objetivo. Si lo que te faltan son miles, tal vez con activar a tus empleados sería suficiente antes de tener que contratar a un influencer, a quién, a final del día, tienes que soltar el control de tu marca para que haga sentido con el estilo, forma, lenguaje del influencer, y no de la marca.

No hay que perdernos en el #ruidoblanco de la tendencia con los resultados. Todos los productos y servicios buscan incrementar sus usuarios para justificar su existencia en nuestro mundo. Hoy estamos en el mix de anunciar tu producto o servicio para que se conozca y además tener a las personalidades que lo promuevan para que la gente los compre, solicite, use más, comparta, etcétera.

Lo que está faltando es claridad, tanto para los anunciantes, como para las audiencias. Si se recibe dinero a cambio de una mención, más allá de las métricas y analíticos que tienen las redes sociales para comprobar su valor y retorno de inversión, debería de haber claridad para las audiencias. Si el producto es afín al influencer eso será más claro que si la cantidad es más afín a los intereses del mismo influencer, sin importar el producto o servicio que está probando.

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