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#LaVozDeLosExpertos
Si hablamos de lugares con ángel, México cuenta con cierta abundancia. Cuando algún amigo de otro país o afuera de la ciudad me dice que viene de visita pienso en los lugares que me gustaría llevarlos, pero mucho del plan depende de dónde se van a quedar. Dependiendo de eso uno analiza la distancia, el tráfico y el lugar a convenir o a visitar.
Pero la situación ha cambiado en los últimos años gracias a plataformas como Airbnb que han permitido democratizar el acceso temporal a casas o departamentos en zonas con una baja infraestructura hotelera. Si pienso en el Zócalo capitalino, o la mayoría de las plazas de ciudades turísticas como Morelia, o Guanajuato, enseguida me vienen a la cabeza uno o dos hoteles con vista a la plaza. Pero eso no sucede cuando pienso en la plaza de Coyoacán o Xochimilco. Sin duda alguna son lugares vibrantes, con ángel, pero no con opciones de alojamiento interesantes, y fáciles de reservar, hasta la llegada de una aplicación.
Hay lugares que no cuentan con zonas hoteleras, y en cierta medida eso les ayuda a mantener una tradición más a flor de piel. Ahora, gracias a estudios que realizan organizaciones como el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) junto con Airbnb, podemos ir entendiendo mejor el impacto positivo que tiene la plataforma. Como nuevo modelo de negocio basado en la tecnología, se necesitan nuevas reglas que se adapten a cada contexto local buscando beneficiar a viajeros, anfitriones, a la economía y también, a los gobiernos locales.
Por ejemplo, ahora sabemos que en un radio de más de un kilómetro del Museo Frida Kahlo (La Casa Azul) en Coyoacán tan solo existen 19 opciones de hospedaje o alojamiento, ninguno de ellos un hotel. Esta zona es la cuarta con más alojamientos registrados en Airbnb para la Ciudad de México y noveno lugar en cuanto a disponibilidad de habitaciones de hotel. Si bien, según el estudio del IMCO, aún es difícil determinar si las plataformas de economía compartida han contribuido a impulsar el turismo o si han afectado la ocupación hotelera, el #ruidoblanco está en delegaciones como Coyoacán y Benito Juárez donde se presenta mayor paridad entre propiedades en renta (habitaciones y viviendas completas) en comparación con Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, en donde las propiedades en renta son, la mayoría, completas o departamentos.
Lo que hoy sabemos es que la actividad de Airbnb es muy pequeña en comparación con la infraestructura hotelera, en todos los lugares excepto en Coyoacán. Es momento de preguntarnos si las experiencias que pueden ofrecer los que hospedan a los viajeros también pueden ayudar a detonar una derrama económica relevante, en especial en zonas como Xochimilco que requieren un empujón tras el sismo de septiembre pasado. Van a venir muchas preguntas más, pero es interesante pensar que justo esta es una de las industrias a las que la automatización se encuentra lejos de impactar; nada como ser huéspedes para crear experiencias angelicales.
Mientras tanto, si no tienen la fortuna de recorrer lugares históricos con gente como @jicito , pueden ir planeando vivir experiencias culinarias, musicales, históricas y más en su sitio de experiencias. Hay de todo, hasta clases de salsa o aprender a pintar talavera.