#LaVozDeLosExpertos
Las computadoras son buenas para copiar contenido. Internet es excelente para esparcir una única copia (si es necesario que se vea más rápido puede que ponga copias en caché). Los humanos nos profesionalizamos en diseminar información sin corroborar.
Este efecto es útil para entender muchas de las cosas que nos enojan y nos alegran al utilizar internet en el celular o la computadora. Escribir un mail permite que una serie de ideas, conceptos y emociones se vuelvan electricidad y lleguen, con lo más cercano a la velocidad de la luz, al destinatario.
Esa hermosa función que permite compartir ideas importantes como acciones para cuidar el planeta, frases de amor o agendar citas con personas queridas es también la herramienta que permite esparcir información falsa, errónea y manipuladora.
El spam es un sistema de computadoras mandando un mismo correo electrónico a una gran base de datos que no necesariamente quiere o está interesada en esa información (además de ser carne enlatada). Otro ejemplo de copiar y enviar es la información que ahora Mark Zuckerberg quiere
resolver con un producto para diferenciar noticias serias y documentadas de otras que solo son ruido y que su misma plataforma ayudó a esparcir.
En una reunión con el papá del protocolo de transferencia de internet, Vint Cerf, fantaseamos sobre la posibilidad de poder enviar un objeto físico de un lugar a otro de manera digital (onda Star Trek), y llegamos a que si bien todavía es difícil llevar el mismo objeto del punto A al punto B, copiarlo y colocarlo en el punto B será más sencillo. Entender esto nos ayuda a comprender el valor de la energía que se requiere para hacer que estas copias tomen valor, ya que no se trata de copiar las páginas de un libro porque, en ciertas circunstancias, la copia podría valer más de acuerdo a la necesidad. Pensar en energía ayuda a entender lo relevante de la fuente de generación y el ciclo de creación digital.
Así como en su momento el petróleo nos dio movilidad y cierto nivel de libertad agregando valor a ese producto y volviéndolo incluso un producto con valor económico global, la era digital nos da una sensación de desarrollo que también llevará a diferentes tipos de productos con valor económico. Así podemos entender mejor el valor de las criptomonedas (que se ayudaron al vendernos la idea de que son cantidades finitas que promueven la oferta y la demanda) pero cuya relación es proporcional al uso de energía. También podemos ver con más cariño el almacenamiento de energía, en especial, las fuentes de generación sostenibles.
Finalmente, en el tema de diseminación, y pensando en el ruido que existió encima del #ruidoblanco que ya existía sobre las redes sociales, despido con cierta tristeza a Google+. Si algo nos
deja de enseñanza este producto de Google es que, por más que pongas a los mejores ingenieros a resolver temas de privacidad, anonimato y socialización en redes sociales, el resultado será tan complejo (tres clics) que la audiencia promedio no lo adoptará. Ha sido un esfuerzo enorme y aplaudo el que no se haya quedado en un proyecto cerrado, porque el mundo requiere menos ruido y más control.