Si AMLO cancela la construcción del NAIM en Texcoco cometerá suicidio político y, en lo económico, lo que desde ya podría considerarse el “error de octubre”.

La cancelación, aunque el presidente electo lo niegue, pegará en la línea de flotación de la confianza-país con los consecuentes impactos económicos. Ahuyentaría la inversión, nacional y extranjera, que el nuevo gobierno requiere para los programas sociales que abatan pobreza y atemperen desigualdad.

Este reportero recorrió el fin de semana pasado las obras de Texcoco y luego de hablar ampliamente con proyectistas, ingenieros y trabajadores, clarificó para sí varios puntos que acaso confunden a muchos:

1. No está sobre un lago: Texcoco se secó hace 100 años; 2. El lecho es blando, por supuesto, y susceptible de hundimientos, igual que el actual aeropuerto y más de la mitad de la Ciudad de México; 3. Se optó, para las pistas, por la técnica de sobrecarga: con tezontle y basalto se empuja y acelera en un año el asentamiento que de manera natural tomaría 20. 4. El hundimiento se mide cada día con miles de aparatos enterrados a lo largos de ellas. 5. Tres de la seis pistas proyectadas ya están en construcción; 6. El edificio terminal (al que en su parte central le cabe el Zócalo capitalino completo) y la Torre de Control (con una altura similar a la de la Estela de Luz de Paseo de la Reforma), tienen cimientos que les permiten moverse parejos con desplazamientos de más de un metro treinta centímetros, lo que los blinda contra sismos de más de 9 grados; 7. Los hundimientos son inevitables, pero el problema no es que las estructuras se hundan sino que no se hundan parejas; y 8. La operación aérea está avalada por más de veinte años de estudios.

En cuanto a su sustentabilidad: 1. No se eliminará el Lago Nabor Carrillo, concebido como vaso de regulación hidráulica y, junto con otras obras que ha iniciado la Conagua, se creará un sistema de control de inundaciones; Y 2. Las estructuras emblemáticas (cónicas), captarán, almacenarán y surtirán a plantas de tratamiento agua de lluvia que será reciclada para la limpieza del edificio y suministrada a zonas rurales aledañas, además de que proporcionarán iluminación natural y reducirán a la mitad el gasto de energía en luz y aire acondicionado.

En cuanto a tiempos de entrega: La primera fase de la obra estará lista a finales de 2021 y entraría en operación a finales de 2022, según el cronograma del arquitecto maestro.

Y en cuanto a los costos: 1. Sí, han aumentado de 178 mil millones de pesos proyectados a precios y tipo de cambio de 2014, a los actuales 200 mil millones de pesos, lo que los proyectistas económicos atribuyen a la inflación y a la variación de la paridad peso-dólar; 2. Hasta ahora se han gastado 58 mil millones de pesos, es decir, 29% del total; 3. Se tiene proyectado un presupuesto de 285 mil millones de pesos del que ya está fondeado 70%, es decir, 197 mil millones de pesos; 4. Faltan, en efecto, 88 mil millones de pesos que se esperaba obtener de recursos públicos pero que también pueden fondearse mediante diversos mecanismos de deuda o emisión de bonos respaldados en la Tarifa de Uso Aeroportuario.

Cancelar Texcoco sería cancelar la única opción viable para resolver la saturación aeroportuaria de la CDMX (pues Santa Lucía es apenas una idea, sin estudios claros ni proyecto), tirar a la basura trabajo (hasta ahora 40 mil empleos) y mucho dinero (seis mil 300 millones de dólares, equivalentes al 0.5% del PIB por el capital ya invertido y las multas financieras a pagar a inversionistas).

Por eso un estudio de Citibanamex le llama el “error de octubre”. ¿Querrá el presidente electo iniciar gobierno con inestabilidad económica? ¿No sería más aplaudible transparentar los contratos y limpiar la corrupción en que se habría incurrido al otorgarlos?

Cancelar el NAIM en Texcoco fue una promesa de campaña hecha por AMLO a grupos históricamente opuestos al proyecto, ubicados en el ala izquierda más radical de los muchos que por él votaron. No querrá divorciarse de ellos, pues necesita todo el apoyo popular que levantó para llevar a buen puerto su gestión. Pero no querrá, tampoco, pegarse un tiro en el pie e iniciar su gobierno confrontado con el capital y un amplio sector de mexicanos que también votó por él.

Por eso la consulta que inicia mañana solo puede entenderse como una válvula de escape de una promesa de campaña sacrificable frente al daño económico y político que traería al presidente electo decantarse por Santa Lucía.

INSTANTÁNEAS: 1. CÓNCLAVE. La semana pasada en Monterrey, Alfonso Romo, el hombre fuerte de AMLO en la relación con los empresarios, se reunió con capitanes de la industria regiomontana. Quienes ahí estuvieron dicen que les aseguró que el NAIM estaba decidido en Texcoco.

2. ACLARACIÓN. Grupo Empresarial Ángeles hizo llegar a esta columna una aclaración en el sentido de que ninguna de las empresas que lo conforman participa en la construcción del NAIM.

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