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Las presiones políticas, los intereses en juego y hasta las envidias llevan a descalificar incorrectamente, al grado de vulnerar el prestigio, a mandos militares asignados a tareas de alto riesgo como la generación de inteligencia contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.
Fuentes que ahora sé interesadas, llevaron a sugerir aquí, en la entrega pasada, que al hoy comandante de la Guardia Nacional, el general de brigada Luis Rodríguez Bucio, tocó corregir “ostensibles irregularidades (que) derivaron en la baja del Ejército del general brigadier Roberto Aguilera Olivera”, quien estaba al frente del Centro de Inteligencia Antinarcóticos del Estado Mayor de la Sedena, hoy transformado en el Grupo de Análisis e Información de Narcotráfico (GIAN).
Por corresponder así a su derecho, reproducimos aquí las partes sustanciales de la réplica que el general brigadier en retiro, Roberto Aguilera Olivera, hizo llegar a esta columna:
1. Su tarea como jefe de la oficina de información antinarcóticos la desempeñó de diciembre de 2000 hasta noviembre de 2006, durante todo el gobierno de Vicente Fox y bajo el mando director del entonces secretario de la Defensa Nacional, el general Gerardo Clemente Vega García.
2. En ese período tuvo dos subjefes, uno de ellos el hoy comandante de la Guardia Nacional quien lo auxilió en su tarea de 2004 a noviembre de 2006 cuando Aguilera Olivera fue designado como agregado militar de la embajada de México en Argentina.
3. No hubo ningún desorden ni suciedad en el centro de información antinarcóticos. Durante su gestión al frente de él, se dieron detenciones de importantes jefes de organizaciones delictivas y de lugartenientes.
4. Su retiro del servicio activo en el Ejército se dio en el mes de julio del 2008 a petición expresa del interesado, no porque la Sedena lo haya dado de baja y sin que a casi once años haya sido requerido por la Defensa ni por ninguna otra instancia judicial para comparecer en investigación de algún tipo.
Más allá de ese derecho a la réplica —creo que suficientemente satisfecho—, los términos tan correctos de su solicitud dieron lugar a un encuentro del general Aguilera con este reportero, quien percibió en él a un soldado cabal y honorable, dueño de una historia llena de estresantes momentos dedicados a la generación de inteligencia y que tuvo la confianza de empezar a esbozar, no sin dificultades —acostumbrado como estuvo y está a un perfil bajísimo, casi invisible—, en razón de su sensible y riesgosa tarea que incluso afectó a su familia más cercana.
Así nos enteramos que fue él quien, en efecto, encabezó la captura en Puebla, el 9 de marzo de 2002, de Benjamín Arellano Félix, el último de los hermanos que lideró al cártel de Tijuana, extraditado a Estados Unidos el 29 de abril de 2011; y la detención en Matamoros, el 14 de marzo de 2003, de Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo y de los Zetas, también extraditado a Estados Unidos en 2007.
Antes, al frente de la Policía Militar Judicial, cumplió con tras misiones sensibles, entre otras las relativas a la coadyuvancia en la investigación del asesinato de Luis Donaldo Colosio ocurrido en Lomas Taurinas, Tijuana, el 23 de marzo de 1994.
Las amenazas recibidas por la tarea desempeñada dieron lugar a que, tras una reflexión estrictamente personal, promoviera su baja adelantada a los 50 años, en 2008, cuando aun le quedaban 15 años de carrera militar.
La de secretos que no guardarán éste y muchos otros militares.
Instantáneas
1. RIESGOS. Durante la cobertura del desgarrador incendio de la catedral de Notre Dame en París, tuve la oportunidad de conversar con el padre Hugo Valdemar, ex vocero de la Arquidiócesis de México. Dos de sus declaraciones fueron francamente preocupantes: que la instalación eléctrica de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México es tan desastrosa que estamos a nada de que ocurra un incendio similar a la del emblemático templo de la capital francesa; y que cada año, el 15 de septiembre, su atrio se convierte en la bodega de la pólvora utilizada para el espectáculo de juegos pirotécnicos de la noche del Grito, lo que representa un gran riesgo de explosión.
2. SOBORNOS. La Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda investiga a una empresa fantasma veracruzana, que recibió sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Se llama Blunderbrus y está ligada a prestanombres del exgobernador Javier Duarte, según investigación de Mexicanos contra la Corrupción.
@RaulRodriguezC