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Lo que faltaba: un libro bomba que estalla en la oficina de una senadora de Morena cuatro días después de que otro artefacto de fabricación casera explotara en la butaca de un cine de la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.
El libro bomba entró al Senado como regalo y cuando lo abrió la senadora Citlalli Hernández generó una llamarada que le dejó en el rostro quemaduras leves. El dispositivo del cine, con un cronómetro y una pila, estaba atado a uno de los asientos y detonó cuando intentó quitarlo un trabajador que resultó herido.
¿De qué se trata?
Es descabellado establecer una relación directa entre ambos hechos. El único vínculo posible está en la intención: atizar el miedo cuando atravesamos por una de las mayores crisis de inseguridad, en un ambiente cargado de incertidumbre política, económica y social por los cambios que empuja un gobierno que mañana cumple seis meses en el poder.
Sin que sea una razón concluyente, lo ocurrido a la senadora Hernández no puede desligarse de hechos ocurridos en 2016, cuando siendo diputada de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal, dos de sus asesores fueron procesados por actos criminales.
Pero tampoco puede desvincularse de su trabajo en la Comisión Anticorrupción del Senado ni debe soslayarse que el atentado ocurra cuando es detenido en España el dueño de AHMSA, Alonso Ancira y se libera la orden de aprehensión por hechos de corrupción contra Emilio Lozoya Austin, director de Pemex, en el primer tramo del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Las anteriores tampoco son razones concluyentes, pero ponen en contexto un hecho que, por lo menos, debería servir para reforzar la seguridad de López Obrador porque las decisiones tomadas, para bien o para mal, han tocado poderosos intereses y puesto muy caliente el ambiente nacional.
AMLO cumple mañana seis meses de gobierno. Considero que sigue siendo muy pronto para juzgar su desempeño. Su nivel de aprobación ha bajado, pero sigue siendo muy alto: 62.5% hasta ayer, según el tracking poll de Mitofsky, sin medir aún el efecto de la detención de Ancira y la orden de captura contra Lozoya.
A seis meses de gestión tenemos un presidente muy popular, pero paradójicamente, un gobierno débil, lo que puede verse en un ya largo y al parecer inconcluso periodo de aprendizaje de sus integrantes, la salida de dos del más alto nivel (la secretaria de Medio Ambiente y el director del IMSS) y las inocultables pugnas que persisten al interior del gabinete.
Groso modo, pueden identificarse algunos éxitos y algunos reveses en lo que va del gobierno de AMLO.
Entre los éxitos está el combate al huachicol; la política anticorrupción que dio vista de ir serio con los procesos contra Ancira y Lozoya; la puesta en marcha de programas de bienestar social mediante apoyos directos, becas y créditos a grupos olvidados o poco atendidos durante los últimos 80 años; el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica a pesar de decisiones como la cancelación del aeropuerto de Texcoco que para algunos era el preludio de una tormenta financiera; y las negociaciones con Estados Unidos para la ratificación del T-MEC.
Pero la estabilidad macro y ratificación del tratado comercial fueron tocadas anoche con la decisión de Donald Trump de imponer un arancel de 5% a todos los productos mexicanos hasta que se resuelva lo que el presidente estadounidense llama la crisis migratoria. Fue un mazazo que, de inmediato, causó al peso fuertes pérdidas.
De manera que esto bien podría considerarse como un revés, al igual que la crisis en hospitales públicos y en el abasto de medicamentos por la reducción de gastos y plazas implícita en su programa de austeridad; y la incontenible crisis de inseguridad y de violencia que amaga a todo el país.
Instantáneas:
1. ELECCIONES.
Si los resultados de las elecciones federales del 2 de julio pasado fueron considerados un tsunami, los del domingo próximo en seis estados podrían ser un terremoto. Todo apunta que las extraordinarias de Puebla, para elegir gobernador, están en manos de Morena y su candidato Luis Miguel Barbosa. En las de Baja California, todo favorece al también morenista Jaime Bonilla para que se alce con la gubernatura y desplace al PAN de un bastión histórico que ha controlado por 30 años. Aunque Bonilla solo gobernará por un período de dos años por decisión del Tribunal Electoral, es previsible que Morena avance en alcaldías y asientos legislativos en detrimento del blanquiazul y del PRI, donde personajes de peso político local como el excandidato a gobernador Fernando Castro Trenti ya coquetean con el partido de AMLO. Habrá que ver qué tan fuertes serán los reveses para el PAN y el tricolor en las presidencias municipales de Aguascalientes y Durango y en los congresos locales de Quintana Roo y Tamaulipas.
2. MEMORIA.
El excandidato presidencial del PRI, Francisco Labastida advirtió hace unos días que el eventual triunfo del gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, como dirigente nacional del tricolor llevaría a ese partido a su desaparición. Su argumento: que lo pondrá bajo el control del gobierno. De corta memoria, a Labastida se le olvida que, tras su estrepitosa derrota ante Vicente Fox en 2000, inició la debacle priista y el partido fue borrado por doce años. Su candidatura fue impuesta por un dedazo de la nomenclatura partidista. ¿Será que ahora es vocero de ella?
3. AUSTERIDAD.
La Secretaría de la Función Pública informó ayer que la política de austeridad del gobierno federal ha alcanzado a 113 mil 884 mandos y personal de enlace. Aunque no todos han perdido sus trabajos, han resentido la cancelación de seguros de gastos médicos, viajes internacionales y viáticos así como la reducción de sus salarios.
@RaulRodriguezC
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