Jorge de la Vega Domínguez, el líder del PRI que la madrugada del 7 de julio de 1988 declaró el triunfo “contundente, legal e inobjetable” de Carlos Salinas de Gortari unas cuantas horas después que el sistema de cómputo de votos “cayó” y “calló”, confiesa 30 años después estar “decepcionado” de su partido.

El desencanto que hoy revela, no lo dejó ver, según recuerdo, ni cuando José López Portillo le escatimó en 1976 la candidatura presidencial del tricolor para decantarse por Miguel de la Madrid. Menos aún cuando aquella húmeda madrugada de 1988 tuvo que plantar cara a las reclamaciones de fraude electoral que hacían conjuntamente otros tres candidatos de aquella cuestionada elección: Cuauhtémoc Cárdenas, del Frente Democrático Nacional, Manuel J. Clouthier, del PAN, y Rosario Ibarra de Piedra, del Partido Revolucionario de los Trabajadores.

Aquella madrugada de 1988, de acuerdo con prospecciones confiables, los votos estaban divididos entre tres, con una ligera ventaja para Cárdenas. Fue entonces cuando el sistema “cayó” y se “calló”, de la mano de la autoridad responsable de los comicios, el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, quien 29 años después, y ya desde la oposición al PRI, reconoció que se había cometido un “fraude electoral”, con la manipulación de las cifras y en acuerdo con la dirigencia del PAN, para impedir la victoria del hijo del general Lázaro Cárdenas.

Durante una rápida conversación sostenida ayer en el vestíbulo de “El Cardenal” de San Ángel, De la Vega Domínguez habla de lo que se charla en casi todas las mesas. A sus 87 años se ve entero y conserva la afabilidad de siempre. Dice que sigue en la política, pero que desde hace años decidió mantener un bajo perfil. Como ex dirigente nacional del tricolor es miembro de su Consejo Político Permanente. Desde ahí ha seguido las decisiones tomadas por el partido. No las califica, pero asegura que hoy influyen en que el candidato Meade siga en el tercer lugar de las encuestas, al menos doce horas antes de que se realizara el tercer debate presidencial.

Resignado dice que la ventaja de AMLO en las intenciones del voto conocidas hasta hoy es muy amplia, prácticamente irremontable. Es consecuencia de las decisiones tomadas, es la razón de su desencanto.

Se niega a formular algún juicio sobre el tipo de gobierno que encabezaría López Obrador en caso de ganar las elecciones, pero eso da pie a que le vengan a la mente algunos recuerdos. “Lo conozco desde que trabajamos juntos. Yo era director de la Conasupo (1970-1976). Él era un lidercillo (sin que sonara despectivo). Echamos a andar un sistema de comunicación fluvial en el Grijalva para el intercambio de básicos en La Chontalpa. Lo que sí te puedo asegurar es que no le gusta el dinero, eso me consta”.

En eso llegó el convidado al desayuno, Alejandro Carrillo Castro, diez años menor que De la Vega Domínguez, pero priísta, como él, de la generación tricolor anterior a la de los tecnócratas neoliberales e hijo de su amigo Alejandro Carrillo Marcor, gobernador de Sonora entre 1975 y 1979, cuando él lo fue de Chiapas entre 1976 y 1977.

“Nos vamos a seguir hablando de lo que todos hablan”, se despidió.

INSTANTÁNEAS: 1. DOS A UNO. Una encuesta patrocinada por la Confederación Patronal de a la República Mexicana (Coparmex) y ejecutada por las encuestadoras Berumen e IPSOS del 30 de mayo al 6 de junio pasados, da a AMLO una ventaja de dos a uno en la intención del voto sobre su más cercano contendiente, Ricardo Anaya. Se trata de la encuesta más amplia aplicada hasta ahora: 25 mil 584 domicilios visitados, en los que se encontró que mil 344 no eran viviendas o estaban desocupados y en 10 mil 115 no se obtuvo respuesta. En 14 mil 125 se logró contactar a algún informante y en 13 mil 317 se lograron entrevistas completas. López Obrador registró una ´preferencia bruta de 41.7%, Anaya de 21%, Meade de 16.6%, El Bronco de 2.3% y la no respuesta 21.5%. De las nueve elecciones para gobernador, Morena-PT-PES encabeza en seis (Ciudad de México, Chiapas, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz); PAN-PRD-MC en una (Guanajuato); Movimiento Ciudadano en una (Jalisco) y el PRI en una (Yucatán).

2. MORELOS. El debate de candidatos en Morelos estuvo marcado por los insultos que intercambiaron Cuauhtémoc Blanco de Morena y Rodrigo Gayosso del PRD. Blanco no pudo ocultar una personalidad intolerante y mantuvo su amenaza de meter a la cárcel al gobernador Graco Ramírez. La confrontación permitió al candidato del PRI, Jorge Meade Ocaranza, ser el más propositivo. Presentó el “Plan Morelos sin Miedo” con el que se espera recuperar la paz en la entidad.

3. CUENTAS. La obligación del cierre de edición impide por hoy comentar sobre el tercer debate presidencial de anoche en Mérida. El candidato del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya, se adelantó con un video en redes al salir al paso de acusaciones que, aseguró, se formularían en el debate. Dijo que se le atacará por las cuentas que tienen su mujer y su suegro en Europa. Explicó que el padre de su esposa tiene la doble nacionalidad mexicana y española, y que desde 1976, año en que él nació, tiene una cuenta bancaria en España.

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