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En esta ocasión me permito escoger la entrada del Diario de Salvador Elizondo que escribió precisamente el dos de noviembre del noventa y ocho. Para él las fechas eran siempre muy significativas y nunca las pasaba por alto, todas la celebraciones, cada una, año por año, las consignará en las más de treinta mil cuartillas que conforman los ochenta y cuatro cuadernos que dejó escritos.
Salvador Elizondo escribe Cuaderno de Diario número 72, páginas 215 y 216.
Lunes 2. 1I.98.— Día de muertos. (…)
Dios tiene todas la cualidades, incluso la de su imposibilidad, entre otras cosas, como la de su elasticidad, su firmeza y su invisibilidad. Nadie se ocupa de ello más que en términos muy formales. A mí me asombra el tiempo y la energía que se pierden para nada. Para mí Dios está muy claro: es el principio de todo. Antes del principio hay nada. Puesto que hay secuela hay principio. La realidad es la secuela del principio. En la aritmética es lo mismo. Antes del 1 solamente hay 0.
Confieso que hoy no he pensado más en los muertos y en la muerte de lo que pienso todos los días. En el aspecto doméstico es un día igual a todos.
***Foto: Salvador Elizondo confronta a la muerte. 2 de noviembre de 1998 (PAULINA LAVISTA)