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El deporte es deporte y no es ajeno a los movimientos sociales, mucho menos a los de índole política.
El futbol ha sido en muchas ocasiones, la empática voz de su afición. Barcelona enfrenta al Real Madrid, rivalidad de estos dos equipos que trasciende el terreno de juego. Políticamente hablando, los blaugrana representan a Cataluña y a aquellos que aspiran a una independencia y el reconocimiento como Comunidad Autónoma, mientras que el conjunto madridista a quienes van en contra de la separación de la región sur del país ibérico, apostando por la centralización del Estado.
El independentismo está más fuerte que nunca. Las recientes elecciones han mostrado claramente su fortaleza, el gobierno de España convocó a elecciones tras disolver el Parlamento catalán, buscando ponerle un alto absoluto a la crisis generada en la región por el movimiento independentista, el cual se encuentra festejando el resultado del 21-D, el inminente triunfo del rechazo al Artículo 155, un revés al gobierno de Mariano Rajoy.
La rivalidad va más allá del Clásico. Las dos regiones más importantes de España tienen arraigados enfrentamientos que se han disputado, no solamente en la cancha, han peleado por campeonatos y también se han enfrentado por conflictos extracancha, pero hoy, el Barcelona tiene un objetivo: arrebatarle el título al Real Madrid.
El Santiago Bernabéu es el escenario para el partido de este sábado que podría definir la Liga a favor del Barcelona. La ventaja en la clasificación ahora es de 11 puntos sobre el Real Madrid. Los catalanes son líderes y la victoria daría tempranamente un golpe de autoridad al aumentar la brecha a 14 puntos sobre los blancos.
En el banquillo, dos técnicos con un perfil futbolístico similar se concentrarán en defender mejor para contraatacar las poderosas delanteras de su rival; el Barcelona cuenta con un Luis Suárez en su mejor versión, mientras que Cristiano Ronaldo ha tenido problemas para encontrarse con el gol. Paulinho y Asensio tendrán la responsabilidad de la creación, en tanto que Keylor Navas y Ter Stegen podrían ser el héroe o el villano, según lo dicte el curso del encuentro.
La tensión del Clásico español no sólo es política. El Real Madrid se juega la posibilidad de mantenerse con vida esta temporada. Este juego es decisivo. La situación política podría transformar un triunfo de los de Ernesto Valverde en un revés. El título, la independencia, el poder, el campeonato, la autonomía, el liderazgo; en este Clásico español, todo está en juego.