Era mediados de los 90, casi tirándole a la entrada del nuevo siglo, en aquellos años el golf femenil sólo conocía un nombre el de Annika Sorenstam, la sueca comandaba en su totalidad la LPGA así se lo había propuesto desde que ingresó al Tour en 1994 y lo demostró en 1995 cuando consiguió convertirse por primera ocasión en la mejor de la temporada, su primera de ocho ocasiones que conquistó la cima hasta que llegó ella, nuestra compatriota, la mejor golfista mexicana de todos los tiempos, mi Lorena Ochoa, tu Lorena Ochoa, la nueva miembro del Salón de la Fama del Golf.

A pocos importó que Lorena Ochoa no tuviera la antigüedad necesaria dentro del circuito para cumplir con todos los requisitos para obtener esta distinción, los tres años que le faltaron no fueron pretexto para reconocer lo que la mexicana realizó durante siete temporadas, de las que, fue número uno del mundo en tres años consecutivos porque en algún momento de la historia del golf nada ni nadie podía detener que llegará este día, el día en el que Ochoa se convirtiera en la primer mexicana en recibir el honor de una investidura.

Desde que comenzó a jugar golf, su destino estaba escrito, su objetivo estaba claro: ser la mejor. Llegó a la etapa profesional con un récord poco visto antes, situación que la llevó a convertirse en la novata del año en 2003, ahí comenzó todo; ser la número ocho del Top 10 en su primer año en la LPGA no fue poca cosa, como tampoco los primeros 21 torneos ganados en su etapa debut y eso tenía que ser conmemorado.

Su entrada a la LPGA fue firme y determinante y firme,  fue cosechando triunfos importantes que la convirtieron en la líder del ranking durante 158 semanas consecutivas, en su carrera conquistó 2 Major y obtuvo 27 títulos que la llevaron a ser la mejor golfista del planeta, si, una mexicana fue la número uno del golf tres años consecutivos, un 23 de Abril del 2007 lo consiguió y llegó para quedarse hasta un 2 de Mayo del 2010 día en que su nombre desapareció de lo más alto del ranking en el año en que tomó la decisión de finalizar su carrera profesional.

Lorena Ochoa, hoy amanece como inmortal, ser una de las 155 integrantes del Salón de la Fama del Golf le da ese derecho. La golfista mexicana ha entra en esa élite que el golf no permite a cualquiera. 

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