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En México hay poco más de 2 millones de maestros que atienden a 36.4 millones de alumnos. A pesar del gran volumen como fuerza de trabajo, una sola organización, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, representa a todo el magisterio.
Las decisiones en materia educativa las toma la SEP y, legalmente, el único interlocutor entre los maestros y la Secretaría es el SNTE. Tiene un gran poder y vaya que lo ha ejercido.
Entre 1996 y 2004, el presupuesto destinado a pagar los salarios de los maestros incrementó en México considerablemente; más que en el resto de los países que integran la OCDE. Lamentablemente esto no se tradujo en una mejoría de la calidad educativa.
A falta de democracia sindical, entre otras razones, surgió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, restando algo de fuerza al poderoso SNTE, pero dicha disidencia magisterial tampoco ha cosechado en términos educativos. Al descentralizar el presupuesto para el ramo, se trasladaron recursos a los estados.
En Oaxaca, por ejemplo, se creó el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación, el cual firmó una serie de acuerdos con el gobierno de la entidad. Los maestros adquirieron espacios administrativos en el Instituto Estatal de Educación Pública. El control de las plazas y de los recursos se convirtió en la prioridad, muy por encima de los resultados en las aulas.
Los propios maestros reconocen que la venta de plazas era, hasta antes de la reforma de 2013, una práctica frecuente. Quienes especularon con ello, quieren recuperar dicho esquema y exigen “la abrogación de la mal llamada reforma educativa”. No pocos afectados temen las represalias de manifestarse en público.
Las protestas de los maestros de la Coordinadora se han convertido en habituales. Más allá de los bloqueos y sus consecuencias, está la afectación para los alumnos. En Oaxaca, la Sección 22 promovió un paro que duró más de cinco meses y casi generó que se perdiera el año. En documentos, el periodo escolar se cubrió, pero las clases no se recuperaron. Lo que los niños oaxaqueños dejaron de aprender durante casi un semestre es irrecuperable.
En 2013 se creó el Sistema Nacional de Evaluación Educativa y se establecieron los concursos de oposición como la vía para convertirse en maestro y terminar con la venta de plazas. Se trató de la reforma mejor evaluada de la administración anterior. A pesar de ello, muy pronto perderá vigencia. Una nueva reforma se discute en el Congreso y la fuerza de la Coordinadora se siente cada vez más.
Huerfanito
El presidente ya dijo que si el gobierno no llega a acuerdos con los maestros disidentes, las cosas volverán a ser como eran previo a 2013. Eso es exactamente lo que quiere la CNTE, así que si acuerdan ganan y si no, también.